El Método Cartesiano y la Duda Metódica
Descartes propone un método para la búsqueda de la verdad basado en tres pasos: analizar (descomponer lo complejo en partes simples), sintetizar (reconstruir el conocimiento a partir de las partes simples) y comprobar (verificar la ausencia de errores). Para alcanzar una verdad indudable, aplica la duda metódica, cuestionando todo:
- El conocimiento sensorial (falacia de los sentidos).
- La realidad extramental (indistinguible del sueño).
- La veracidad del razonamiento (posible genio maligno).
De esta duda universal surge la certeza fundamental: “Pienso, luego existo” (“Cogito, ergo sum”). A partir de esta intuición, clara (evidente) y distinta (precisa), deduce que el conocimiento reside en las ideas, no en las cosas. Distingue tres tipos de ideas:
- Adventicias: parecen provenir del exterior, pero no garantizan su existencia.
- Facticias: construidas por la imaginación.
- Innatas: presentes en la mente desde el nacimiento.
La Idea de Dios y el Dualismo Ontológico
Descartes reconoce la idea innata de un ser perfecto e infinito. Utilizando el principio de causalidad y el argumento ontológico de San Anselmo, deduce la existencia de Dios como causa de la idea de infinito. Dios garantiza la existencia del mundo y el correcto funcionamiento de la razón. Descartes postula un dualismo ontológico, distinguiendo dos sustancias:
- Res cogitans: la mente (pensamiento).
- Res extensa: las cosas extensas (materia).
El Empirismo de Hume y la Crítica de la Causalidad
Hume, defensor del fenomenismo y el escepticismo, afirma que el conocimiento se basa en impresiones e ideas, sin un origen claro ni conexiones necesarias. Cuestiona el principio de causalidad, argumentando que la conexión necesaria entre causa y efecto es una creencia derivada de la costumbre y no una impresión. La inferencia causal, aunque útil para la vida, no tiene fundamento lógico. Niega la existencia metafísica del mundo y la existencia de Dios por falta de impresiones.
La Ética de Hume: El Emotivismo Moral
Hume critica el racionalismo moral, argumentando que la razón no fundamenta los juicios morales. Propone el emotivismo moral, donde los juicios morales se basan en el sentimiento moral, una aprobación o desaprobación emocional. Critica el deísmo y la religión natural, argumentando que la religión se basa en sentimientos, no en la razón.
El Pensamiento de Rousseau: El Contrato Social y la Voluntad General
El Hombre Natural y el Hombre Social
Rousseau distingue entre el hombre natural (“buen salvaje”), independiente, feliz y bueno en un estado de naturaleza hipotético, y el hombre social, corrompido por la sociedad, la desigualdad y el amor propio. La educación en el estado social domestica al ser humano, inculcando prejuicios y conocimientos inútiles.
La Reforma de la Sociedad y la Educación Natural
Rousseau propone una educación natural que respete la libertad del niño, priorizando la experiencia sobre la erudición. Para reformar la sociedad, propone un contrato social.
El Contrato Social
El contrato social busca aumentar la libertad individual y limitar el poder arbitrario. Mediante un pacto entre iguales, se crea una asociación colectiva donde cada individuo cede su libertad a la comunidad, convirtiéndose en ciudadano. Este pacto crea la voluntad general.
La Voluntad General
La voluntad general es la voluntad de la comunidad, orientada al bien común. Es inalienable, soberana y debe ser respetada por las leyes y el gobierno. Se distingue de la voluntad de todos, que no siempre busca el bien común. La democracia perfecta se alcanza cuando ambas coinciden.