Los Rasgos Específicos del Ser Humano: Cerebro, Lenguaje y Cultura

Los Rasgos Específicos del Animal Humano: Cerebro, Lenguaje y Cultura I

A continuación, vamos a estudiar los rasgos que fueron surgiendo a lo largo del proceso de hominización y que distinguen al ser humano del resto de animales.

La Marcha Bípeda

La marcha bípeda supuso un cambio fundamental en la vida de los homínidos. En un primer nivel, porque trae consigo la liberación de las manos. En otro nivel, el estrechamiento de las caderas, la curvatura diferente de los fémures, la modificación de las rodillas y los lentos cambios en la estructura torácica y en la columna vertebral suponen una solución económica al nuevo problema que se plantea al tener que recorrer largas distancias por el suelo.

Los beneficios eran notables en rapidez, por si había que emprender la huida, y en eficacia, para la búsqueda de alimentos.

El Tipo de Parto

Como contrapartida del bipedismo, se dificultó el parto. El estrechamiento de la pelvis complica la bajada por el canal del parto. Como consecuencia, se requiere de asistencia durante el mismo.

Este problema fisiológico trae, sin embargo, una ventaja, que muestra la intercomunicación de las diferentes adaptaciones: el desarrollo del cerebro no se produce íntegramente antes del nacimiento, como en la mayor parte de los animales. Durante los primeros años de vida, el cerebro continúa madurando. También es más plástico y receptivo a gran cantidad de aprendizajes.

Como resultado final de este proceso, es necesario un mayor nivel de cooperación entre los miembros del grupo y la estructura social se hace más compleja, para cuidar y proteger a los nuevos individuos.

El Desarrollo Cerebral

Durante el proceso de hominización, el cráneo de los homínidos ha aumentado de los 750 cm³ del Homo habilis hasta los 1400 cm³ del Homo sapiens.

Este crecimiento está vinculado a la progresiva adquisición de capacidades intelectuales, como el lenguaje y el pensamiento simbólico, y al aumento de la inteligencia y la memoria, fundamentales en el aprendizaje de reglas que permiten la fabricación de herramientas.

La Liberación de las Manos

La locomoción mediante las extremidades inferiores y la liberación de las superiores trajeron consigo una serie de consecuencias importantes. Por un lado, supuso un impulso demográfico, al permitir la protección más eficaz de las crías y el transporte de alimentos y materias primas. Por otro lado, permitió la fabricación de utensilios.

La combinación de la liberación de las manos con el desarrollo del cerebro marcó las diferencias entre los seres humanos y el resto de animales.

La Infancia Prolongada

La manipulación de objetos y la potencial modificación del medio que permite indujeron un progresivo aumento del cerebro. A mayor cultura, mayor desarrollo del cerebro y, con este, mayor avance de la cultura. Esta relación recíproca se complementa con el progresivo alargamiento del periodo de crecimiento (infancia) de los homínidos.

En efecto, una de las características más singulares del ser humano cuando lo comparamos con otros animales es el largo tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta la pubertad. Durante este largo periodo de dependencia de los padres, las crías están sometidas a un intenso proceso de aprendizaje. Es el momento en el que el individuo adquiere todos los conocimientos necesarios para la vida en sociedad.

Este alargamiento de la infancia puede considerarse un elemento más de la tendencia evolutiva a la neotenia. El ser humano maduro mantiene rasgos infantiles durante toda la edad adulta. En los humanos, estos rasgos no son solamente físicos, sino también intelectuales, como, por ejemplo, su incesante curiosidad.

La Conducta Sexual

Uno de los cambios biológicos más importantes que ha condicionado la vida social humana es la sexualidad.

En la mayor parte de los primates, la hembra solo se muestra sexualmente receptiva cuando el óvulo puede ser fertilizado. En las hembras humanas no hay signos claros del periodo fértil, de manera que las relaciones sexuales no se limitan a un periodo concreto con garantías de embarazo.

Esta peculiaridad ha determinado el establecimiento de vínculos afectivos de larga duración con una pareja, aunque el modo en el que se crean los lazos está condicionado culturalmente.

La estabilidad afectiva ha facilitado el largo periodo de infancia y dependencia de las crías humanas respecto a sus progenitores.

El Lenguaje

Para que aparezca el lenguaje, es necesario, de una parte, el desarrollo de una serie de estructuras neuronales para su producción y comprensión, y, de otra, la adaptación de la anatomía del aparato fonador.

La posibilidad de comunicarse, en un medio en el que la vida social va a ser clave para la supervivencia, es uno de los rasgos que garantizan el éxito evolutivo de los humanos. Además, el lenguaje permite construir una imagen del mundo y ayuda a compartirla entre los miembros del grupo, lo que favorece el fortalecimiento de lazos sociales.

