Filosofía Moderna
La filosofía moderna se desarrolla a lo largo de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII. En la Edad Media, Dios o la revelación fueron el fundamento para legitimar el conocimiento, la ética y la política. Con el Renacimiento, la razón se convierte en un instrumento de crítica y análisis, rechazando las antiguas autoridades de la Edad Media.
Maquiavelo, más preocupado por este mundo que por la vida eterna, siempre mantuvo una postura muy crítica con la Iglesia. Galileo fue procesado y sus libros prohibidos. La revolución científica se produce en la física con la sustitución del paradigma aristotélico-ptolemaico por el paradigma copernicano.
El innatismo de las ideas verdaderas y el carácter matemático de su relación constituyen las dos características esenciales del racionalismo de Descartes. Según Locke, la mente está vacía cuando nacemos, como un papel en blanco. En política, Locke defendió la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y la separación entre Iglesia y Estado.
Con Hume, el empirismo llega a sus últimas consecuencias. Cuestiona el principio de casualidad y el concepto de sustancia, concluyendo que no hay percepción sensible de las tres entidades de la metafísica.
En el siglo XVIII se extendió por toda Europa la Ilustración, que confiaba en la renovación de las conciencias y de las formas de vida gracias a la educación. Rousseau compartió con los demás ilustrados la idea de progreso y libertad.
En la última mitad del siglo XVIII, Kant realiza una síntesis del racionalismo y del empirismo, superando a ambos e integrando también la física newtoniana y la Ilustración. Kant considera que la razón debe someter a crítica sus propias capacidades, oponiéndose al dogmatismo racionalista, pero rechaza también el escepticismo de los empiristas.
La filosofía tiene que jugar un importante papel, ya que contribuye a formar la opinión pública y a capacitar a todos los seres humanos para el ejercicio de la ciudadanía a través de la crítica.
Descartes: El Problema del Método
La filosofía cartesiana es la respuesta, desde la voluntad de verdad, a los problemas del conocimiento en todos los órdenes. Descartes pretende encontrar una nueva filosofía, para lo cual es fundamental encontrar un nuevo camino, un método.
La nueva filosofía de Descartes, el racionalismo, es ante todo una epistemología, una teoría del conocimiento empeñada en solucionar el problema de la verdad y la certeza científica. Descartes busca en la razón el fundamento de su método y la justificación de todo el conocimiento.
El innatismo de las ideas verdaderas y el carácter matemático de su relación constituyen las dos características esenciales del racionalismo cartesiano.
Reglas del Método
- Regla de la evidencia: No aceptar nada como verdadero hasta no conocer con evidencia que así es.
- Regla del análisis: Dividir cada uno de los problemas que se examinarán en las partes necesarias para resolverlos mejor.
- Regla de la síntesis: Conducir con orden los pensamientos, partiendo de los objetos más simples hasta el conocimiento de los más complejos.
- Regla de la enumeración: Hacer siempre recuentos tan completos y revistas tan generales, que estemos ciertos de no haber omitido nada.
Metódica
La duda cartesiana no es una duda escéptica; no se propone una finalidad demoledora, sino constructiva. Descartes no participa de esta duda. La duda es un instrumento para alcanzar la verdad, un instrumento para elaborar la filosofía.
Maquiavelo
Responsable de varios cargos políticos mientras perviven las estructuras de la república florentina, Maquiavelo empieza a escribir sus grandes tratados. Los discursos y El príncipe son una totalidad teórica en la que, por primera vez en la historia, se acomete el análisis de la forma en que se organiza el poder: con Maquiavelo se inaugura la ciencia de la política.
Alejado de la posibilidad de intervención política activa, Maquiavelo se dirige a la elaboración de una teoría para cuyo despliegue es fundamental su propia experiencia en los asuntos políticos.
La concepción del Estado de Maquiavelo es resultado de la paradojica situación de la naciente burguesía. Hay en Maquiavelo un análisis de las formas en que cualquiera puede hacerse con el poder en un Estado, pero más interesante es la explicación de la necesidad imperiosa del mantenimiento del Estado y de los mecanismos por los que esa exigencia puede ser cumplida.
Maquiavelo tiene una visión pesimista de la naturaleza humana. Es mucho más fácil hacerse temer que amar. Todo lo que contribuya a la seguridad del Estado será bueno. De esta forma justifica el principio filosófico de que “el fin justifica los medios”. El despiadado, cruel y perverso no es el príncipe delineado por Maquiavelo. Es el propio hombre, la naturaleza humana.