1. Los Milesios
La filosofía tiene su inicio en Mileto. Tales de Mileto pasa por ser el primer filósofo de nombre conocido. Según Tales, el arché es el agua puesto que de ella todo procede y a ella todas las cosas vuelven. Dicho elemento se encuentra presente en todas las cosas. Anaximandro indicó que el arché era el apeiron (lo indeterminado). Es el que gobierna todas las cosas, es inmortal e indestructible y, por tanto, divino. Anaxímenes reconoce una materia determinada: el aire. A esta materia le atribuye los caracteres de la infinitud y el movimiento perpetuo; el aire es la fuerza que anima al mundo. Del aire nacen todas las cosas que hay, que fueron y que serán. El aire es el principio del movimiento y de toda mutación.
2. Heráclito de Éfeso
Heráclito reconoce con la mirada las soluciones anteriores al problema de quién existe y cuál es la causa primera. Heráclito encuentra que los milesios no tenían razón. Las cosas no son nunca lo que son en un momento anterior y lo que son en un momento posterior, las cosas están en continuo cambio, nunca vemos dos veces lo mismo por próximos que sean los momentos. Su filosofía se puede resumir en:
- Al verdadero conocimiento de las cosas llegamos solo por la razón y comprueba que la naturaleza es unidad de contrarios y, aunque los sentidos nos lo establezcan como contrarios, la razón capta de forma unitaria.
- Esta unidad de contrarios se manifiesta en el movimiento continuo. El mundo, que está en continuo movimiento, tiene un logos que todo lo ordena. El mundo no es un caos, todo está regulado por un logos.
- El arché es el fuego, no en sentido corpóreo sino como principio activo, inteligente y creador.
3. Parménides de Elea
Parménides se enfrenta con la solución que da Heráclito. Le contrapone un principio de razonamiento conocido como principio de identidad (el ser es, el no ser no es). Su filosofía la podemos reducir en:
- La razón es el único camino para llegar a la verdad, lo que nos ofrecen los sentidos son meras apariencias. El arché lo debemos buscar por la razón. El mundo es unitario, lo que no existe no ha existido nunca y lo que existe ha existido siempre.
- El único ser que existe tiene cuatro características:
- El ser es único: no puede haber dos.
- El ser es eterno: si no lo fuera, tendría principio y fin.
- El ser es inmutable: no puede cambiar.
- El ser es infinito.
A Parménides se le hace evidente que el mundo que le rodea es completamente distinto al ser único que, por el contrario, se mueve, que las cosas nacen y crecen. Parménides responde que este mundo de colores es una ilusión de nuestra facultad de percibir.
4. La Escuela Pitagórica
Los pitagóricos constituyen una escuela fundada por Pitágoras. El interés por la filosofía es doble:
- Desde el punto de vista antropológico, sostuvieron la inmortalidad y la transmigración de las almas (el cuerpo es una cárcel para el alma).
- Desde el punto de vista cosmológico, el orden del universo subrayando la estructura matemática del cosmos. El universo está hecho de números y que los principios de los números son los principios de todas las cosas. Estos principios últimos de los números son lo par y lo impar que consideraban como limitado e ilimitado.
Empédocles
Su pensamiento es:
- Pluralismo: después de Parménides ya no se puede explicar el origen de la naturaleza como un solo elemento, sino que recurre a la variedad de elementos (fuego, tierra, aire y agua).
- Mezcla: todo lo que hay en el ser se ha formado por mezcla y separación de estos cuatro elementos: hacerse y desaparecer es mezclarse y separarse.
- Dos fuerzas motoras: existen dos fuerzas motoras que impulsan a estos movimientos de mezcla y separación: el amor y el odio.
Anaxágoras
Acepta de Parménides el postulado básico de que la realidad ha existido siempre y que nada fuera de ella puede engendrarse. Todas las cosas son el resultado de la combinación de infinidad de partículas materiales, las semillas (homeomerías). No son idénticas entre sí, sino que difieren cualitativamente, pues habría tantas clases como tipos de seres existen en la naturaleza. Estas innumerables partículas se encuentran originalmente mezcladas en una masa compacta y maciza, sin intersticios. Anaxágoras resume a una causa anterior, un entendimiento que imprimió a esta masa inerte un movimiento remolino.