La Naturaleza Social y Cultural

A lo largo del proceso evolutivo, los seres humanos han ido perdiendo algunas especializaciones físicas (no tienen unos brazos preparados para desplazarse colgados de los árboles, ni unos colmillos suficientemente desarrollados para desgarrar la carne, ni garras en las manos, ni son especialmente rápidos para huir, etc.); sin embargo, han desarrollado un mecanismo que les permite adaptarse a todas las situaciones y que ha modificado su relación con el medio: la cultura. La producción de instrumentos (lanzas, herramientas de piedra, vestidos, etc.) se convierte en el modo peculiar, aunque no sea exclusivo del hombre, mediante el que se enfrentan a la supervivencia.

La cultura se va adquiriendo en un proceso de aprendizaje social y no mediante herencia, al contrario de lo que ocurre con las conductas instintivas. A medida que las respuestas para la supervivencia en el medio adquieren un carácter predominantemente cultural, aumenta la dependencia cría/adulto y la estructura social se hace más compleja.

La Preparación de Alimentos

Con la utilización de instrumentos y con el dominio del fuego, el ser humano se convirtió en un animal singular capaz de cocinar. Someter a las llamas o a las brasas productos vegetales y animales ayuda a incorporar a la dieta alimentos que de otra manera no podrían ser digeridos. Esto aportó grandes ventajas para la supervivencia.

La capacidad de producir y preparar su alimento impulsó la socialización y el lenguaje. Algunos biólogos consideran que cocinar es la primera actividad puramente humana.

El Descubrimiento de la Razón

Los seres humanos han recurrido a dos formas de explicar las cuestiones que les inquietan: el relato mítico y la argumentación racional.

El primero tiene un origen ancestral. La segunda fue una creación de los griegos, que confiaron en la fuerza de la razón.

Mitos y Relatos Místicos

Un mito es un relato fantástico, lleno de símbolos y metáforas de gran belleza, transmitido de padres a hijos o resultado del esfuerzo colectivo de un conjunto de autores. En los mitos se explica el origen del mundo y se responde a las preguntas sobre el «más allá». Cuentan una historia que se encuentra en otro tiempo: en cierto modo, son atemporales.

Los protagonistas de los mitos son dioses, héroes o personajes sobrenaturales que actúan de forma arbitraria.

Los mitos revelan una verdad esotérica, muchas veces extraña, que es necesario interpretar. En muchas ocasiones, un grupo social se encarga de su interpretación y adquiere, por ello, autoridad y privilegios.

El mito mantiene también una función de cohesión social: la sociedad que lo ha creado se ve reflejada en él, y encuentra en sus palabras un modo de reconocimiento, hasta el punto de que se puede decir que una sociedad lo es en tanto que comparte una serie de relatos míticos.

El mito, en suma, responde a una necesidad de saber y de resolver problemas. Tiene un gran valor y, a veces, alcanza una gran complejidad, pero no es el resultado, necesariamente, del ejercicio de la razón.

El Discurso Racional

En los siglos VII y VI a.C, en las ciudades griegas de Jonia (en la costa de Asia Menor), los llamados filósofos presocráticos comenzaron a explicar el mundo de un modo distinto al propuesto en los mitos, utilizando argumentos racionales y basándose en los elementos naturales.

La naturaleza solo está sometida a sus propias leyes necesarias, y ya no depende de la voluntad de los dioses.

Para ello, emplearon lo que ellos llamaban logos, que significa, a un tiempo, ‘palabra’, ‘argumento’ y ‘razón’. El término logos denota un lenguaje argumentado mediante el que se da razón de las cosas; es decir, un lenguaje que expresa un conocimiento racional. Así, los griegos crearon un modo diferente de responder a la necesidad de saber. Fue el inicio del pensamiento racional, y la filosofía es su heredera.

Las primeras formas de filosofía se originan como crítica a lo que el mito planteaba: a la superstición, a la ignorancia, a la falsa ciencia; es decir, a lo que sobrepasa la capacidad racional. El discurso racional suponía sustituir la creencia o la fe por la razón, el planteamiento de argumentos coherentes y estructurados y la necesidad de probarlos.

El discurso racional fue el triunfo de la comunidad humana, que en la explicación de la naturaleza se liberaba de dioses y de otros poderes extraños a la razón.

Filosofía, Conocimiento e Ignorancia

Puede parecer que el discurso racional se opone totalmente al relato mítico. En cierto modo es así, ya que en el mito no se usa la argumentación, pero ambos comparten un mismo origen: la necesidad de encontrar respuestas a cuanto se teme o a cuanto, simplemente, no se comprende.

El Asombro y las Preguntas

Toda forma de conocimiento surge de la curiosidad y del asombro que provoca en nosotros lo desconocido.

El verdadero asombro se encuentra relacionado con las necesidades de la vida diaria. Para advertirlo será necesario, claro está, emplear los sentidos de un modo nuevo: aprender a escuchar, a ver, a tocar. En suma, descubrir que en cuanto hacemos habitualmente hay enigmas e interrogantes que no tienen una fácil respuesta.

