El Contrato Social en Hobbes y Locke: Origen y Evolución del Estado

El Contrato Social: Hobbes y Locke

Evolución de la Concepción Política

La sociedad va evolucionando, como también lo hace la concepción de organización política. Desde la influencia de Dios en el poder y la justicia hasta su desaparición con la llegada del Renacimiento. Locke, al igual que Hobbes, sitúa el origen del poder en las personas y derivan la estructura política del contrato social entre individuos para satisfacer sus necesidades. Tanto Hobbes como Locke, sitúan al ser humano en un primer estado de naturaleza previo a la constitución de la sociedad.

El Estado de Naturaleza y los Derechos Naturales

Este estado concede a los seres humanos unos derechos previos a toda forma de organización política: derechos naturales (la vida, la propiedad y la libertad). Pero, como afirma Hobbes en su obra Leviatán, en una hipotética situación sin Estado ni autoridad común, de modo natural, las personas nos vemos dominadas por el espíritu de competición, por el deseo de gloria y por la inseguridad y desconfianza, lo cual puede desembocar únicamente en una confrontación permanente que Hobbes califica de guerra de todos contra todos, de ahí su famosa frase «el hombre es un lobo para el hombre». Así pues, cada persona tiende a buscar su bien, y este según Hobbes, no es universal. Sin embargo, existen fines en los que todos coincidimos y que son difíciles de satisfacer en el estado de naturaleza: la conservación de la vida. Por lo tanto, son el egoismo y el miedo lo que mueve a los seres humanos a buscar la paz y establecer un contrato social.

El Contrato Social en Locke

Locke coincide con Hobbes en que el origen del Estado proviene de un acuerdo entre individuos libres y soberanos, pero a diferencia de Hobbes, Locke piensa que los seres humanos se encuentran en un primer momento en un estado de naturaleza en el que viven en una situación de igualdad, libertad y respeto. Para Locke el acuerdo entre individuos no se trata de huir de una situación insostenible, sino simplemente de garantizar los derechos naturales, y de modo especial el derecho que más puede ser objetivo de la codicia: el derecho a la propiedad. Por otra parte, Locke ve indispensable defender el derecho a la libertad, por eso la cesión de poder que promueve no es absoluta ni tradicional. Admite que la cesión de poder recaiga sobre una sola persona, pero decantándose siempre por una monarquía parlamentaria en la que la función del monarca se haga progresivamente simbólica. Para evitar que los gobernantes puedan deshacer el pacto, Locke añade una limitación más: la división de poderes. El poder legislativo recaerá en el parlamento y el ejecutivo en el gobierno.

El Empirismo y su Influencia en Locke

Contexto Histórico

Locke (1632-1704), nacido en Bristol, fue médico y físico empirista. El Empirismo, entendido como el movimiento filosófico que dominó la filosofía inglesa del siglo XVII y XVIII, fue una corriente que se dio de manera simultánea al racionalismo, pues ambas tenían un objetivo común: dotar a la filosofía de un método que le permitiese alcanzar los mismos logros que la ciencia de esa época conseguía, animada por los últimos descubrimientos de Newton.

La Inglaterra en la que se desarrolló el empirismo estaba marcada por las disputas entre partidarios del Parlamento y defensores de la monarquía absoluta. La burguesía estaba a favor de un Parlamento que disminuyese las diferencias con la nobleza, que seguía manteniendo sus privilegios medievales. Este enfrentamiento se convirtió en Guerra Civil, y acabó con la ejecución del rey Carlos I y la proclamación de la República. Tras varios años, ésta se disolvió para dar paso de nuevo a una monarquía absoluta, y que más tarde también fue reemplazada por una monarquía parlamentaria y constitucional al mando de Guillermo III de Orange, en lo que se conoce como la Revolución Gloriosa de 1688. Esta nueva monarquía llevó a Inglaterra a convertirse en la primera potencia mundial. Mientras tanto, se extendía por toda Europa el movimiento ilustrado, una corriente intelectual que fue heredera del Humanismo renacentista y que puso las bases ideológicas para las distintas revoluciones que se sucedieron a lo largo de ese siglo y los posteriores.

Características del Empirismo

Para los empiristas, la revolución científica llevada a cabo por Kepler, Copérnico y Galileo fue muy importante. En los racionalistas influyó la importancia de la búsqueda de un método exacto para la razón, puesto que ella tiene lo indispensable para conocer (ideas innatas), mientras que en los empiristas influyó la física, piensan que la mente por sí sola no contiene nada.

La filosofía empirista defendía la idea de que la razón dependía de los datos sensoriales para alcanzar el conocimiento, en otras palabras, dependía de la experiencia, y ésta pasaba a ser el criterio de verdad. Los precedentes de esta filosofía residían en la larga tradición empirista, y cuyos autores más destacados fueron Occam, que afirmaba que era necesario el recurso a la experiencia para cualquier investigación; y Francis Bacon, defensor del método inductivo. Además de esta, los autores empiristas poseían otras características comunes que los identifican: niegan la existencia de ideas innatas; estudian el conocimiento humano, su origen, límites…; niegan o reconocen la dificultad de la existencia de una metafísica válida; y toman como modelo el que poseían otras ciencias experimentales, como la física. Los autores empiristas más destacados fueron Hobbes, Locke, Hume y Berkeley.

Influencias del Empirismo

En cuanto a las influencias del empirismo, la idea de igualdad entre los hombres permitió un cambio en la concepción de Estado, iniciando así la defensa del liberalismo y de algunas de las concepciones instauradas en los sistemas políticos de hoy en día, como la división de poderes o la democracia.

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