El pensamiento de Tomás de Aquino en el siglo XIII

Marco Histórico y Sociocultural

El siglo XIII representa el momento de mayor florecimiento de la Europa medieval, con Francia como centro político y cultural. La economía gozaba de estabilidad impulsada por un comercio próspero, una moneda firme, un aumento de la circulación de metales preciosos y la consolidación de los gremios artesanales. Esto provocó el enriquecimiento de muchos campesinos y burgueses, y el empobrecimiento de la nobleza.

Políticamente, se comienzan a esbozar los estados de la Europa moderna: Francia goza de prestigio, se establece en Inglaterra la primera monarquía parlamentaria y el papado alcanza su cota máxima con la bula Unam Sanctum de Bonifacio VIII.

En la cultura, este siglo destaca por la aparición y auge de las universidades, surgidas a partir de la evolución de las escuelas catedralicias. Destacan las de París, Bolonia y Salamanca. Por otra parte, aunque a la Edad Media se la trata como una edad oscura para el saber, es indiscutible que algunas ciencias recibieron un importante empuje, como la química, la astronomía y la medicina. Asimismo, el Derecho tuvo un fuerte desarrollo al convertirse en una herramienta usada por los emperadores para independizarse del poder civil del papado.

Por otro lado, hay que señalar el aumento de las traducciones de filósofos griegos, árabes y judíos (Escuela de Traductores de Toledo) y la creación de órdenes mendicantes (dominicos y franciscanos), que llegarán a ocupar las principales cátedras de las universidades. Se desarrolla la literatura en lengua vulgar y triunfa el estilo gótico.

Marco Filosófico

El siglo XIII supone el periodo de apogeo de las principales discusiones teológico-filosóficas medievales:

  • Distinción entre fe y razón (sin separarlas).
  • La naturaleza de los universales: enfrentamiento entre platónicos-agustinianos, aristotélicos, realistas y nominalistas (siglo XIV).
  • Diferencia entre esencia y existencia, punto central de la metafísica tomista.
  • Relaciones entre el creador y los seres creados, y la creación y conservación del mundo.

Resultó especialmente novedoso el redescubrimiento de la física y metafísica aristotélica, vértebra fundamental de la síntesis tomista. Por otro lado, el averroísmo latino surgió en la Universidad de París y hay que entenderlo como un aristotelismo arabizado. Por último, los primeros en cristianizar el pensamiento aristotélico fueron Alberto Magno y Tomás de Aquino.

Tomás de Aquino

Relaciones Fe-Razón

Tomás de Aquino rechaza la teoría de la doble verdad. Su pensamiento se divide en tres partes:

  1. Distinción fe-razón: Facultades autónomas que se ocupan de distintas verdades.
  2. Verdades comunes o mixtas: Son preámbulos de la fe y forman la teología racional. Los artículos de fe constituyen la teología revelada. El objetivo del fideísmo es insuficiente y existen verdades teológicas razonables.
  3. No contradicción fe-razón: La fe, como criterio externo, limita y corrige la razón. La razón, subordinada a la fe, es independiente y colabora alejándose del fideísmo irracionalista.

Metafísica

Tomás de Aquino compatibiliza la filosofía aristotélica con los dogmas cristianos. Se basa en principios aristotélicos (sustancia, hilemorfismo, acto y potencia, y las cuatro causas) y cuatro principios no aristotélicos:

  1. Distinción esencia-existencia: Añade una estructura fundamental a la materia-forma y acto-potencia. La esencia (lo que hace que una cosa sea una cosa y no otra) y la existencia (su actualización) son dos entidades, salvo en Dios. Se deducen dos consecuencias: la existencia tiene superioridad ontológica sobre la esencia, y la realidad es contingente y necesaria.
  2. Participación: (Platónico + cristiano) Dios es la causa ejemplar y las criaturas lo imitan; existen porque son iguales a Dios.
  3. Causalidad ejemplar: (Platónico + anterior) Dios creador, los seres participan.
  4. Grados del ser: Visión jerárquica de la naturaleza. Los seres más perfectos y bellos tienen mayor participación en la perfección absoluta de Dios.

Teología: Las Cinco Vías

Dios existe como verdad evidente en sí misma. Tomás de Aquino presenta argumentos a posteriori, conocidos como las cinco vías:

  1. Movimiento: Las cosas se mueven, unas por otras, pero no de forma infinita. Debe existir un motor inmóvil.
  2. Causalidad: Nada causa a sí mismo. No se pueden explicar las series causales infinitas. Debe existir una causa incausada.
  3. Contingencia: Los seres son contingentes y no se explican por sí mismos. No es posible que solo existan seres posibles. Debe existir un ser necesario.
  4. Grados de perfección: Existen diferentes grados de perfección, que es participada. No todos los seres pueden ser perfectos por esencia. Debe existir un ser perfectísimo.
  5. Orden del mundo: Existe un fin, un plan, no es azar. Debe existir una inteligencia ordenadora.

Antropología y Teoría del Conocimiento

Tomás de Aquino defiende un dualismo antropológico: cuerpo y alma (inmortal y personal, dada por Dios). El alma es un principio complejo con potencias inferiores (animales, pasiones, sentidos) y superiores (racionales: voluntad, entendimiento). El alma es inmortal y al sobrevivir conserva las potencias no relacionadas con órganos materiales.

Existen dos niveles de conocimiento: empírico (conocimiento singular) y racional (universal, común). Para pasar de uno a otro se necesita el conocimiento sensible y la teoría de la abstracción, que consta de cuatro fases:

  1. El entendimiento agente extrae conceptos de la percepción sensible de figuras concretas.
  2. La memoria retiene la percepción concreta.
  3. El entendimiento agente elimina lo singular y queda lo común (la forma).
  4. El entendimiento paciente forma el concepto a partir de la forma.

El entendimiento tiene dos funciones complementarias: abstraer y generalizar.

Pensamiento Ético-Político

Tomás de Aquino propone una ética eudemonista y teleológica. El fin se alcanza con el desarrollo de las capacidades naturales. La felicidad consiste en el mayor conocimiento (de Dios), no en la vida biológica, sino en la eterna. Para conseguirla, se basa en la doctrina de la ley natural, que tiene tres niveles:

  1. Ley eterna: El orden de la inteligencia ordenadora que gobierna Dios. Regula el comportamiento de las criaturas. El ser humano es consciente y moral.
  2. Ley natural: La ley eterna en la criatura racional. Tiene tres preceptos: la sustancia conserva la vida, el animal conserva la especie, y la criatura racional conoce la verdad y la sociedad.
  3. Ley positiva: Leyes humanas para la moral, que garantizan la convivencia. La exigencia de la ley natural es subordinada y concreta. El derecho positivo debe ser igual al natural.

Tomás de Aquino no desarrolla una teoría política extensa, pero aporta dos ideas: la sensibilidad natural del hombre y el Estado (correcta convivencia) como institución racional obligada para el ser humano con un fin sobrenatural.

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