Junto a esa capacidad de asombro, necesaria para iniciar el conocimiento, se encuentra la capacidad de hacer preguntas.

Muchas de las antiguas cuestiones que el ser humano se ha planteado a lo largo de la historia siguen estando abiertas. Otras, en cambio, se han respondido gracias al avance del conocimiento científico. Pero la necesidad de proponer preguntas y de advertir problemas se encuentra en la base del conocimiento.

No obstante, la diferencia más radical entre la razón y el mito se encuentra en la capacidad de crear argumentos.

La Razón

La razón avanza mediante el ejercicio de la argumentación rigurosa, donde todo cuanto se afirma ha de apoyarse en una razón. En el discurso racional, todo razonamiento debe encontrar su lugar en una cadena argumentativa, lo que permite rechazar aquello que no se considera debidamente fundamentado.

La Filosofía y Otras Formas de Conocimiento

Tras analizar los rasgos generales de la filosofía, que es siempre una actividad y una forma de saber racional, conviene distinguirla de otras formas de conocimiento que pretenden responder a algunas de las cuestiones de las que se ocupa la filosofía:

  1. La ciencia: la filosofía no es una ciencia, aunque deba tener siempre en cuenta los resultados de la ciencia y haya de considerar los datos del mundo exterior (En la unidad 6 analizaremos con detenimiento los rasgos del conocimiento científico y su relación con la filosofía).
  2. La religión: la religión es una creencia subjetiva, que es la fe, y se funda en una verdad revelada y en unos textos sagrados. En tanto que creencia personal es muy respetable, y emplea, en ocasiones, «argumentos razonables»; sin embargo, no se basa, como hace la filosofía, en el valor único de la razón y del discurso racional.
  3. La literatura: la literatura inventa narraciones y construye personajes sin que tengan que existir realmente o tener su fundamento en la razón. Es un producto magnífico de la imaginación humana presente en todas las culturas. Algunos de sus temas y de sus creaciones pueden responder a cuestiones fundamentales que resulten cercanas a los temas de la filosofía; sin embargo, no propone un discurso racional fundamentado.

Creacionismo y Fijismo

El interrogante acerca de qué es el ser humano se ha intentado resolver desde perspectivas muy dispares a lo largo de la historia del conocimiento humano: en el origen, desde mitos y religiones; en la actualidad, desde las ciencias y la filosofía.

Los primeros modelos explicativos del origen de las especies, y en particular del hombre, fueron creacionistas y fijistas:

  1. El creacionismo: los creacionistas sostienen la intervención divina como forma de justificar la existencia del mundo y de las distintas especies animales.

    Dios crea el mundo y los seres vivos, y sitúa a los seres humanos en un plano distinto y superior al del resto de seres vivos.

    Los textos religiosos, desde los Vedas hasta la Biblia o el Corán, relatan, con argumentaciones distintas, este origen del mundo.

  2. El fijismo: de acuerdo con esta interpretación, las especies surgen a partir de un acto de creación en un momento determinado con una forma idéntica a como se conocen en la actualidad.

    Según el fijismo, no cabe la posibilidad de la aparición o desaparición de especies ni de ninguna modificación de sus características.

    El fijismo aparece unido al creacionismo, aunque no se identifica con él. Aristóteles fue fijista e influyó poderosamente en el principal representante de esta posición, Linneo. Este, en su obra Sistema natural (1735), lleva a cabo una clasificación de todos los seres vivos conocidos, partiendo de la idea de su inmutabilidad.

La obra de Linneo contribuyó, sin pretenderlo, a la consolidación de la idea de evolución, porque su clasificación ponía de manifiesto relaciones de mayor o menor semejanza entre organismos de acuerdo con su mayor o menor proximidad en su sistema clasificatorio.

Una Actividad Peculiar: Los Rasgos de la Filosofía

Los Rasgos de la Filosofía

A comienzos del siglo XXI podríamos comentar decenas de definiciones diferentes de filosofía, pero existen una serie de rasgos comunes a todas ellas que deben ser tenidos en cuenta. Analicemos estos rasgos:

Un Saber de Segundo Grado

La filosofía no es una ciencia; es un saber racional de «segundo grado», si bien tiene en cuenta lo que pueden aportar las ciencias, o conocimientos de «primer grado», que analizan con detalle la realidad concreta y tienen objetos muy definidos. En cierto modo, la filosofía mantiene siempre una perspectiva, una distancia sobre el conocimiento de primer grado.

Para realizarse, la filosofía necesita tener en cuenta los datos de las diferentes ciencias, pero va más allá de ellas.

La Crítica Constante

El saber filosófico es siempre un saber de carácter crítico. Ello lleva a la filosofía a mantener siempre una distancia respecto a los resultados de las ciencias particulares, de las hipótesis que estas sostienen, y respecto al poder mismo de la razón. Este componente crítico adquiere una importancia fundamental y ha caracterizado la filosofía desde su origen.

