Análisis del contexto histórico, cultural y filosófico de Karl Marx

Contexto Histórico

El período más productivo para Marx transcurre entre 1840 y 1848. En lo político, destaca la posición conservadora. La difusión de las ideas progresistas en la Alemania del sur provocó, como reacción en la corte alemana, un aumento de la censura y de la dureza del régimen policial. Como consecuencia, y ante la falta de una clase obrera con capacidad de movilización, la contestación al conservadurismo político se llevó a cabo en el ámbito intelectual: escritores, periodistas e historiadores defendían sus ideas de cambio revolucionario y de alternativa a la feudalizada Alemania en revistas y periódicos. Desde finales del siglo XVIII y hasta las primeras décadas del siglo XX, Europa presenció toda una serie de movimientos revolucionarios en los que desempeñó un papel Marx: la revolución de 1848, la participación en la experiencia revolucionaria que supuso la Comuna de París en 1871 y en la fundación de la OTI. En el aspecto económico, la revolución industrial alcanza su máximo esplendor con el capitalismo como modo de producción, se concreta en el desarrollo del libre mercado y en la aparición del trabajo asalariado. Se produce un crecimiento demográfico sin precedentes, acompañado de un rápido desarrollo tecnológico. Aunque la situación económico-social es muy desigual según los países, se va a producir un aumento general de la industrialización, que culmina con la revolución industrial en Inglaterra, donde se concretan en los planos teórico y práctico los análisis que realizaron Marx y Engels del capitalismo. En el continente, nos encontramos con la existencia de enormes desigualdades entre la burguesía y la clase trabajadora, que tanto en la ciudad como en el campo estaba sometida a largas jornadas de trabajo, salarios escasos y condiciones de inestabilidad en el empleo.

Contexto Cultural

Desde el punto de vista cultural, es importante el progreso que experimenta la ciencia: la biología o psicología, con la consiguiente crisis de las disciplinas filosóficas de carácter más metafísico. Se produce un crecimiento urbano que traerá una nueva configuración de la ciudad que exige la realización de planes urbanísticos. Se inicia la cultura de masas proporcionada por la expansión de los periódicos y el arte sale de palacio (impresionismo, romanticismo y realismo) mostrarán el modo que el individuo tiene que vivir en la sociedad.

Contexto Filosófico

Son importantes las llamadas “tres fuentes del marxismo”: la economía política inglesa, la filosofía idealista alemana y el socialismo utópico francés. También los “cuatro maestros”, con los que Marx mantuvo una estrecha relación intelectual e influyeron en su obra: Epicuro, defensor de un materialismo de la libertad, explicado en la desviación aleatoria de los átomos; Rousseau, del que Marx toma su concepción del democratismo igualitario; A. Smith, del que procede la idea de que el fundamento de la propiedad es el trabajo; y Hegel, el más importante, inspirador y adversario constante del trabajo teórico de Marx sobre la “contradicción dialéctica” y la historicidad de la sociedad humana. El marxismo es uno de los pensamientos que más han influido en el siglo XX.

El idealismo de Hegel y la Izquierda hegeliana

Tras la muerte de Hegel, su filosofía va a dar lugar a una serie de controversias. Por una parte, el sistema de Hegel parecía justificar como racionales la religión y el Estado existentes (“todo lo racional es real”). Por otra parte, quien se atuviese al método dialéctico podía llegar a la conclusión de que ninguna forma de conciencia era definitiva. Además, Marx piensa que la idea de Hegel “todo lo real es racional” no se cumple, las condiciones en que vive el proletariado la contradicen. El hegelianismo acabó en dos corrientes: “Derecha”, que se atuvo al sistema idealista de Hegel y se convirtió en un movimiento conservador, justificaba la religión y el Estado oficiales; e “Izquierda”, se atuvo al método dialéctico y desembocó en una crítica de ambos. El pensador más importante de esta “Izquierda hegeliana” fue Feuerbach, que influyó en Marx. Este autor partió de la crítica religiosa, en La esencia del cristianismo. Para Feuerbach, el hombre crea a Dios a su imagen y semejanza, lo crea de acuerdo con sus necesidades, deseos y angustias. La esencia de Dios no es más que una representación de la esencia humana, Feuerbach condena la religión como alienación. Feuerbach invierte el idealismo de Hegel por un materialismo. Lo importante es lo real, lo finito. El hombre no es sólo pensamiento, conciencia, sino que es también sensibilidad, sentimiento, pasión, amor, relación con otros hombres. La concepción del mundo anterior a Marx es la de Hegel. La dialéctica hegeliana es idealista, no parte de la naturaleza y el hombre reales, sino de la “Idea”. En sus 11 tesis sobre Feuerbach y en La ideología alemana, Marx rompe con Feuerbach y con la “Izquierda hegeliana” en general. Feuerbach, sólo ha captado la alienación que el hombre sufre en el terreno religioso. Por ello, se ha dedicado a la crítica religiosa y no a la práctica política, igual que casi todos los hegelianos.

