Nietzsche: Vida, Evolución y Pensamiento Filosófico

Vida y Evolución del Pensamiento de Nietzsche

1º Periodo Romántico: Filosofía de la Noche

Nietzsche se inspira en los presocráticos, Schopenhauer y la música de Wagner. La obra fundamental de este periodo es El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, dedicada a Wagner.

Nietzsche considera entonces el arte como el medio de penetrar en la realidad, en el fondo nocturno de la existencia. Dioniso, el dios de la noche, y el artista son en este periodo la figura de la actitud auténtica ante la vida.

2º Periodo Positivista o Ilustrado: Filosofía de la Mañana

Fin del periodo de Basilea; primeros años de viajes. Ruptura con Wagner, abandono de Schopenhauer. Se inspira en Voltaire y los ilustrados franceses, y adopta una postura positivista para condenar la metafísica, la religión y el arte. La figura es ahora el hombre libre.

En Humano, demasiado humano, libro dedicado a Voltaire, la lucidez de que quiere hacer gala Nietzsche le conduce a decir que se trata de una filosofía de la mañana.

3º El Mensaje de Zaratustra: Filosofía del Mediodía

Es ahora cuando Nietzsche llega a su máxima altura, cuando su pensamiento alcanza el mediodía. Escribe su obra fundamental, más allá de la cual no será capaz de remontarse: Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie.

Nietzsche se encarga de decir lo que representa Zaratustra: Zaratustra es la figura, pero también el superhombre.

4º Periodo Crítico: Filosofía del Atardecer

Nietzsche señala que después del Zaratustra sus obras cambiaron de signo: Ataca directamente a toda la cultura occidental: la religión, la filosofía, la moral tradicional. Este periodo enlaza con el segundo, por su intención e incluso por la metodología empleada.

Es Zaratustra que baja de la altura hacia la profundidad, hacia una civilización que está en su ocaso, minada por el nihilismo. La figura es entonces el filósofo a martillazos que maldice al último hombre.

Las obras son las siguientes: Más allá del bien y del mal, preludio de una filosofía del futuro; La genealogía de la moral, un escrito polémico, etc.

Dioniso y Zaratustra

Zaratustra

Si Nietzsche sustituye a Dioniso por Zaratustra es para que se mande al diablo todo consuelo metafísico, como dice él mismo en la autocrítica de El nacimiento de la tragedia. Es decir, Dioniso se identificaba demasiado con la metafísica de Schopenhauer; la nueva visión de Nietzsche de la tercera época rechaza toda metafísica y se mantiene únicamente en el campo axiológico de los valores morales.

Sin embargo, en su afirmación de la vida y de la voluntad de vivir, en su decir sí al mundo, Zaratustra representa lo mismo que Dioniso: Zaratustra es Dioniso despojado de la metafísica de Schopenhauer. Su gran enemigo es también Sócrates, Platón y todo lo que ellos representan. Solo que ahora Nietzsche representa a ese enemigo en la civilización cristiana. Dioniso contra Sócrates; Zaratustra contra el cristianismo en una fórmula cruzada, como se dice al final del Ecce Homo. Dioniso contra el Crucificado.

Crítica a la Civilización Occidental

Esta crítica parte de la filosofía de Nietzsche que dice no y que llena las obras de su segundo y cuarto periodos:

  1. Un mismo método. El análisis psicológico consiste en denunciar los instintos que animan las diversas manifestaciones culturales.
  2. Un mismo diagnóstico. Todo procede de un instinto único: la voluntad de la nada, el odio o el terror a la vida.
  3. Un mismo enemigo. La crítica de Nietzsche se dirige a todos los aspectos de la cultura occidental: la ciencia, el arte, la religión, la filosofía, la moral, lo alemán, el socialismo, etc.

El Diagnóstico: El Nihilismo

Es un término empleado, en general, para descalificar cualquier doctrina que niegue o no reconozca realidades o valores que se consideran importantes. Nietzsche emplea el término nihilismo al menos en un doble sentido:

  • Nihilismo como signo del creciente poder del espíritu (nihilismo activo).
  • Nihilismo como decadencia y retroceso del poder del espíritu (nihilismo pasivo).