La filosofía revisa los fundamentos y las hipótesis últimas, se encuentra más allá de lo que afirman las ciencias particulares y pone en tela de juicio su propia existencia; por eso, su crítica es radical.

Un Saber Integrador

La filosofía tiene un carácter integrador, no se limita a un conocimiento parcial. En efecto, a diferencia de las ciencias particulares, que son altamente especializadas, la filosofía está siempre interesada en plantear perspectivas generales, que permiten integrar los distintos saberes y ciencias particulares.

La construcción de la totalidad puede ser peligrosa si no se encuentra adecuadamente fundamentada, pero es una exigencia de la filosofía.

Ignorancia, Opinión y Creencia

  1. La ignorancia es el más importante. En ella, simplemente, no se conoce nada o se conoce de modo incorrecto.
  2. La opinión es un juicio sin fundamento y sin rigor con apariencia de saber. No tiene una base argumentativa ni verificable empíricamente, y suele depender del sistema de valores de una comunidad.

    La opinión se apoya en impresiones, sentimientos o juicios de valor subjetivos o infundados. Aunque es un conocimiento sin fundamento, en ocasiones quiere imponerse como conocimiento verdadero.

  3. Finalmente, la creencia es la adhesión personal a una idea, teoría, afirmación o dogma, cuyo fundamento es, precisamente, esa adhesión. Por eso, las creencias pueden surgir de la ingenuidad, del prejuicio, de la opinión o del error.

    Solamente hay un caso en que una creencia tiene valor: cuando procede de la fe. Pero la fe no es un fundamento universal y, aun cuando posea elementos racionales, no es un asunto racional, aunque pueda ser «razonable». Por lo tanto, la creencia no puede sustituir nunca al pensamiento racional.

La filosofía, desde sus orígenes, ha criticado las creencias y las opiniones, y sobre todas ellas se ha opuesto a la ignorancia y a la superstición.

La Idea de Cultura (Subjetiva y Objetiva)

A la hora de analizar la idea de cultura hay que distinguir entre:

  1. Cultura subjetiva: cuando el término «cultura» se refiere a un sujeto (por ejemplo, «María es culta») se relaciona con la idea de educación. Cultura, en este sentido, recoge el significado de la palabra griega paideia.

    Cicerón fue el primero en darle esta interpretación: los sujetos deben cultivar su alma de la misma manera que se cultiva la tierra. Desde este punto de vista, una persona cultivada es alguien que se ha educado, esto es, que ha adquirido ciertos conocimientos y habilidades, frente a quienes no han recibido ninguna formación.

    La cultura así entendida se refiere a un determinado contexto histórico; por tanto, lo que se considere culto variará en función del momento y del lugar en los que se afirme.

    La cultura, en este sentido, es el acervo de conocimientos que adquiere un sujeto en el proceso de aprendizaje en un contexto social.

  2. Cultura objetiva: toda cultura subjetiva se produce en el marco de una cultura objetiva. Por decirlo de algún modo, la cultura subjetiva es la manera en que la cultura objetiva se da en un sujeto.

    Durante la Ilustración se diferenció entre una cultura como formación personal y otra sometida a sus propias leyes y, por tanto, objetiva. Pero fue Herder, en el siglo XVIII, quien delimitó el concepto objetivo de cultura como los logros permanentes de los seres humanos: el arte, las ciencias, las costumbres, el lenguaje, etc.

    La cultura en sentido objetivo se convierte en todas las producciones que llevan a cabo los seres humanos en un contexto social y que configuran su realidad más inmediata.

    De esta manera, todas las actividades que se desarrollan en el seno de una sociedad son cultura: escribir, pasear al perro o cantar una canción. También son culturales todos los objetos producidos por el ser humano independientemente del nivel de complejidad que tengan: un hacha bifaz es cultura y también lo es un helicóptero.

Emic y Etic

  1. El punto de vista «emic» es el que adoptan los propios participantes, es la visión que ellos consideran real, significativa o apropiada. Consiste en interpretar una ceremonia, ritual u otra práctica cultural dentro de los parámetros del agente que la ejecuta y, por tanto, tomando en consideración la justificación que la propia cultura hace de dichas prácticas.

    La posición «emic» es la que se mantiene dentro de una cultura, producto del proceso de enculturación, y hace que se valoren las propias prácticas y creencias como correctas o legítimas.

  2. La perspectiva «etic» es la que adopta el observador externo. Es el punto de vista que toma el sociólogo, el antropólogo, etc., cuando intenta valorar una situación cultural desde su propia cultura, desde los parámetros establecidos por esta.

    La posición «etic» es la perspectiva que se mantiene desde fuera de una cultura, siempre se mantiene desde otra cultura, aunque se pretenda conservar la objetividad.

El Proceso de Hominización

Los Primeros Homínidos

La organización taxonómica sitúa al ser humano en relación con los simios antropomorfos (gorilas, orangutanes y chimpancés). La separación del linaje humano de los chimpancés se produjo hace relativamente poco, aproximadamente unos 6 millones de años, al final del Mioceno.

