Crítica de la Razón Pura de Kant
El Entendimiento
En la analítica trascendental, Kant estudia el entendimiento, la facultad de los conceptos, condición para comprender. El a priori lo constituyen los conceptos puros o categorías, que son doce, entre ellas, la sustancia y la causalidad. Los conceptos puros unidos a las intuiciones empíricas o fenómenos, forman los conceptos empíricos.
El Conocimiento
En el conocimiento han de intervenir estos dos tipos de conocimiento: puros e intuiciones sensibles. En este apartado de la Crítica de la razón pura, Kant se pregunta cómo es posible la física y responde que es posible porque el sujeto impone leyes a priori a la naturaleza. Leyes necesarias para toda la naturaleza. Así resuelve Kant la confrontación de Hume con la física: según Hume, no puede probarse la uniformidad de las leyes de la naturaleza porque no hay impresión de conexión necesaria. Para Kant, no puede probarse que haya uniformidad en sí, es decir, que el futuro se parezca al pasado, pero esa uniformidad se nos da en cómo se aparece. La naturaleza se somete a las leyes a priori del sujeto para ser conocida. La causalidad es una ley del sujeto. Tanto la causalidad (relación causa-efecto) como la sustancia (conocer las impresiones bajo la categoría de sustancia unificadas) son condiciones necesarias. De esta manera queda justificada la física de Newton.
La Razón
En la dialéctica trascendental, la facultad de elaborar razonamientos, Kant se pregunta si es posible la metafísica. Estudia la razón y critica su pretensión de conocer lo en sí, es decir, su pretensión de ir más allá de la experiencia. Las formas más allá de la razón son las ideas puras del mundo, alma y Dios. En la razón hay una tendencia a encontrar explicaciones, a hacer síntesis cada vez más globales, a encontrar el último fundamento de lo incondicional.
- Los fenómenos físicos: la razón busca unificarlos y explicarlos mediante teorías metafísicas sobre el mundo.
- Los fenómenos psíquicos: la razón busca unificarlos mediante teorías metafísicas sobre el alma.
- Ambos (psíquicos-físicos): la razón los unifica mediante teorías metafísicas que remiten a una causa suprema, Dios.
Mundo, alma y Dios son las tres ideas puras de la razón, que sobrepasan la experiencia, que no pueden unirse a ninguna experiencia y, por tanto, no hay conocimiento. Sin embargo, la metafísica tradicional ha considerado que se corresponden con objetos que se pueden conocer mediante las categorías del conocimiento (el mundo y el alma son sustancia, y Dios la causa de todo lo creado), pero sustancia y causalidad son categorías del entendimiento, solo aplicables a la experiencia para que haya conocimiento. La metafísica ha unido dos a priori, el entendimiento y la razón, no un a priori y la experiencia. Por tanto, no es posible un conocimiento científico de Dios, mundo y alma; no es posible la metafísica como ciencia, como saber que nos aporta conocimiento.
Lo que sí es posible es la metafísica como un impulso al conocimiento humano, al dirigirlo en su búsqueda por la unidad. También es posible como estudio de los límites del conocimiento humano (criticismo trascendental).
Negar la metafísica, negar la razón; sus ideas no pueden ser conocidas, pero sí pensadas como posibles. Es un conocimiento que no puede conseguirse, pero que no puede dejar de pensarse.
La Crítica de la razón pura de Kant es una obra sobre la teoría del conocimiento y de la metafísica, si la entendemos en este último sentido como un análisis de las limitaciones del conocimiento humano, que ha de encontrar con los a priori de la mente, por una parte, pero, por otra parte, limitada por la experiencia.
El Empirismo
Corriente filosófica que se desarrolla en los siglos XVII-XVIII en Gran Bretaña, a la vez que en la Europa Continental se desarrolla el racionalismo. Plantea que el origen del conocimiento se encuentra en la experiencia sensible. Al igual que el racionalismo, afirma que lo que el entendimiento conoce son sus ideas, pero, frente a él, el origen de estas ideas se encuentra en la experiencia y no en la propia razón; no hay ideas innatas. Las ideas proceden de la experiencia. Hay ideas simples y complejas. Las ideas complejas están formadas por la agrupación de ideas simples. Un tema muy importante es cómo se asocian las ideas simples para formar las ideas complejas (psicologismo): leyes de asociación de ideas, de semejanza, contigüedad y causalidad.
Entre sus representantes: Locke, Berkeley (s. XVII), Hume (s. XVIII). El empirismo llevado al extremo desemboca en escepticismo con Hume. Como el criterio de certeza es la sensación (impresión sensible), se cuestionan los conceptos fundamentales de la metafísica tradicional (sustancia, yo, Dios, causalidad), reduciéndolos a ideas complejas formadas por la ley de asociación de la mente. Todo nuestro conocimiento, incluido el conocimiento científico sobre la realidad, se basa, según Hume, en creencias, varias para vivir (Hume no defiende un escepticismo práctico, solo teórico, pero del que no tenemos total certeza).