Discurso Científico
Ciencias Formales
Son de carácter analítico, es decir, la verdad de sus enunciados procede del análisis lógico de los contenidos, de los axiomas y teoremas. Este es el caso de la aritmética, la geometría. Este es el caso en el que se plantea un modelo de verdad como coherencia, en virtud del cual una proposición es verdadera cuando puede ser deducida a partir de lo previamente aceptado como verdadero.
Ciencias Experimentales o Empíricas
Son todas aquellas que informan sobre la naturaleza real del mundo. En ellas la verdad depende de la correspondencia entre el contenido de las afirmaciones y aquello que observamos. Existen dos ciencias diferentes: las naturales y las humanas. Entre ambas existe una clara diferencia en cuanto al rigor demostrativo de los enunciados, que consiste en el hecho de que en las ciencias humanas es imposible la objetividad absoluta y existen límites morales a la observación y experimentación.
Estructura del Discurso Científico
El discurso científico requiere la existencia de cuatro estructuras diferentes:
Ley Científica
Consiste en una hipótesis verificada o confirmada en un número de casos que la comunidad científica considera suficiente. Esta debe estar siempre abierta a la posibilidad de su refutación, puesto que basta un único caso en el que la hipótesis que fundamenta la ley no se cumpla para que esta deba ser rechazada.
Paradigma
Este concepto, introducido por la filosofía de la ciencia actual, permite distinguir las leyes científicas del marco general en el que dichas leyes se formulan. Este marco, el paradigma, es por su propia naturaleza indemostrable, aunque la existencia de leyes científicas que se demuestran verdaderas dentro de un determinado paradigma lo hacen verosímil.
Teoría Científica
Se denomina así a un conjunto de leyes asociado al conjunto de observaciones y experimentaciones que las confirman.
Método Deductivo
Es propio de las ciencias formales como la lógica, la aritmética y la geometría. Consiste en la extracción de consecuencias particulares a partir de leyes de carácter universal.
Método Inductivo
Es el método de las ciencias positivas o empíricas y en él se alcanzan propuestas de carácter general o universal mediante una generalización de lo observado en los casos particulares.
Freud
Es el segundo de los filósofos de la sospecha de los que habla Ricoeur, aunque su formación y su propia actividad profesional se centran en la psiquiatría. En sus estudios sobre la histeria, contradice la interpretación que sobre este tipo de manifestaciones neuróticas proponía su maestro Breuer. A partir de su consideración de la histeria no como enfermedad, sino como síntoma de un desequilibrio de la personalidad, define a la personalidad como una imagen del ser humano que se contrapone a la noción moderna de la libertad y la racionalidad. Para explicar la peculiar ambición de la personalidad, Freud propone una teoría:
La Teoría Psicodinámica
Describe tres estructuras:
El Yo
Es la parte más propia de la imagen que el propio individuo tiene de sí mismo y está compuesta por un elemento consciente, otro preconsciente y el inconsciente. El elemento consciente es la imagen que el individuo tiene de sí mismo. El preconsciente está formado por el conjunto de los recuerdos que están en la memoria y el inconsciente está constituido por los mecanismos de defensa contra la frustración.
El Ello
Es el conjunto de nuestras pulsiones, es decir, de nuestros deseos. Freud afirma que los seres humanos carecemos de instintos en el sentido en el que están presentes en los animales, puesto que poseemos solo las pulsiones y no las conductas naturales para su satisfacción.
El Superyó
Es la llamada moral inconsciente que surge por la interiorización de los mandatos y prohibiciones que se oponen a la satisfacción natural de nuestras pulsiones y que se forman en los primeros seis años del individuo durante la llamada fase edípica.
Carl Marx
El último de los filósofos de la sospecha, filósofo e ideólogo fundador del comunismo, rechazará la idea moderna de progreso tal y como la entendía el idealismo, que afirmaba que la humanidad progresaba hacia una liberación de carácter tradicional o espiritual. La sospecha que propone el marxismo consiste en desenmascarar la actitud idealista como una falsificación de la realidad. La verdadera realidad de la ausencia de libertad de la humanidad a lo largo de la historia es explicada por Marx en clave materialista o económica, es decir, los hombres no son libres porque están explotados económicamente y tal explotación es la manifestación de una injusta desigualdad en el reparto de la riqueza que solo podrá resolverse con una revolución que haga desaparecer las clases sociales, origen de esta injusta situación.