El Estado Democrático de Derecho
Se entiende por Estado de Derecho, desde el punto de vista jurídico, aquel en el que el ejercicio del poder político se encuentra sometido, en todas sus manifestaciones, a normas jurídicas que responden a determinados valores que aseguran las libertades y derechos de los ciudadanos frente al propio Estado. Haremos dos precisiones respecto al concepto de Estado de Derecho:
- El concepto de Estado de Derecho es más amplio que el de Estado Constitucional. En realidad, no es precisa la existencia de una constitución escrita para hablar de Estado de Derecho (Inglaterra). No obstante, la existencia de un texto constitucional escrito es coherente con la idea de Estado de Derecho porque establece las normas básicas por las que ha de regirse dicho Estado y todos sus miembros.
- La segunda precisión se da entre el Estado de Derecho y el Estado democrático de Derecho. La diferencia entre ambos se encuentra en que, en el segundo, el pueblo es el sujeto legitimador del poder político, justificando así la participación popular en la elaboración y reforma de las leyes (poder legislativo), incluyendo la propia Constitución. El Estado democrático de Derecho es, por lo tanto, un Estado participativo en el que los ciudadanos son titulares de la soberanía y, en función de esta, pueden participar también en el desempeño de su ejercicio a través del gobierno o de la judicatura. España sería, en este sentido, un Estado social y democrático de Derecho, tal como lo recoge la Constitución en su artículo 1.1.
Definición y Estructura de la Democracia
La democracia es el sistema político que garantiza la participación de los ciudadanos en los órganos de decisión política del Estado. Para el sociólogo Salvador Giner, la democracia es «el sistema más racional de gobierno, en el que la apatía política queda reducida al mínimo y los ciudadanos poseen un grado de responsabilidad, inteligencia y voluntad política poco comunes». Abraham Lincoln dio esta definición: «la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo».
Los sistemas políticos básicos de la democracia son:
- La Constitución
- La división de poderes
- El pluralismo político
- La libertad de expresión
También, a lo largo de la historia, el concepto y la práctica de la democracia ha experimentado diversos avatares y no se puede hablar de democracia con un solo contenido. Tampoco podemos conformarnos con una definición escueta. Esto es así porque la democracia es inseparable del régimen político en la que está inserta, de las clases sociales presentes en la sociedad, de la ideología política o religiosa, del desarrollo histórico del país o nación, etc.
Origen de la Democracia
La democracia surge en Atenas en el siglo V a. C. Etimológicamente significa «gobierno del pueblo». Pero desde su origen en Atenas ha ido adquiriendo sentidos y formulaciones muy diferentes. En la civilización griega, la democracia tenía un sentido muy distinto del que actualmente se tiene. En primer lugar, las características que debía tener una persona para ser ciudadano ateniense eran: que fuera natural de Atenas, que fuera hombre y libre. Por lo tanto, quien no reuniera estas condiciones no podía participar en el gobierno de la polis (ciudad). De esta forma, quedaban excluidos las mujeres, los extranjeros y los esclavos.
El modelo ateniense de democracia tuvo su cénit en la Atenas clásica de Pericles y, aunque en la República romana algunos plebeyos pudieron acceder al Senado, en ninguno de ambos casos se puede hablar de democracia en el sentido moderno del término. Se puede decir que el ejercicio real de la democracia, como un gobierno emanado del pueblo y para el pueblo, como nos decía A. Lincoln, surge en oposición al Antiguo Régimen de las monarquías absolutistas europeas de los siglos XVI, XVII y XVIII. El exponente máximo de este enfrentamiento lo tenemos en la Revolución Francesa de 1789, que, al grito de «Libertad, Igualdad y Fraternidad», hizo rodar por los suelos las cabezas de la vieja nobleza aristocrática que hasta entonces se había encargado de regir el destino de sus siervos, amparándose, unas veces, en la pureza del realengo de su linaje; otras, en una suerte de mandato divino.
Los Modelos de Democracia
El término «democracia» es polivalente, es decir, necesita ir acompañado de un adjetivo para que tenga una definición precisa y saber, por tanto, de qué tipo de democracia se habla. Así es como se puede hablar de democracia económica, obrera, burguesa, orgánica, representativa, directa, social, política, etc. Ateniéndose únicamente al criterio del tipo de participación, podremos agrupar los modelos de democracia existentes en los siguientes tipos:
Democracia Directa
La aplicada en la antigua Grecia: los ciudadanos participaban directamente en las instituciones del gobierno (Consejo) y en la Asamblea (Ekklesia). También es aplicada en la actualidad en los cantones suizos.
Democracia Representativa
Es la que se ejerce en los Estados modernos. Los ciudadanos eligen en votación a sus representantes en las instituciones del Estado (Parlamento, autonomías, ayuntamientos, etc.).