Teorías de la Responsabilidad y la Legitimidad del Poder

Skinner y el Conductismo

Las Teorías Deterministas

Las teorías deterministas, por lo general, combinan las influencias de la sociedad con las determinaciones biológica y psicológica. De hecho, el psicólogo norteamericano B.F. Skinner, máximo representante del conductismo, estaba convencido de que, controlando dichos parámetros con rigor, se puede llegar a construir una ciencia de la conducta que permita moldear al ser humano en todos los ámbitos.

Skinner trató de ejemplificar cómo en una sociedad en la que todos los factores ambientales fueran dirigidos, los individuos podrían ser orientados para que eligieran aquello que se estimase oportuno. Para ello, partió del supuesto de que el ser humano carece de libertad y que todos nuestros actos están, de una u otra forma, determinados.

Para orientar debidamente la conducta, Skinner introduce como elemento básico los refuerzos. Toda conducta humana está determinada psicológicamente por la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Así, una conducta premiada con algún objeto placentero tenderá a mantenerse. Asimismo, los actos no deseados tenderán a extinguirse.

El Concepto de Responsabilidad

Siempre podemos hablar de libertad en cualquier sociedad en la que existan unas condiciones mínimas para que el individuo pueda obrar conforme a sus decisiones.

Usos más comunes del término responsabilidad:

  1. Como respeto a las normas: cumplimiento de deberes, obligaciones.
  2. Como imputación: Se atribuye a alguien la autoría de algún acto que, por lo general, es calificado de contrario a las normas.
  3. Como reparación de un daño: indica la obligación de responder con algo para resarcir al damnificado tras una conducta.
  4. Se emplea para nombrar a alguien que ha de dar cuentas de algo a otra u otras personas.
  5. Como cuidado u ocupación: Se refiere al hecho de hacerse cargo de una tarea, una cosa o una persona.

Ética de las Convicciones y de la Responsabilidad

Max Weber realizó a principios del siglo XX una división de las concepciones básicas que orientan la acción humana desde una perspectiva práctica:

1. Ética de las convicciones:

Defiende la existencia de principios universales de la acción moral. Para llevar a cabo un comportamiento éticamente correcto bastaría con cumplir las normas aceptadas de acuerdo con esos principios. Sin embargo, el individuo no tiene en cuenta las consecuencias que se puedan derivar de sus acciones a la hora de elegir cómo actuar.

2. Ética de la responsabilidad:

No atiende a principios universales de la acción moral. Para realizar un comportamiento éticamente correcto se deben valorar las diferentes opciones posibles. Teniendo en cuenta las consecuencias últimas y significativas de cada alternativa, el individuo podrá elegir previendo el alcance de su acción. De esta forma, la ética aporta al sujeto un sentido de responsabilidad en sus actos.

Apel: Responsabilidad y Ética del Discurso

K.O. Apel, junto con Habermas, son los máximos representantes de las denominadas éticas del discurso y reformuladores de la ética deontológica de Kant. Según Apel, las formas tradicionales de fundamentación moral, ya sea basada en alguna entidad exterior o en el propio sujeto, no son útiles para nuestros propósitos por diferentes motivos.

1. Fundamentación en algo exterior al sujeto:

Propio de las éticas teleológicas. Objetivo: La felicidad. Problema: Múltiples principios y normas de acción.

2. Fundamentación en el propio sujeto:

Propio de las éticas deontológicas. Objetivo: La adecuación de la acción al deber. Problema: Relativismo.

Hans Jonas: La Responsabilidad como Principio

Hans Jonas trató de superar los problemas de la fundamentación situando la propia responsabilidad como principio de la acción moral. Hans Jonas parte del hecho de que es evidente que los seres humanos tienen la capacidad de elegir, y que esa elección tiene consecuencias. Por ese motivo, este autor asienta su ética de la responsabilidad en la idea de una voluntad libre.

Jonas extrae una serie de conclusiones que le llevan a enfocar la responsabilidad como un principio y fundamento de la acción moral:

  1. Los viejos principios éticos solo sirven dentro de una esfera de lo cercano. Los efectos producidos por el desarrollo científico y tecnológico contemporáneo imponen a la ética retos que no pueden ser superados con dichos principios.
  2. Los sistemas éticos tradicionales se ocupan exclusivamente de las relaciones entre los seres humanos, y dejan a la naturaleza fuera de toda reflexión moral.
  3. Hoy en día la ciencia y la tecnología han perdido toda su inocencia, sus acciones tienen repercusiones planetarias y, en muchos casos, irreversibles.