Hay varias hipótesis que pretenden explicar el surgimiento de los homínidos y su separación del linaje de los chimpancés. Una de las que más repercusiones ha tenido es la denominada East Side Story, teoría que propuso el paleoantropólogo Yves Coppens en 1982.

Según esta teoría, la aparición de los homínidos coincide con la del Gran Rift, hace unos 8 millones de años. Los antiguos primates, aislados en las sabanas del este de África, se fueron adaptando a la posición bípeda. Por el contrario, los que se quedaron en el oeste conservaron su adaptación al medio selvático y evolucionaron a grandes monos.

Sin embargo, esta teoría ha sido puesta en duda ante el reciente hallazgo de la mandíbula inferior de un homínido de hace 3,5 millones de años, en la zona de Bahr el Ghazal (Chad). Lo que hace pensar que los Australopithecus estaban mucho más dispersos.

El primer representante de los homínidos apareció hace entre 4,2 y 3,9 millones de años: es el Australopithecus anammsis. Sus características físicas concuerdan con los rasgos que marcarán la especificidad humana.

La primera modificación tiene que ver con los molares, que aumentan de tamaño, lo que da cuenta de un cambio en la alimentación. Se cree que estos homínidos comenzaron a introducir la carne en su dieta, aunque en un principio procedente de animales muertos. Su hábitat se encontraba en ambientes mixtos entre bosque y sabana. Por otro lado, los restos fósiles encontrados no dejan lugar a duda de su marcha bípeda, lo que les permitió desenvolverse mejor en espacios abiertos.

El Australopithecus afarensis, que vivió hace 3 millones de años, muestra otro cambio fundamental paralelo a la bipedestación: se trata de una mano con un pulgar próximo a los otros cuatro dedos; esto es, con capacidad para manipular objetos pequeños y para trasladarlos con éxito.

Hace entre 3 y 2 millones de años se produjo una fuerte diversificación de las distintas especies de homínidos, asociada a los cambios climáticos. En esta época se produjeron fuertes oscilaciones climáticas vinculadas con la extensión del hielo en el hemisferio norte en las épocas de frío (glaciaciones). Esto contribuyó a la desaparición del bosque y al surgimiento de ambientes secos y abiertos (sabanas y praderas).

El Australopithecus africanus, último representante de este género, se extinguió dando paso a formas mejor adaptadas a los espacios abiertos.

La Evolución de los Primeros Homo: el Homo habilis

Suele aceptarse como fecha de emergencia del género Homo los 2,4 millones de años. La estrecha línea divisoria entre los primeros representantes del género Homo (el Homo habilis) y los otros homínidos suele trazarse considerando la capacidad de este de fabricar instrumentos de piedra. La presencia de las primeras muestras de industria lítica, por tanto, marca la distancia entre los humanos y los no humanos.

Los primeros útiles eran muy simples: piedras talladas para obtener un filo con el que cortar restos de animales o extraer raíces. La producción de estos instrumentos de piedra ayudó a introducir en la dieta carne y grasas, lo que permitió la reducción del tubo digestivo (los productos animales son de asimilación más fácil que los vegetales). Todos estos cambios impulsaron la expansión cerebral, desde los 450 cm³ de los Australopithecus a los 750 cm³ de capacidad craneal del Homo habilis.

Este aumento del volumen del cráneo hace suponer que ha adquirido alguna capacidad cognitiva superior, aunque hay muchas dudas de que posea un lenguaje articulado. Ahora bien, producir herramientas, modificar con intencionalidad objetos de su entorno, supone cierto desarrollo de sus facultades intelectivas. Asimismo, indica avances importantes hacia modos de vida social más complejos.

Explorando Nuevos Ecosistemas: el Homo ergaster

Hasta este momento, los restos fósiles se encuentran en África. Hace 1,8 millones de años apareció el Homo ergaster, el primero capaz de vivir en ecosistemas muy distintos a los africanos. Sus características físicas son: mayor capacidad craneal (900 cm³), un toro supraorbital muy marcado, huesos nasales que proyectarían la nariz hacia delante, mandíbula pequeña y un esqueleto similar al de los humanos actuales.

No obstante, la novedad fundamental que aportaron fue su mayor capacitación técnica. El tallado de las lascas es más elaborado, pues se modifican ambas caras (bifaces). Estas herramientas, con filo en todo su borde, servían para cortar madera y carne, y para preparar pieles.

Suele considerarse que el Homo ergaster vivía en un entorno social complejo. El posible desarrollo más lento de las crías habría hecho surgir la elaboración más estrecha entre los miembros del grupo, que se vuelve más protector, y aparece la distribución del trabajo por sexos, al depender la cría del cuidado de la madre un largo periodo de tiempo.

