La Filosofía de Platón: Cosmogonía, Ideas y Política

Cosmogonía

El Demiurgo y el Orden del Cosmos

Platón rechaza el azar de los atomistas y la imprevisibilidad del mundo. Para ello, se basa en el Demiurgo, una inteligencia que se encarga de ordenar la materia eterna y caótica. Pone orden mirando hacia las Ideas. Por tanto, el Demiurgo no es un creador ex nihilo, sino que ordena el cosmos a partir del caos preexistente. Las Ideas ayudan al Demiurgo, ya que son sus modelos, y trata de plasmar estas esencias o Ideas en la materia lo más perfectamente posible. El universo no es perfecto porque la materia introduce un factor de desorden e indeterminación.

Este proceso se da debido a la formación del mundo (nous) por el Demiurgo. El alma pertenece al mundo de las Ideas, es invisible, pensante y viviente; está envuelta en un cuerpo (materia del cosmos), al cual le da vida. Forma el todo, constituido por materia inerte, reino vegetal, reino animal, hombres, dioses (planetas) y estrellas.

Las consecuencias de esta cosmogonía radican en que hay un principio del mundo y una finalidad, ya que se ha creado pensando en el mejor mundo posible; es un ser vivo. Esto produce un optimismo, ya que es el mejor mundo posible. La matematización como conciencia materia-espacio y poliedros-estados de la materia (la estructura matemática explica los cambios) lleva a una divinización del cosmos. Platón establece una realidad dual, donde aparecen la materia y la Idea (forma). La causalidad aparece desdoblada, ya que el Demiurgo es causa productora, al igual que las Ideas. Se lleva a una heterogeneidad del pensamiento intelectual (Ideas) y el sensible (sentidos).

Esta realidad tiene valor lógico y ontológico, llegando al mundo físico, visible, del cambio; y al mundo superior, invisible, eterno. Además, establece una contraposición modal: perfecto (concreto, definido), imperfecto (indefinido, no medido).

Teoría de las Ideas

Origen y Fundamentos

Surge por las influencias de los Pitagóricos y Parménides, además de las definiciones de Sócrates, aunque este no separaba los universales.

Platón se enfrenta al conflicto del bien, que nace de las ideas de los sofistas, que defendían que el bien era relativo y la justicia era una cuestión de nomas antes que de fisis, y Sócrates, que defendía que la virtud es el saber. Por ello, la virtud tiene que ser anterior a nosotros.

Así pues, la teoría de las Ideas comienza con una preocupación ética frente al relativismo sofista: lo bueno es valioso a priori, no depende de nosotros.

En cuanto a la verdad, puede ser lógica (propiedad de nuestro pensamiento y lenguaje) u ontológica (el ser es verdadero cuando es como debe ser), en la que se centrará Platón.

Aunque según Heráclito todo fluye y según los sofistas todo es relativo, lo que concluye con que no podemos fiarnos de los sentidos para construir nuestro conocimiento de la realidad, Sócrates defiende que hay un saber único que no es relativo, el cual se consigue estableciendo conceptos de las cosas y teniendo como objetivo la virtud (el bien).

Así, el conocimiento hay que buscarlo en el alma, que tiene el conocimiento a priori, ya que viene del mundo de las Ideas, idénticas y sin cambios. El alma nos ayuda a recordar las Ideas, que tienen una existencia anterior y aparte de nosotros. Son modelos que tienen ser porque participan en la Idea. Las cosas son imitación (mímesis) de las Ideas. Las Ideas son solo asequibles a la mente y constituyen un ser real, por cuya presencia el otro ser participa. Pertenecen al mundo de la ciencia y la verdad.

Debido a esta teoría, nos encontramos dos mundos diferentes:

  • El mundo de las Ideas (inteligible), al cual solo se accede mediante el conocimiento.
  • El mundo sensible, donde se encuentran las cosas y las almas (aunque procedan del mundo inteligible).

Las Ideas son eternas, las esencias (eîdos), sustancias (ousías), son cognoscibles por la inteligencia. Son objeto de concepto o pensamiento (nócma); a partir de su conocimiento, las cosas se hacen inteligibles y reciben su denominación. Por encima de los eîdos están la Justicia, la Belleza y el Bien.

  • La Belleza baña de luz y claridad el mundo de las realidades físicas.
  • La Justicia regula las relaciones entre las partes del alma individual. (Concupiscible -> Irascible -> Racional, Pueblo -> Guerreros -> Gobernantes (filósofos), Fortaleza -> Templanza -> Prudencia).
  • El Bien está por encima de todas, el ser por excelencia, tiene consistencia en sí mismo y se sitúa más allá del ser.

La relación de las cosas y las Ideas es imitación y participación. Si la Idea es participada por las cosas, pierde su unicidad y separación. La imitación lleva a la Idea más allá de la Idea.

