Los Sofistas y Sócrates: El Poder de la Retórica y la Búsqueda de la Virtud

Los Sofistas: Retórica y Relativismo

El Saber como Instrumento de Poder

Según los sofistas, el saber no se busca por amor a la verdad, sino por aspiración al poder. El objetivo del discurso sofista es la persuasión mediante la retórica: el arte de hablar ante un auditorio y convencerlo mediante juegos de palabras, falsos razonamientos, etc. (un ejercicio habitual era defender dos ideas contrarias con distintos argumentos). La retórica era la base de su proyecto de educación político y jurídico, negando todo valor a la filosofía.

Por primera vez en el mundo griego, el logos no refleja el ser porque los sofistas piensan que la realidad no es racional, que no podemos tener un conocimiento cierto y que el logos solo es un instrumento humano de comunicación y dominación. Así, los sofistas introducen la duda universal sobre la capacidad de nuestro conocimiento racional para desvelar verdades universales.

Ideas Clave de los Sofistas

Los sofistas defienden, en contraposición a los filósofos:

  • El relativismo: No hay verdades universales ni leyes humanas universalmente válidas, solo particulares. Las leyes humanas y la moral son solo convenciones, acuerdos dentro de cada sociedad. (Protágoras: «El hombre es la medida de todas las cosas»).
  • El escepticismo: Aun si existieran verdades universales, el ser humano no podría conocerlas con certeza, solo cabe la opinión. (Gorgias: «Si algo existiera, no podríamos conocerlo»).

Fisis y Nomos

Los sofistas distinguen dos ámbitos:

  • Fisis: Lo natural, las leyes naturales, lo ajeno a la voluntad humana.
  • Nomos: Leyes y normas morales humanas, relativas a cada sociedad.

Así, se plantean el origen del nomos:

  • Mítico (dioses, héroes, etc.)
  • Lógico (en el cosmos como orden racional del mundo. Lo defenderá Platón).

Los sofistas niegan estas dos respuestas. Se basan en la experiencia de la relatividad de las leyes y normas morales humanas: el conocimiento de otras culturas bárbaras (colonización griega) y los constantes cambios en la constitución de Atenas.

Convencionalismo y Relativismo Moral

Los sofistas defienden el convencionalismo y el relativismo moral: no hay un fundamento mítico ni lógico absoluto, no son permanentes ni esenciales. Las leyes políticas y las normas morales son solo un producto humano cultural del acuerdo o convención de los ciudadanos de cada sociedad.

Moral Natural

Los seres humanos, en tanto que forman también parte de la fisis, comparten una misma naturaleza común. Los sofistas Calicles y Trasímaco defendían que esa naturaleza común animal se manifiesta en la infancia, antes de que la sociedad inculque en los niños sus leyes y normas morales. Existe, pues, una moral natural:

  • Búsqueda de placer.
  • Dominio del más fuerte sobre el más débil.

Sócrates: La Búsqueda de la Virtud

Intelectualismo Ético

Para Sócrates, el problema del pensamiento no es la naturaleza, sino el ser humano y el tema moral. El ser humano ha de llegar a ese conocimiento por sí mismo. Sócrates desarrollará su ética así:

  1. Para alcanzar la felicidad, he de hacer el bien.
  2. Para hacer el bien, he de saber qué es el bien, porque si hace el bien y no lo sabe, no es bueno.
  3. Sabe qué es el bien quien conoce su esencia expresada en su definición.
  4. Hacer el bien y saberlo es lo mismo, pues para hacer el bien hay que conocerlo intelectualmente.
  5. Se deduce que quien es malo es porque no conoce el bien, es realmente un ignorante y necesita educación por parte de la polis y no castigo.

Los sofistas niegan esta ética: el problema es qué entendemos por bien, pues para ellos no hay un bien universal.

Método Socrático (Dialéctica)

  • Ironía: Tiene forma de diálogo y transcurre de la siguiente manera: Sócrates muestra su ignorancia preguntando qué es «X» y el interlocutor da una definición de «X». Sócrates pregunta para aclarar la definición, haciendo que el interlocutor caiga en contradicciones e inexactitudes, reconociendo su ignorancia sobre el tema.
  • Mayéutica: A partir de definiciones inductivas (buscar en los casos particulares lo que tienen en común) llegar al concepto universal (lo que tienen en común todos los casos particulares).

Este modelo de diálogo será adoptado por Platón, quien lo tomará como estructura de sus obras. En la mayoría de los diálogos, Platón no llegará al concepto universal del tema tratado.

Misión de la Filosofía

«Toda mi ocupación es trabajar para persuadiros, jóvenes y viejos, que antes que el cuidado del cuerpo y la riqueza, antes que cualquier otro cuidado, es el del alma y su perfeccionamiento; porque no me canso de deciros que la virtud no viene de la riqueza, sino la riqueza de la virtud.»

Se puede afirmar que Sócrates, dejando a un lado sus propios intereses familiares y las ambiciones políticas, consagra su vida a la formación moral de la juventud. Para Sócrates, la misión de la filosofía es procurar la virtud. Más que una cuestión de transmisión de conocimientos, la filosofía es un arte, el arte de vivir en la ciudad. Más que por hacer filosofía, estaba preocupado por enseñar a filosofar.

Conócete a Ti Mismo

«Conócete a ti mismo» es la inscripción que domina el frontis del templo de Delfos. El sentido de esta inscripción es recordar a los hombres que deben limitarse a conocer la naturaleza humana y no aspirar a lo divino. Sócrates da una nueva interpretación de este oráculo. Así, según él, el primer paso hacia el saber no es dirigir la atención sobre el mundo externo, sino tener conciencia de uno mismo.

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