La economía política inglesa

Adam Smith, Malthus y David Ricardo, cuyas aportaciones fueron sintetizadas por Mill, son los pensadores básicos de la Economía Política Clásica. Según Mill, la economía política es una rama independiente de la investigación sociológica, trazando un orden uniforme y constante de fenómenos que hace posible la previsión de las acciones económicas. Marx acepta presupuestos, contradice análisis, propone otras explicaciones y previsiones. Según A. Smith, la “riqueza de las naciones” está fundamentada en el supuesto de que hay un orden natural, por el que se garantiza que los intereses individuales coinciden con el interés de la sociedad. Cualquier individuo, esforzándose por su propio interés, es la base de que la sociedad consiga su desarrollo y prosperidad. Sólo la no intervención del Estado en la vida económica puede aumentar la riqueza de las naciones. Smith es el padre del liberalismo económico. David Ricardo se centra en la teoría del “valor”, la relación entre el salario del trabajador y la ganancia del capitalista. El salario es el valor del trabajo, suficiente para subsistir, que no puede ser aumentado sino a riesgo de provocar un aumento de la población, y un aumento de la oferta de mano de obra, con lo cual vuelven a bajar los salarios. Según Mill, el orden económico no es un proceso automático ni fatalista. Comparte con los autores socialistas el reconocimiento y la condena de las injusticias sociales, pero no está de acuerdo con cualquier solución que no esté fundamentada sobre la libertad individual. Las intervenciones del Estado, deben evitar entrometerse en el ámbito sagrado de dicha libertad individual. Estos autores se consideran una de las fuentes más importantes del pensamiento de Marx. El gran descubrimiento de Smith es haber afirmado que la esencia de la propiedad privada, es el trabajo humano. Ricardo amplió su reflexión sobre el valor de los productos del trabajo, las mercancías. El valor económico es el valor que tiene una mercancía. Hay dos tipos de valores: el valor de uso y el valor de cambio. Sobre éste, Marx distingue entre “valor natural” y el “valor de mercado”. Las diferencias son causadas por la “ley de la oferta y la demanda”. El valor de un bien cualquiera está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo. Si el capitalista entregara al asalariado todo el producto de su trabajo, no tendría ganancia. Por eso, compra al asalariado su fuerza de trabajo. Como el trabajador produce un valor que es superior al que recibe como compensación, tiene lugar la plusvalía. Marx supone que en la sociedad capitalista tiene que producirse necesariamente una plusvalía, ya que, el sistema impide que los salarios sean superiores a lo que llama nivel de subsistencia. La plusvalía explica el proceso de acumulación del capital, que se hace posible por la acumulación de pobreza en el proletariado, reducido su trabajo y su producto a una mercancía.

El socialismo utópico

El movimiento obrero apareció en Inglaterra, pero se desarrolló en Francia (se desarrolla la ideología socialista), que Marx llevó hasta su nivel revolucionario. Saint-Simon, critica las condiciones del proletariado, había que acabar con aquella situación mediante la organización de una nueva sociedad. Fourier ideó la organización de la humanidad en comunidades llamadas “falansterios”, grupos no muy numerosos donde los individuos podrían desarrollar al máximo sus capacidades y alcanzar la mayor felicidad. Una “utopía”, que influyó en varios colectivos e incluso en el moderno movimiento cooperativista y de las “comunas”. Owen dice que habrá que luchar para que el obrero tuviera unas mejores condiciones de vida en su puesto de trabajo (derechos). Proudhon fue el inspirador del anarquismo. Es conocido por su frase sobre la propiedad: “La propiedad es un robo”. La propiedad a la que se refiere es la de los medios de producción. Estos medios tienen que ser comunes. Por defender esta autonomía, Proudhon se opuso a todo sistema socialista y comunista, a los que acusa de autoritarios. Proudhon y Bakunin propugnan una situación de libertad, con la eliminación de toda autoridad y del Estado.