La solución sugerida por Jonas es la de mantener las viejas categorías morales para las relaciones cotidianas y cercanas. En ellas, la justicia, la felicidad o la igualdad siguen siendo las categorías de referencia. El mundo globalizado necesita una nueva propuesta ética:

Situar la responsabilidad ante los demás, incluidas las generaciones futuras, como principio de cualquier acción moral. Hans Jonas formula el siguiente imperativo como principio básico de su ética de la responsabilidad: «Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la tierra».

Las categorías tradicionales como la felicidad o el bienestar son igualmente deseables para las generaciones futuras. Sin embargo, la rápida destrucción a la que estamos sometiendo a nuestra biosfera pone en entredicho la seguridad de aquellos que están por venir. Esta nueva ética sitúa la responsabilidad como origen de la acción moral dentro del mundo, de un mundo más complejo y con peligros mayores que los que se han dado en cualquier otra etapa histórica.

Legitimidad y Dominación

El Estado y la Legitimidad del Poder

Siguiendo a Max Weber, podemos definir el Estado como una asociación de tipo institucional que en un territorio determinado trata con éxito de monopolizar la violencia legítima como instrumento de dominio. El Estado tiene la potestad de incidir en la conducta de los ciudadanos, aun en contra de su voluntad:

  1. Sin esta capacidad no es posible asegurar el cumplimiento de las obligaciones que en cualquier comunidad se requieren.
  2. Para que los individuos actúen en libertad y puedan alcanzarse metas colectivas es preciso que las acciones estén concertadas, y esto exige, a su vez, la presencia de sanciones y coacciones que aseguren determinados comportamientos.

Pero este poder tiene que ser reparado por toda la sociedad, previamente reconocido. La aceptación de este derecho por parte de los demás se llama legitimación. De acuerdo con Weber podemos diferenciar tres tipos de dominio:

1. Carismático:

Se basa en las características y cualidades personales del líder o jefe. Tiene poca estructura y es inestable, sostenida por seguidores o partidarios.

2. Tradicional:

La garantía del poder reside en las costumbres y en la tradición. Se organiza por personas dependientes o remuneradas por el legislador, con cierta independencia y autonomía.

3. Racional-legal:

El poder se justifica mediante procedimientos legales que especifican cómo puede ser instituido. Se organiza con la burocracia como un sistema en el que la autoridad formal se encuentra en la cúspide de la organización jerárquica.

Thomas Hobbes: Modelo Individualista

  1. Hobbes parte de un análisis individualista de la naturaleza humana y de la suposición de un estado de naturaleza original en el que el hombre es enemigo para el hombre: «guerra de todos contra todos».
  2. Pero esta situación se vuelve insostenible y se ve la necesidad de que haya justicia y orden, para lo cual es necesario que haya un poder superior: este poder se establece mediante un contrato social por el que los individuos renuncian voluntariamente a muchos de sus derechos transfiriéndolos a una autoridad soberana que ostenta un poder absoluto.
  3. El contrato se muestra así como algo necesario para dar seguridad al ser humano: mediante él se constituye y legitima un poder absoluto, el Estado, que ejerce su dominio sobre los firmantes del pacto. Estado como garante de la paz, del orden y de la seguridad.

John Locke: Modelo Libertario

  1. Locke no comparte la suposición del homo homini lupus de Hobbes, rechaza la justificación del poder absoluto. Como él, parte de un «estado de naturaleza». Y de aquí la necesidad de un pacto por el que los hombres renuncian a ser ejecutores por su cuenta de la ley de la naturaleza.
  2. Así, se pasa del estado de naturaleza al de sociedad civil: mediante un acuerdo que hace que los individuos se unan y constituyan una comunidad social obedeciendo los poderes que gobiernan la sociedad.
  3. El poder se identifica con el gobierno que es elegido por la mayoría. Estado como agencia protectora que evite que cada individuo tome la justicia por su mano.

Jean Jacques Rousseau: Modelo Universalista

  1. El hombre primitivo era bondadoso y llevaba una vida pacífica, libre y solitaria, pero las dificultades de subsistencia le llevaron a reunirse en sociedad.
  2. La instauración de la propiedad privada y la transformación del poder legítimo en poder arbitrario.
  3. Ante esta situación, propone la constitución de un nuevo modelo social que recoja los aspectos positivos del estado primitivo. Este como expresión de la voluntad general cuyo fin es el bien común.

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