El dominio del fuego por parte de estos Homo facilitó su supervivencia. Utilizarían el fuego para ahuyentar a los depredadores, para calentarse y para cocinar los alimentos. En su origen, tomarían el fuego de la naturaleza hasta desarrollar las técnicas necesarias para producirlo.

Cocinar algunos alimentos, sobre todo la carne, es de una importancia enorme. La cocción de alimentos mata parásitos y elimina toxinas, haciendo algunas carnes comestibles. Por otro lado, la carne asada está más tierna, lo que permitiría a ancianos, enfermos y niños acceder al alimento e incrementar sus posibilidades de supervivencia.

El consumo habitual de carne, que aportaría las proteínas necesarias para la actividad de un cerebro mayor (la capacidad craneal del Homo erectus se aproxima a los 1300 cm³), así como la complejidad social, facilitaron la adaptación al entorno, que produjo el aumento de la población.

Extinción del Homo neanderthalensis

Durante un largo periodo de tiempo, el continente europeo estuvo habitado simultáneamente por el Homo neanderthalensis y el Homo sapiens.

El Homo neanderthalensis era robusto, con una cara grande y mandíbula y nariz voluminosas, sin mentón. Su fortaleza física le permitiría cazar con éxito. Desarrollaron, a su vez, una industria lítica propia, con un tallado peculiar que permitía un gran aprovechamiento de las piedras. A partir del hallazgo de los hogares del yacimiento Abric Romaní (Barcelona) se ha establecido que la utilización del fuego era un elemento fundamental en la estructuración de las comunidades de neandertales.

La organización social de estos homínidos era compleja y se sabe que cuidaban de los enfermos y ancianos y que enterraban a los muertos.

La extinción de los neandertales, hace unos 30 000 años, sigue siendo un misterio. Aunque vivieron en comunidades altamente organizadas y con industrias eficaces, sin embargo, puede ser que no fueran capaces de aprovechar al máximo los recursos de su entorno, que no tuvieran un lenguaje suficientemente desarrollado para una comunicación eficaz o que su capacidad cognitiva fuera menor que la del Homo sapiens.

El Origen del Homo sapiens

Existen dos teorías para explicar el origen de los humanos actuales:

  1. El modelo multirregional: el Homo sapiens surgió simultáneamente en diferentes lugares del continente africano y europeo. La unidad de la especie se habría mantenido gracias a los flujos genéticos entre poblaciones, lo que habría evitado el aislamiento reproductivo y la diversificación de especies.
  2. El modelo del reemplazo africano: la especie humana actual tiene un único origen en África. Esta hipótesis está sostenida por los recientes estudios de la biología molecular, que parecen apoyar la teoría de un antepasado africano común a todos los individuos que conforman la humanidad actual. De esta forma se explica más fácilmente la gran homogeneidad que existe en la especie humana.

El éxito evolutivo del Homo sapiens está muy relacionado con el mejor aprovechamiento de los recursos del medio y con una mayor plasticidad adaptativa. Esto último tiene mucho que ver con el desarrollo de la cultura, que es paralelo al aumento de las capacidades intelectivas.

El Homo sapiens es un inventor eficaz. Construyó útiles para cazar y pescar, para trabajar las pieles y confeccionar vestidos más elaborados para protegerse del frío. Utilizó materiales nuevos, como el hueso o el marfil, y los combinó para fabricar herramientas, como hachas y lanzas.

Pero, sobre todo, su mente simbólica le permitió construir utensilios que no están vinculados directamente con la supervivencia, como son los adornos y el arte. Todo ello tuvo que venir acompañado de una mayor estructuración social, con el reparto de responsabilidades y con grandes mejoras en la comunicación oral.

El Homo neanderthalensis y el Homo sapiens vivieron durante la última glaciación. La existencia de grandes placas de hielo que conectaban los continentes ayudó a la expansión de los humanos arcaicos por el mundo.

Hace unos 15 000 años, cuando el periodo glaciar comenzó a remitir, los sapiens tuvieron que cambiar de forma de vida hacia asentamientos estables que permitieran el almacenamiento de alimento. La domesticación de plantas y animales, que implica controlar los recursos disponibles, supuso la consolidación del proceso de hominización.

A partir de este momento, la especie humana continúa un proceso de evolución biológica y cultural en el que esta última alcanza un papel predominante, como se verá en la unidad 3.

Concepción Esencialista

Una concepción esencialista, que define de forma estática los elementos que constituyen la identidad de un grupo cultural y pretende preservar costumbres, actitudes, instituciones, etc., frente a otras culturas.

Se presuponen unos elementos constituyentes, de origen remoto, que se han preservado generación tras generación y que son considerados un patrimonio común por los componentes del grupo cultural.

Este concepto esencialista es excluyente, considera homogéneo el espacio cultural propio e intenta defenderlo de toda contaminación exterior. Esta concepción corre el riesgo de ser usada ideológicamente para defender intereses de grupos de poder o posiciones políticas.