La Alienación

El punto de partida de la filosofía de Marx se encuentra en la defensa de la libertad y en la condena de las distintas formas de alienación. Según Hegel, la esencia humana equivale a autoconciencia, es una esencia abstracta, un individuo aislado de su historia y de sus relaciones sociales. Marx cree que el ser humano no se define por su interioridad, sino al contrario, su verdadera esencia consiste en la relación que mantiene con sus semejantes y con aquello que le proporciona los medios de subsistencia, la naturaleza.

La alienación en el trabajo

En el concepto de alienación adquiere un sentido económico y peyorativo: el sujeto que se aliena no es la autoconciencia, sino el hombre concreto; y la alienación no tiene carácter teórico, se trata de la realidad histórica en la que el hombre se encuentra. Su análisis sociológico está centrado en la economía inglesa capitalista basada en un coste humano muy elevado. La alienación fundamental es la alienación del trabajo, producida cuando el trabajador no es dueño de lo que produce. El punto central de la teoría marxiana es el trabajo como fuente principal de riqueza y como una forma de autorrealización, pero rechaza el trabajo tal y como lo presenta la sociedad capitalista, se arrebata al trabajador la riqueza que el propio trabajo genera. Al trabajar, manifiesta y proyecta sus energías, su tiempo, en definitiva, su ser en el producto. Marx hace a la propiedad privada responsable de que el ser humano se haya convertido en un instrumento para conseguir riqueza. El trabajo se ha convertido en un medio para lograr la supervivencia. El capitalista es un hombre alienado: el producto le interesa como mercancía; el obrero le interesa como máquina de producir beneficios; el capitalista se siente a gusto en esta situación de parásito, mientras que el obrero se encuentra humillado e impotente. La alienación se da en cuatro frentes: con respecto al producto (el obrero se ve privado de lo que es su creación). Con respecto a su propia actividad en la medida en que la acción productiva le resulta ajena al productor (el trabajador se ve forzado a trabajar). Con respecto al mundo exterior sensible (se vive como objeto de explotación al que se enfrenta con cierta hostilidad). Con respecto a los otros hombres (las relaciones humanas son vistas desde la dialéctica explotado y explotador).

Otras formas de alienación

Existen además la alienación social y la política. La primera se caracteriza por la división de la sociedad en clases, creando para otros productos que le oprimen. La sociedad está dividida en dos clases enfrentadas: los explotados (trabajadores) y los explotadores (propietarios de los medios de producción). En cuanto a la política, Marx ve en el Estado un juez en manos de la clase dominante para dominar y oprimir a la clase dominada. Hay que añadir también la alienación religiosa y la filosófica. La primera se produce cuando el hombre inventa otro mundo en el que deposita la esperanza de alcanzar la solución a todos sus problemas. Está vinculada a la alienación económica, pues, la religión es un producto de una determinada organización social, a la que presta un gran servicio. La filosofía es una proyección ideológica de los deseos y fines de los humanos que se limita a interpretar falsamente la realidad. Se hace preciso conocer primero las estructuras socioeconómicas que la generan, para transformar después esa realidad.

Crítica de las Ideologías

El concepto de ideología y sus funciones

El proceso de alienación es la base explicativa del proceso ideológico, la crítica marxiana a las ideologías está promovida por la exigencia de transformación de la situación alienada. Las ideologías constituyen el conjunto de ideas, creencias, símbolos…, y muestran el modo en que el ser humano se representa la sociedad en que vive. En un sentido más negativo y crítico, se puede decir que las ideologías son un reflejo invertido de la realidad material económica y social en la que surgen. En todas las sociedades humanas, Marx piensa, que hay niveles que determinan la realidad: el económico, el jurídico-político y el ideológico. Son los propios individuos los que producen también las ideas, éstas son productos históricos y transitorios. Las ideologías actúan sobre el nivel jurídico-político y sobre el económico, son un producto social creado con la intención de dar una imagen falsa de la realidad. Toda ideología pretende…

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