El Problema del Conocimiento en Descartes: La Búsqueda de la Certeza

El problema del conocimiento en Descartes consiste en encontrar un método que eleve a la filosofía al rango de ciencia. La preocupación de Descartes por el método es una exigencia de su espíritu crítico con respecto a la filosofía precedente. Descartes rompió con toda autoridad en filosofía, sustituyéndola por un método que será la garantía de su pensamiento.

La Unidad del Saber

Descartes parte de la unidad de la ciencia. Mediante ésta, se pretende abrir el camino hacia la búsqueda de la verdad, para poder empezar desde los fundamentos y establecer algo firme y constante en las ciencias. Así, lo que caracteriza al método es la unidad del saber. Esta unidad viene determinada por la luz natural de la razón, que siempre es una y la misma.

El Método Cartesiano

El método son reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales, el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero. El método pretende hacer avanzar el saber. Descartes concluye que el método hace que el espíritu intuya y conozca distintamente mejor.

La Evidencia como Criterio de Verdad

El único criterio de verdad es la evidencia. No debemos tomar nada como verdadero a no ser que sea evidente por sí mismo, de tal forma que es mejor no estudiar nunca antes que ocuparse de objetos difíciles y dudosos. Así, se rechazan todos los conocimientos probables. La evidencia se define mediante dos características: la claridad y la distinción.

La Duda Metódica

Para Descartes, la base del método será la duda metódica. La duda cartesiana será especulativa, metódica, mientras dure ha de ser sincera, es decir, una duda igual a la duda escéptica excepto en su duración. Las características de la duda cartesiana son:

  • Universalidad. Hay que cuestionar absolutamente todos los conocimientos y creencias. De esta duda, sólo se salvan algunos principios mínimos de ética y aquellos esenciales en materia de religión.
  • Exagerada o “hiperbólica”. El resultado de esta duda es una verdad que otorga certeza absoluta, puesto que de ella es imposible dudar.
  • Metódica. No puede confundirse con la duda del escepticismo, ya que se pretende buscar la certeza.
  • Su intencionalidad no es de perdurabilidad. Una vez planteada la duda como método y tras descubrir el primer principio evidente (el cogito), se hace necesario superarla.
  • La duda proporciona evidencia de lo antes dudoso. Lo que proporciona la duda y su método es una «demostración» racional de su certeza, es decir, una evidencia de aquello sobre lo que antes no la teníamos.
  • Es consecuencia de la primera regla del método. Esta primera regla sostiene que es necesario «no admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo sea».
  • No se dirige a las creencias individuales y particulares, sino a su fundamento. A lo que se dirige la duda como método es a la fundamentación de las creencias. Si se encontrara una fundamentación de la irracionalidad de las creencias, todas ellas caerían en picado.
  • Tiene restricciones. La duda se dirige hacia el conocimiento, pero no a la vida ética y práctica cotidiana.

Los Sentidos y el Sueño

El primer paso consiste en dudar de aquellas cosas que percibo por los sentidos, ya que estos alguna vez me han engañado y, por tanto, no son fuente fiable del conocimiento. Pero hay cosas de las que parece imposible dudar, como por ejemplo, que estoy aquí ahora. Por ello, Descartes busca un nuevo nivel de duda para tales conocimientos sensibles.

Aunque crea que ahora estoy aquí, ¿no podría ocurrir que realmente no esté?, pues cuando soñamos nos representamos las mismas cosas que cuando estamos despiertos. Se puede objetar que se percibe con más distinción estando despiertos que dormidos, pero para Descartes, no hay indicios concluyentes ni señales que basten a distinguir con claridad el sueño de la vigilia, «los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos, pueden también ocurrir cuando dormimos».

Las Cosas Simples y Universales

Pero si lo que acontece en sueños es igual a lo que acontece en la vigilia, los primeros han de tener una imagen en la segunda, es decir, ha de existir algo a lo que se refieren los sueños. Las cosas que nos representamos en sueños son cuadros y pinturas que deben formarse a semejanza de algo real y verdadero.

Pero aunque esté soñando, o en caso de que las cosas que percibo sean ilusiones, siempre habrá cosas ‘más simples y universales’ que son verdaderas y existentes y de cuya mezcla están formadas todas las imágenes de las cosas que residen en nuestro pensamiento. Entre tales cosas se encuentra la naturaleza corporal, la extensión, la figura, la magnitud y su número.

La Duda de las Matemáticas

La aritmética y la geometría tratan de cosas muy simples, ciertas e indudables, pues duerma o esté despierto, dos más dos siempre serán cuatro y el triángulo siempre tendrá tres lados. Sin embargo, como Descartes intenta ver lo que se oculta tras la ciencia, ésta también ha de ponerse en duda.

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