Noción Histórica

Una noción histórica no esencialista, que considera las culturas productos históricos sometidos a cambio. En este sentido, la identidad cultural, más que algo dado, es un proyecto; se la considera un proceso dinámico que admite elementos nuevos al tiempo que reproduce los de la propia tradición.

Desde esta perspectiva, es inevitable que las tradiciones, las formas económicas y políticas, el lenguaje o el arte cambien con el tiempo y con la interacción con otros grupos culturales y se adapten a cada época histórica.

Los procesos de enculturación producen una continuidad en los grupos culturales, y gracias a ellos se mantienen los elementos materiales, sociales y subjetivos comunes que configuran la identidad cultural de un grupo humano.

La Variedad de las Culturas Humanas

A lo largo del proceso de hominización, como se ha visto en la unidad anterior, los seres humanos han ido mostrando gran plasticidad para adaptarse a medios muy diversos.

Cada grupo humano construye su propia cultura como un modo de solución a los problemas que el medio plantea. Entre las situaciones posibles con las que se pueden encontrar, algunas serán comunes y los grupos crearán respuestas paralelas y en ocasiones muy similares. En otras ocasiones, los retos del entorno serán muy dispares y producirán productos culturales peculiares: diferentes tipos de formas de vestir, lenguas distintas.

Los intentos de explicar y justificar la gran diversidad cultural de la especie humana son paralelos a la constatación de la existencia de diferentes culturas. Durante el siglo XVIII aparecieron las primeras tentativas sistemáticas de explicar por qué partiendo de unas características biológicas comunes las expresiones culturales de los seres humanos son tan distintas.

Evolucionismo

El evolucionismo, que llevó la idea de evolución biológica al ámbito de la cultura, señala que todas las culturas pasan por las mismas etapas en su desarrollo, por lo que llegarán al mismo estadio. Por ello, puede utilizarse un esquema universal para analizarlas.

La diversidad queda justificada porque cada cultura se encuentra en una etapa distinta del mismo proceso.

Por ejemplo, Comte señala tres momentos por los que todas las culturas pasarán a lo largo de su historia: formas de pensamiento teológicas, metafísicas y, por último, positivas. A su vez, Marx estableció que las etapas en el proceso de evolución cultural son el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y el comunismo.

Se trata de esquemas unilineales, en los que el proceso de evolución es único. De esta manera, se podrían clasificar las culturas como más o menos desarrolladas en función del momento en el que se encuentren.

Otros defienden un esquema multilineal, según el cual pueden darse diferentes modelos de desarrollo en función de las condiciones del medio, de las disposiciones tecnológicas, etc.

Particularismo Histórico

Como reacción al evolucionismo, a principios del siglo XX, algunos antropólogos plantearon otro modelo explicativo de la diversidad: el particularismo histórico:

Cada cultura tiene un desarrollo historico propio. No existe el progreso ni unas culturas estan mas evolucionadas que otras.


5) Otra escuela que plantea una cn’tica al evolucionismo es el difusioj jusmo: el origen de la diversidad cultural se encuentra en la confluent cia de una serie de practicas culturales concretas o areas culturales.

Los ambientes con los que viven los seres humanos son limitados y producen elementos similares, luego la diversidad surge de la «difij-sidn> de una cultura a otros espacios o del contacto entre grupo












LA DIVERSIDAD CULTURAL HUMANA YLACONVIVENCIA ENTRE CULTURAS


EI multiculturalismo


A mcdida que cl transporte y los medios de comunicacion permiten el ntercambio de productos, gentes e information, las distintas formas culturales han ido convergiendo. Mientras las comunidades eran pe-jcnas y permaneci’an aisladas, las practicas culturales del grupo eran amines y homogeneas. A medida que las sociedades se van haciendo masgrandes, esa homogeneidad interna va desapareciendo.

li asimilacion e integration de elementos de otras culturas recibe el ombre de aculturacion. Este ha sido un proceso habitual en todos bs momentos historicos y pone de manifiesto la movilidad cultural, esto s, d hecho de que las culturas no son entidades estaricas y cerradas, si-no dinamicas y abiertas.

En la actualidad, los procesos de aculturacion son cada vez mas habitua­te y dan lugar a un fenomeno que, si bien no es nuevo, es cada vez mas evidente en las sociedades modernas:

El multiculturalismo: en una sociedad conviven personas proce-dentes de culturas muy distintas, con actitudes y costumbres dispares.

No se puede establecer un paralelismo entre Estado y cultura, porque en un mismo espacio politico pueden convivir culturas distintas. Todo ello ha producido el surgimiento de movimientos sociales que proclaman los aiefirios de la mezcla de culturas y olros que pretenden cerrar las fron-teras en nombre de la conservation de la propia identidad cultural.


Las actitudes ante la diversidad cultural (relativismo cultural y etnocentrismo)


la diversidad cultural es un hecho que ha suscitado diferentes actitudes, entre las que destacan:

1) El relativismo cultural: establece que las costumbres, los valo-res y las demas practicas culturales son relativas a la cultura de la que forman parte y no pueden ser entendidos desde fuera de ella.