Platón hace una jerarquía de Ideas. La Idea suprema no es siempre la misma; existe una comunicación y combinación entre ellas.

Gnoseología

El Conocimiento y la Dialéctica

El verdadero conocimiento se puede alcanzar, debe ser infalible y acerca de lo real. Se accede al conocimiento a través de la dialéctica. El Eros es una fuerza que nos arrastra hacia aquello que deseamos y nos mueve desde las cosas a la belleza y su conocimiento.

A cada concepto universal le corresponde una realidad objetiva.

La reminiscencia (anámnesis) nos lleva a que no buscamos lo que desconocemos, sino que recordamos: conocer es recordar. Este recuerdo viene del alma que constituye el cuerpo y conoció las Ideas a priori.

Se accede al conocimiento a través de la dialéctica. La opinión (dóxa) radica en la conjetura (imágenes) y la creencia (objetos reales, no vemos la realidad, sino las cosas visibles).

La ciencia nos da el pensamiento (dianoia), que son objetos matemáticos, parten de una hipótesis y deducen conclusiones, apoyándose en imágenes sensibles, y la inteligencia (nóesis) mediante la dialéctica, llega mediante el pensamiento abstracto, sin imágenes. Parte de una idea y asciende, lo que conlleva una mejora del alma. El Eros supone una ascensión desde las cosas a la Idea del Bien. El alma cae al mundo sensible y al acordarse de la verdad quiere volver a ella.

El Mito de la Caverna

Platón formuló el mito de la caverna:

  • Los prisioneros son el alma del hombre encadenada al mundo sensible.
  • Las sombras son imágenes sensibles de las cosas.
  • El fuego que ilumina es la luz que permite el conocimiento sensible (belleza).
  • El prisionero liberado es el alma que se libera de su cuerpo.
  • Las cosas que hay fuera de la cueva son las Ideas.
  • Lo que ilumina todo es la Idea de Bien.

La Idea es la auténtica realidad. Las Ideas son el ser de la cosa, lo que capta el entendimiento, esencias separadas de las cosas particulares, entidades con existencia real.

Psicología

El Alma y el Cuerpo

Platón se pregunta por la naturaleza del alma, que está vinculada a la vida y al conocimiento. Su idea del hombre es dualista: el hombre es un compuesto de alma y cuerpo, donde el cuerpo es vehículo del alma. La unión del cuerpo y alma es la de una cárcel donde el alma se corrompe, por lo que tiene que purificarse.

El alma pertenece al mundo de las Ideas, es algo intermedio entre la Idea y el mundo sensible. Lo racional conoce las Ideas y lo sensible despierta su conocimiento. El alma conoce a priori los valores y verdades. Hay tres tipos de almas:

  • Racional (inmortal, inteligente)
  • Irascible (mortal, pasiones nobles)
  • Apetitiva (mortal, pasiones innobles -> concupiscible)

El alma es inmortal porque hay recuerdo sobre el mundo de las Ideas. Es simple, por lo que no se corrompe. El destino del alma es caída y ascensión: depende de la retribución futura, según nos portemos, así se premia o castiga en la otra vida.

Ética y Política

La Virtud y la Justicia

Está enfocada al supremo bien del hombre, a la felicidad: desarrollo auténtico de su personalidad como ser racional y moral. Se basa en la proporción, mezclar lo intelectual y sensible. La fuerza para alcanzar la felicidad la da el Eros.

Para Platón, la misma ley rige al estado y al hombre. Los conceptos ético-políticos tienen el estatuto de Ideas. Hay una justicia universal y absoluta de donde se deciden las cosas justas; el hombre justo es el más feliz, el filósofo.

La virtud (areté) se entiende como:

  • Sabiduría (conocimiento de las Ideas)
  • Purificación (purificar el alma de las pasiones)
  • Armonía (justicia como armonizadora de las tres partes del alma)

La prudencia ayuda a descubrir la verdad y el bien y dirigir el alma hacia su propio fin; la fortaleza ayuda a mantener el equilibrio de nuestras ambiciones y soportar las agresiones de otros; la templanza ayuda a moderar los apetitos sensibles.

La justicia procura el funcionamiento armónico de estas tres partes del alma y del estado; cada parte del alma cumple su tarea con la debida armonía.

Organización del Estado

En la correlación estructural alma-estado, el estado posee la estructura tripartita del alma.

  • Los productores se dedican a la actividad económica.
  • Los guardianes, defensores y educados estrictamente en la virtud, gimnasio y música.
  • Los gobernantes, que gozan de una educación matemática y dialéctica.

La educación se da por la finalidad última del estado: promover la virtud y la justicia. Primero se enseña gimnasia y música y luego matemáticas y dialéctica. Se procura la igualdad entre hombres y mujeres, se suprime la familia y la propiedad privada. Surge así la aristocracia, la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía.

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