Demócrito
Intenta salvar las apariencias del mundo, el valor de la percepción sensible, pero su solución es esencialmente distinta porque:
- Admite el vacío = no ser.
- Niega cualquier fuerza no material… el vacío explica del ser la multiplicidad y el movimiento, y el azar, los choques fortuitos de los átomos, sin que haya nada obediente a ordenación racional.
La formación del universo no obedece a ningún plan ni propósito, sino que es el resultado de una necesidad ciega, puramente mecánica. El modelo mecanicista de la naturaleza establece que el universo no está presidido por un plan alguno trazado por una inteligencia trascendente, ni este tampoco tiene finalidad en los procesos naturales. El universo es el resultado del azar.
5. La Preocupación por el Hombre: La Etapa Antropológica
Se vuelven principalmente a cuestiones relacionadas con el ser humano, con la educación, la moral y la política. Esto está estrechamente relacionado con el desarrollo de la democracia en Grecia y fundamentalmente en Atenas.
Los Sofistas
Los sofistas son un conjunto de pensadores griegos que, entre sus enseñanzas, incluyen un conjunto de disciplinas humanísticas y son los primeros profesionales de la enseñanza.
Características de los sofistas:
- Relativismo y escepticismo: los sofistas se muestran escépticos ante los logoi de la filosofía presocrática, ante el espectáculo de la diversidad de escuelas y propuestas explicativas incapaces de lograr unos resultados aceptables por todos. Relativismo: algo cuyo valor depende de aquello con lo que se relaciona o compara. Escepticismo: actitud intelectual que decide suspender el juicio en el conocimiento, ya no hay nada seguro que conocer.
- Convencionalismo moral y político: supone la contradicción entre el physis y el nomos. Defienden el carácter convencional de las leyes políticas y morales. Convencional en el sentido de acuerdo entre los integrantes de unas colectividades.
- Valor del lenguaje y la dialéctica: el desarrollo de todas las posibilidades del lenguaje necesarias para el razonamiento es evidente. Desarrollan profundamente la oratoria, la retórica y la dialéctica. Dominan la palabra, todo es comparable (doxa).
Sócrates
Las noticias que tenemos acerca de sus doctrinas nos han llegado a través de los escritos de sus discípulos: Platón y Jenofonte. Sócrates hizo de la enseñanza la misión de su vida. Debatía en cualquier lugar y con cualquier persona «lo que cada cosa realmente es», sobre la esencia de las cosas. Fue acusado de impiedad, de introducir nuevos dioses y de corromper a la juventud. Fue condenado a muerte.
La filosofía de Sócrates se define en:
- La mayéutica: es el método filosófico de Sócrates. El lenguaje es un instrumento de razonamiento humano que encuentra en forma de diálogo su más nítida expresión. Según él, los seres humanos poseen ideas innatas de las que no son conscientes. Para investigar la verdad debemos examinar los contenidos que se encuentran en nosotros. El método adecuado para llevar esta tarea consiste en un proceso inductivo que, por medio del diálogo y de los prejuicios cotidianos, logra descubrir la verdad. Hay dos momentos: la refutación, que consiste en hacer ver a nuestros interlocutores que los conocimientos que creían ciertos e indudables no son tales (solo sé que no sé nada), y la mayéutica, que consistía en que los propios interlocutores pudieran encontrar en sí mismos la verdad. Mediante la refutación se eliminan los prejuicios y, gracias a la mayéutica, se alcanza el concepto universal, que expresa la esencia inmanente a todas las cosas de una misma especie, lo que hace que las cosas sean lo que son.
- Intelectualismo moral: para Sócrates, el que actúa mal lo hace por ignorancia, porque realmente no conoce el bien, ya que no es posible hacer mal a sabiendas. Es preciso saber para hacer lo correcto. A esta vinculación entre saber y hacer, pensar y obrar, se la conoce como intelectualismo moral.