La Escuela de Traductores de Toledo
Toledo fue la primera gran ciudad musulmana conquistada por los cristianos, en 1085. Como en otras capitales de Al-Andalus, existían en ella bibliotecas y sabios conocedores de la cultura que los árabes habían traído del Oriente y de la que ellos mismos habían hecho florecer en la Península Ibérica. Con la presencia en Toledo de una importante comunidad de doctos hebreos y la llegada de intelectuales cristianos europeos, acogidos por el cabildo de su catedral, se genera la atmósfera propicia para que Toledo se convierta en la mediadora cultural entre el Oriente y el Occidente de la época.
La Escuela de Traductores de Toledo tuvo dos periodos separados por una fase de transición. Se tradujeron libros de Aristóteles comentados por filósofos árabes como Avicena y Alfarabí y también el Corán y los Salmos del Antiguo Testamento. Con la llegada del rey Alfonso X, ya en el siglo XIII, comienza la etapa de las traducciones de tratados de astronomía, física, alquimia y matemática. Meritoria fue también la tarea una larga lista de traductores, como Gerardo de Cremona, Domingo Gundisalvo, Abraham Alfaquí y otros muchos que, con sus conocimientos lingüísticos y su formación científica pusieron en manos de Europa las claves de un posterior desarrollo científico e intelectual.
La Creación y el Creador
El concepto de creación no se encontraba en el pensamiento clásico grecorromano ya que provenía de la tradición judía y cristiana. Los seres humanos somos capaces de producir cosas pero siempre partiendo de un material preexistente. Según Tomás, la creación aunque revelada por Dios también puede explicarse racionalmente. Distinguió entre la causa primera, causa del ser, que es Dios, y las causas segundas, causas del cambio que son las criaturas y requieren de un ser previo para su acción.
Sobre la Existencia de Dios
Tomás dedujo que es evidente por sí misma porque cuando decimos «Dios existe». Elaboró 5 vías para la demostración:
- Punto de partida en la experiencia (observación de algo bien conocido como la realidad del movimiento o el orden del universo).
- Aplicación del principio de casualidad (todo efecto debe ser producido por una causa).
- Imposibilidad de una serie infinita de causas.
- Conclusión (cada vía termina afirmando un aspecto de Dios en cuanto causa de lo creado).
2ª vía: por la casualidad eficiente. Tiene que haber una causa primera porque sino no habría causas segundas ni por lo tanto existiría cosa alguna. Origen de prueba fue Aristóteles, Avicena y Maimónides.
3ª vía: por la contingencia. Los seres contingentes son pero no haber sido, generan y se corrompen luego alguna vez no fueron de manera que si todos los entes fueran contingentes habría habido un tiempo en que nada existía.
Tomás se propuso explicar la esencia divina. Señaló que no podemos conocerla perfectamente porque Dios es infinito. Distinguió 2 caminos o vías en la relación de las criaturas con el creador:
- Vía negativa (consiste en excluir de Dios todo aquello que no le puede ser atribuido como por ejemplo el cambio).
- Vía afirmativa o de eminencia (consiste en atribuir a Dios todas las perfecciones que se descubren en las criaturas, así por ejemplo podemos afirmar que Dios es inteligente y bueno en grado máximo).
El Ser Humano
Según Tomás, todo individuo humano es una unión sustancial de cuerpo y alma. Sin embargo, añadió que el alma humana es espiritual, que no depende en su ser del cuerpo y que es inmortal. El alma humana tiene dos facetas: una como ser propio que se conserva tras la muerte y otra como forma del cuerpo y acto primero de la vida humana. Cada hombre posee una sola alma que asume todas las facetas y funciones vitales: vegetativas, sensitivas e intelectivas. Cada alma es individual en sí misma y comunica su individualidad al cuerpo de manera que está destinada a unirse a un cuerpo y no a otro por lo que no es posible la reencarnación. También negó que el alma preexista al cuerpo, y es creada por Dios siempre que comienza a vivir un nuevo ser humano.
La Ética
Tomás de Aquino propuso una ética teleológica, en la que todo lo creado tiende a un fin o bien propio. Además, completó su análisis de la conducta humana con el concepto de ley.
Los Actos Humanos y el Último Fin
El hombre goza de libertad, es decir, es dueño de sus actos. El ser humano es el único animal que conoce los fines que persigue y decide encaminarse o no hacia ellos. La libertad significa que el ser humano puede querer o no dirigirse hacia el bien, pero lo que no puede es decidir lo que es bueno ya que la perfección que le es propia está inserta en un modo de ser tal como ha sido creada por Dios. Santo Tomás distinguió entre actos humanos realizados con inteligencia y voluntad como «salir a pasear» y actos del hombre que no dependen de su libertad como «la digestión». Los actos humanos son objeto de estudio de la ética. Tomás distinguió entre fin último en cuanto a su objeto o contenido, que es Dios mismo, y fin último en cuanto a su posesión que es la bienaventuranza o felicidad que está reservada para después de la muerte.
La Ley Eterna y la Ley Natural
Según Tomás, la ley es una ordenación de la razón dirigida al bien común de una comunidad y promulgada por una autoridad sea esta humana o divina. Distinguió tres tipos de leyes: eterna, natural y positiva.
- Ley eterna: se llama eterna porque la sabiduría divina es eterna.
- Ley natural: es la ley eterna referida al ser humano por su inteligencia y su voluntad. La razón humana posee la capacidad de juzgar si las acciones son conforme o no con la naturaleza humana.
- Ley positiva: es aquella que es promulgada por el ser humano o procede de una especial intervención de Dios en la historia como la ley entregada a Moisés en el Sinaí.
Además, señaló preceptos de la ley natural:
- Universal: sus preceptos más generales tienen validez para todos los hombres en todo tiempo y lugar.
- Inmutable: los mandatos comunes de la ley natural no pueden modificarse.
Las Virtudes
Facilitan al ser humano alcanzar su fin último. El Aquinate, concibió la virtud como un hábito operativo bueno que perfecciona al sujeto que lo posee y su acción. Tomás distinguió entre:
- Virtudes intelectuales: son aquellas que facilitan el entendimiento teórico o práctico.
- Virtudes morales: son las que mueven al ser humano a la excelencia y consideró virtudes fundamentales la prudencia, la justicia, fortaleza y templanza.
La Política
Tomás recoge gran parte del pensamiento de Aristóteles como la afirmación de la naturaleza social del hombre y la necesidad de un gobierno que dirija la actividad de los ciudadanos hacia el bien común. También meditó sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado. El Estado debe gozar de completa autonomía en el fin natural pero ha de subordinarse a la Iglesia en aquellos asuntos relacionados con el fin sobrenatural de este.
- El fin propio del Estado es el bien común de los ciudadanos.