Actualidad de Nietzsche
Crítica a la concepción estática de la metafísica tradicional
Párrafos 1 y 2
La física contemporánea ha seguido la línea marcada por Nietzsche al pensar la realidad, tanto como al cuestionar el principio de causalidad y el modelo determinista. Son muchos los pensadores, escritores y artistas que en la actualidad se plantean la existencia de este mundo como algo finito y caótico, sin sentido y finalidad: el existencialismo, existir significa tener que elegir entre diferentes posibilidades.
Párrafo 4
Hoy en día perviven rastros de la moral contranatural, que valora la realidad en función de su procedencia de otras realidades supremas. Por ejemplo, la manera en que nos enfrentamos a la tradición, como forma definitiva a la que solo cabe fidelidad.
Párrafo 6
Muchos hoy en día estarían de acuerdo con Nietzsche en que toda creencia en un ser trascendente supone un extravío moral, considerarían que es imposible vivir plenamente con un Super-ser. Considerar la realidad como un caos en constante fluir, la naturaleza como un proceso infinito y sin finalidad concreta, abre al ser humano un enorme espacio de libertad. Otros piensan lo contrario, por otro lado lo considerado aparente y verdadero varía en las diferentes filosofías, pero todas están de acuerdo en esta escisión (mundo de las ideas/mundo sensible), en Platón. Nietzsche piensa que no hay más realidad que la que nos ofrece a los sentidos de manera inmediata, le acerca al psicoanálisis y al marxismo, de hecho, han sido muchos los pensadores adscritos al marxismo que han establecido puentes entre este y Nietzsche. La escuela de Frankfurt puede considerarse heredera de la filosofía nietzscheana.
El lenguaje embaucador (5)
Es muy frecuente la clasificación de la realidad a través de conceptos y etiquetas, lo cual es problemático cuando se aplica a grupos humanos. El caso de la reivindicación de paridad en las listas electorales entre hombres y mujeres, lo que subyace en estas actitudes socio-políticas es la antigua cuestión filosófica de los universales, porque si lo verdaderamente real es el individuo, se defenderán políticas de igualdad de oportunidades, mientras que si se considera más importante el grupo se promoverán políticas de cuotas y discriminación positiva. La preocupación de Nietzsche por la capacidad falseadora del lenguaje es actual, en especial en lo que se refiere al lenguaje de los políticos y de la publicidad. La crítica de Nietzsche al lenguaje constituye uno de los elementos más influyentes de su filosofía. Es interesante destacar el peso de la filosofía de Nietzsche en la hermenéutica. Es indudable también su influencia en la filosofía de la ciencia.
Los sentidos como fuente de verdad (1, 2, 3)
La afirmación de Nietzsche acerca de que los sentidos constituyen un elemento esencial en el conocimiento. Para Nietzsche el punto de partida es siempre el sujeto y su cuerpo, de ahí que reivindique los sentidos y el placer. Nietzsche no es solo censista sino también sensualista. Por el contrario, la ciencia moderna considera indeseable toda intervención del sujeto en el conocimiento. Para Nietzsche no existe una realidad externa que pueda ser asimilada sin desfigurarla. Nietzsche acusa a la ciencia de esterilidad a la hora de guiar nuestra vida y afirma que esa ciencia nos sirve tanto como a un náufrago le pueda servir conocer la composición química del agua en mitad de una tormenta. Observamos que del mundo sensible solo puede obtenerse doxa y nunca episteme, con la salvedad de que para Nietzsche se trata del único mundo que existe. Así pues, la reivindicación nietzscheana de la sensibilidad frente al concepto o razón sigue teniendo plena actualidad, igual que hablar de la importancia de la corporeidad en la filosofía actual.
Actualidad de Ortega y Gasset
Papel de la cultura y de la educación
Ortega ha argumentado una crítica al culturalismo, es decir, a la concepción racionalista de la cultura. Según el pensador madrileño, la cultura surge de las preguntas, inquietudes e interés vitales de los hombres. El racionalismo se ha empeñado en perpetuar la vigencia de unos contenidos culturales olvidando que esos contenidos elegidos como perennes son frutos de una sensibilidad concreta y que a medida que se alejen de ellas, se vacían de sentido. La cultura tiene que ser un contenido vital que el hombre de cada época sienta como fruto de su tendencia a la verdad, al bien y a la belleza. Actualmente se denuncia un alejamiento de la sociedad de los contenidos culturales tradicionales, una especie de “embrutecimiento”. Sin embargo, ¿por qué se puede estar produciendo tal proceso que va contra la tendencia a la cultura que Ortega ha descrito en la vida de todo hombre? El análisis orteguiano ofrece pistas sobre las razones de ese alejamiento:
- ¿No se estarán ofreciendo unos contenidos culturales anquilosados?
- ¿No deberíamos analizar la vida del hombre actual e identificar cuál es el tipo de pregunta que surge de ellas?
- ¿No conectados con la vida, resultan significativos?
El interés orteguiano sobre el lugar de la cultura y su relación con la vida sigue vigente.
- ¿Tiene sentido proponer contenidos no significativos, es decir, contenidos que no dicen nada a quienes teóricamente debería interesarles?
- ¿Acaso existe contenidos culturales interesantes por sí mismo y que deben enseñarse caiga quien caiga?
- ¿Esa posición pedagógica no podría ser una expresión más del culturalismo?
Los párrafos de la doctrina del punto de vista ofrecen, por tanto, pistas que llevan al sistema educativo a su autocrítica y autoanálisis.
El papel de la vida política
La filosofía de Ortega se propone como una solución a la crisis de la modernidad. La vida política de su tiempo, oligárquica y fundada en un sistema de caciques, expulsaba a la sociedad, a la que no ofrece respuesta ni deja participar. La consecuencia suele ser el desinterés de los ciudadanos por todo lo que “huele” a política. Los bajos índices de inscripción de los partidos políticos o sindicatos. El auge de los totalitarismos que Ortega vivió también se produjo en un ambiente de crisis política.
Las relaciones internacionales
Según Ortega, la verdad íntegra surgirá de la unión de las verdades parciales proporcionadas por todas las perspectivas: toda vida es un punto de vista insustituible para acceder a la verdad y, por tanto, debe ser escuchada. Los argumentos de Ortega son aplicables al complejo arco de las relaciones entre grupos, partidos, organizaciones cívicas, culturas, estados… Cada uno, desde su perspectiva, tiene derecho a participar en el diálogo y en la toma de decisiones. Es necesario, por tanto, articular sistemas e instituciones que permitan la participación y el encuentro.
La diversidad cultural
La doctrina del punto de vista se convierte en un antídoto para cualquier etnocentrismo que niegue el valor de las otras culturas. Cada ser humano es una perspectiva que accede a una verdad parcial. No hay una verdad que pueda despreciar a las otras, pues realmente no hay una verdad, sino infinitas partes de la misma. El perspectivismo es, por tanto, un instrumento vigente para articular la convivencia en sociedades cada vez más multiculturales.
El valor de la historia
El debate en torno al valor del estudio y enseñanza de la historia encuentra en el perspectivismo un enfoque interesante: en todo momento histórico el ser humano ha captado una parte de verdad a la que posteriores momentos históricos no han tenido acceso. El conocimiento de estas épocas nos acercará a esas partes de la realidad. La historia es, por tanto, un medio privilegiado para el enriquecimiento.