El nihilismo se define en función de la voluntad de poder. Cuando esa voluntad, que es la esencia misma de la vida, disminuye o se agota, da lugar al nihilismo pasivo. El diagnóstico de Nietzsche es que este tipo de nihilismo está a punto de llegar. Todos los valores creados por la cultura occidental son falsos valores, son la negación misma de la vida y proceden, en el fondo, de una voluntad de la nada. La civilización occidental se quedará sin los valores que ha poseído hasta ahora: del «Dios es la verdad» se pasará a decir que todo es falso, se perderá el sentido de la existencia. Ese estado no ha llegado todavía, pero cuando aparezca será el tiempo del último hombre. Contra este nihilismo pasivo quiere reaccionar Nietzsche con el nihilismo activo. Todos los valores creados por la cultura occidental son falsos valores, son la negación misma de la vida y proceden, en el fondo, de una voluntad de la nada. Cuando esos valores se derrumben, y se derrumbarán porque son ilusorios, llegará necesariamente el nihilismo. Tal estado no ha llegado todavía, pero se anuncia en el pesimismo, en la decadencia y el agotamiento general. Cuando aparezca será el tiempo del último hombre. Contra este nihilismo pasivo quiere reaccionar Nietzsche con el nihilismo activo. Por un lado, es una potencia violenta de destrucción que procede de un creciente poder del espíritu para el que los valores hasta el momento vigentes ya no pueden tener vigencia alguna. Toda la crítica de Nietzsche a la cultura occidental es manifestación de este nihilismo activo que intenta adelantarse al nihilismo pasivo y crear una civilización nueva antes de que se derrumbe definitivamente la antigua.

El Mensaje de Zaratustra

La Voluntad de Poder

Nietzsche intentó sanarse a sí mismo y así descubrir de nuevo la vida, y convirtió su voluntad de salud, de vida, en su filosofía. El mundo, el hombre, la vida son voluntad de poder. En primer lugar, no es la voluntad de los psicólogos. Ni tampoco coincide con la voluntad de Schopenhauer. Es en este doble sentido en el que Nietzsche afirma que no hay voluntad. No es la voluntad pasiva de obedecer o la voluntad de la nada del hombre teórico o la voluntad que busca el placer y evitar el dolor. Al contrario, la vida es voluntad de poder, y esta última es la voluntad de ser más, vivir más, superarse, demostrar una fuerza siempre creciente; en una palabra, es voluntad de crear. El texto de Zaratustra que mejor expresa lo que es la voluntad de poder se titula «La superación de sí mismo». El preponderante interés de Nietzsche por los valores morales hace que la voluntad de poder sea voluntad creadora de valores. Pero en los fragmentos póstumos esta voluntad posee también una dimensión cósmica. En ellos se sintetiza la cosmología de Nietzsche, de tipo vitalista y opuesta a la cosmología mecanicista; también introduce el segundo gran tema de su pensamiento: el eterno retorno.

El Eterno Retorno

Según Nietzsche, este es el tema clave de Zaratustra. El tema está tomado de la mitología y de los presocráticos, pero en Nietzsche apenas si tiene sentido cosmológico. Sin embargo, en la voluntad de poder intenta refutar la concepción lineal y teleológica del universo. Y si existiese para él un estado final, también debería haberse alcanzado. Nietzsche afirma que no hay más mundo que este, negando así el transmundo platónico y el otro mundo cristiano. Este es nuestro único mundo, y toda huida a otro mundo es una pérdida de la realidad. Por lo tanto, hay que permanecer fieles a la Tierra. El eterno retorno adquiere entonces un sentido axiológico: es la suprema fórmula de la fidelidad a la tierra, del sí a la vida y al mundo que pronuncia la voluntad de poder. Zaratustra será el profeta del eterno retorno. En esta fórmula une Nietzsche simultáneamente dos afirmaciones:

  1. El valor del devenir y la evolución.
  2. El valor de la vida y la existencia.

Nietzsche presenta a Zaratustra como un danzarín. La fórmula del eterno retorno expresa el deseo de que todo sea eterno, el no querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro, ni por toda la eternidad.

La Inversión de los Valores

También el pensamiento de Nietzsche es un eterno retorno: vuelve continuamente sobre los mismos temas; y todos los temas se reducen a uno solo: la afirmación de la vida. Por eso la inversión de los valores, o más exactamente la revaloración de los valores, no es sino otra perspectiva de lo mismo. Ahora hay que invertir los valores, que decía antes, y afirmar de nuevo la vida. «Transvaloración de todos los valores: esta es mi fórmula». Solo en este sentido Nietzsche se llama a sí mismo inmoralista y afirma que hay que recuperar la inocencia primitiva y estar más allá del bien y del mal.

El Superhombre

Nietzsche no es racista ni piensa que el superhombre deba aparecer como resultado de la evolución biológica. En el prólogo del Zaratustra se limita a anunciarlo, contraponiéndolo al último hombre, es decir, al hombre más despreciable, el incapaz de despreciarse a sí mismo. Su libro es un libro para nadie. Nietzsche presenta al superhombre como el fruto de tres transformaciones: como el espíritu se convierte en camello, el camello en león y el león por fin en niño. El superhombre, por tanto, posee la inocencia de un niño, está más allá del bien y del mal, es el primer hombre, un nuevo comienzo en el eterno retorno, posee el poder de crear valores, vive fiel a la tierra, etc. En resumen, el superhombre no es sino la encarnación de todo el mensaje de Nietzsche.

mensaje de Nietzsche.

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