De este modo, se niega la validez de cualquier perspectiva «etic»; solo tienen senrido las descripciones «emic» de una cultura. Las diversas culturas son independientes, son sistemas cerrados.

Una de las consecuencias del relativismo cultural es la negation de la existencia de un patron comun de referenda para juzgar la correc-don o incorreccion de los valores y las costumbres. No es posible tampoco la comparacion entre culturas o la consideration de unas superiores a otras. En este senrido, el relativismo cultural es la nega-rion mas radical del punto de vista etnocentrico.

!) El etnocentrismo: designa la tendencia a considerar las caracte-risticas de la propia cultura superiores y modelos universales para el resto de grupos humanos. Se juzgan otras practicas, si son con-trarias a la propia, como incorrectas.

Esta acritud se encuentra en la base de los movimientos racistas, de la intolerancia y de la xenofobia.









LA FILOSOFIA Y SU HISTORIA

?iejer la historia: la permanencia de los problemas

La filosofi’a es un producto historico y depende de ciertas condicio-nes sociales y economicas. En cada epoca se han dado diferentes res-puestas a los problemas que han preocupado a la filosofi’a, pero, a dife-rencia de la ciencia, la historia de la filosofi’a no es la historia de las soluciones a los problemas que analiza. La mayorfa de ellos permanecen abiertos.

Este caracter peculiar de la filosofi’a hace posible que cuestiones que preo-cupaban a los antiguos griegos o a hombres y mujeres del siglo xvi sigan siendo importantes para quienes vivimos a comienzos del xxi. El miedo, el amor, la duda, el poder, la belleza y el mal han sido constantes compa-neros del ser humano a lo largo de la historia. Tienen formas diferentes, pero siempre estan ahi.

Por esto, es preciso recordar que hacer filosofia supone tener en cuenta lo que hicieron los filosofos del pasado no para repetir lo que ellos pen-saron o para revivir epocas que ya no pueden volver, sino para mante-ner una relation con los problemas que permanecen abiertos a la inves­tigation filosofica.

La filosofia muestra que, en muchas ocasiones, lo que se cree mas moder-no es lo que ha logrado sobrevivir entre lo mas interesante del pasado. Por esta razon, es probable que en el siglo xxi se sigan manteniendo pos-turas semejantes a las que sostuvieron Platon, Tomas de Aquino, Kant, Nietzsche o Heidegger.

Todos estos pensadores pertenecen a un pasado concreto, pero sus refle-xiones siguen siendo, en muchas ocasiones, actuales. Y es que la filosofi’a se asienta siempre en un dialogo vivo con el pasado.

A continuation, indicaremos las principales etapas en la historia de la fi­losofia.

La filosofia y su historia


La Antigiiedad clasica

En primer lugar, la epoca clasica, dominada por la influencia de Grecia, comprende la etapa que transcurre entre los siglos vi a.C. y iv d.C, cuan-do se implanto el cristianismo como religion oficial del imperio romano. En las decadas iniciales de este pen’odo aparetio la filosofia en las colo-nias griegas de Jonia (en Asia Menor).

En esta epoca destacan Socrates, Platon, Aristoteles y los grandes siste-mas morales del helenismo, que son referencias constantes en la historia de la filosofi’a. De este pen’odo historico proceden muchos de los princi­pales conceptos filosoficos del pensamiento occidental.

Ahora bien, no podemos olvidar que en lugares alejados de Grecia y de Roma se desarrollaron formas de pensamiento que ejercieron una gran influencia en otras zonas del mundo:

1) En la India, en torno a los anos 1500-1000 a.C, comenzaron a recopi-larse los escritos sagrados de los Veda, que son la base de la filosofi’a hindu.


El mundo de los fines y la practica: de la etica a la sociedad

La filosoft’a practica reune el estudio de los problemas que surgen al con-siderar el mundo de los fines y la actividad practica humana. Por supues-to, tiene en cuenta lo que se ha analizado en el nivel tedrico de la filosofi’a y considera las aportaciones de las ciencias humanas y sociales, pero aqui se abordan, fundamentalmente, los productos de la accion humana.


1) La primera reflexion acerca del universo creado por el ser humano es la etica, que analiza los problemas del comportamiento humano y propone las pautas para una actuacion buena y fundamentada.


2) La filosofia estudia tambien la creacion arti’stica como un componen-te fundamental del ser humano y el significado de cuanto se conside­ra bello. Tal es el objeto de la est6tica.


3) Finalmente, no podemos olvidar que el ser humano es un animal so­cial y que ha creado diferentes instituciones sociales. La filosofia social y politic’a analiza los problemas derivados del origen y de la constitucidn de la sociedad, el trabajo y la tecnica, el poder, el dere-cho, la ciudadani’a, la poh’tica y la economfa.

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