Corrientes Filosóficas: De la Sofística al Positivismo

Sofística

La sofística es un movimiento cultural que se desarrolla en la Atenas del siglo V a. C. como consecuencia del proceso de democratización que se produce en Atenas en los siglos VI-V a. C., y que culmina en las reformas de Pericles. El lógos, la palabra, adquiere una relevancia política fundamental.

Los sofistas serán los encargados de enseñar a hablar en público a los hijos de los nuevos ricos, que aspiran a ser la nueva clase dirigente. El objetivo del sofista es enseñar a su discípulo a convencer al auditorio, capacitándole para defender una postura y la contraria. Entre los sofistas destacan Gorgias y Protágoras, quien estableció que “el hombre es medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que no son y de las que no son en cuanto que no son”, poniendo de esta manera las bases del relativismo, pues para los sofistas la verdad depende de los intereses o características del sujeto y de las circunstancias, de la ocasión (kairos). La sofística sintonizó con las posiciones democráticas y fue duramente atacada por Sócrates y Platón.

Platonismo

El platonismo, en formas diversas, prolongó, interpretándolas, las enseñanzas de Platón. Pero debe distinguirse entre:

1) Las enseñanzas y la doctrina de los académicos

(filósofos que continúan trabajando en la Academia fundada por Platón): en la primera etapa (Espeusipo, Jenócrates…) se acentuará la tendencia pitagórica de los últimos diálogos platónicos y un interés por los problemas de la moral individual. En la segunda época (Arcesilao) domina una tendencia próxima al escepticismo.

2) Otro platonismo no ligado a la Academia atraviesa toda la filosofía occidental:

Neoplatonismo

Renovación de la filosofía de Platón, llevada a cabo por Plotino (siglo III d. C.), que recoge además las ideas religiosas y místicas de la época. Para Plotino, la cumbre del sistema la constituye el Uno, a partir del cual se genera lo múltiple: el Mundo inteligible, el Alma del mundo y la materia.

El platonismo seguirá vigente en el mundo cristiano, fundamentalmente de la mano de San Agustín (354-430), que llevará a cabo la síntesis entre cristianismo y platonismo, hasta el siglo XVII. También estará presente en la filosofía árabe de la mano de Avicena, el cual llevará a cabo una síntesis de platonismo e islamismo.

Racionalismo

Escuela filosófica que se desarrolla especialmente en los siglos XVII y XVIII. Sus máximos representantes son Descartes, Spinoza y Leibniz, aunque como actitud epistemológica podemos remontarlo a la filosofía de Platón y a la mayéutica socrática. El racionalismo, a diferencia de su escuela rival, el empirismo, entiende que el instrumento epistemológico fundamental es la razón y desconfía del conocimiento adquirido por vía sensible, ya que puede resultar engañoso. Defiende el conocimiento a priori, es decir, sin experiencia sensible, y la existencia de ideas innatas, que el sujeto posee en su interior desde el momento mismo de su nacimiento. Por eso, defiende la introspección como método de conocimiento. Descartes, a través de su duda metódica universal, buscará una verdad que resulte innegable sobre la que fundamentar todo el edificio filosófico. Para Descartes, tal como establece en su Discurso del método, esa verdad es la propia existencia del sujeto como sustancia pensante, lo que se expresa en su conocida frase, cogito ergo sum, pienso luego existo.

Positivismo

Escuela filosófica del siglo XIX cuyo máximo representante es A. Comte. El positivismo pretende prestar atención a los hechos, pues solo desde ellos puede darse una comprensión científica de la realidad. Su lema es “ver para prever”, es decir, conocer la realidad para anticipar sus posibles desarrollos. Por ello, puede entenderse que el positivismo está en el origen del nacimiento de la sociología como disciplina de estudio y control de la sociedad. Comte desarrolla una teoría de los estadios, en la que argumenta que, a lo largo de la historia, las sociedades pasan por tres períodos:

  • Estadio teológico, en el que, para explicar la realidad, la humanidad recurre a entidades sobrenaturales, como dioses y espíritus.
  • Estadio metafísico, en el que dicha explicación se realiza a través de conceptos abstractos de carácter no científico.
  • Estadio científico o positivo, en el que los seres humanos somos capaces de dar una explicación científica de la realidad.

En su evolución psicológica, el individuo también pasa por estos tres estadios, según Comte. Desde el punto de vista moral, defiende el utilitarismo y, desde el político, la ideología burguesa conservadora.

Su desarrollo más importante fue su influencia en el Neopositivismo Lógico (s. XX).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *