El Empirismo de Hume
Impresiones e Ideas
Para Hume, todo contenido mental se basa en percepciones, que se dividen en dos tipos: impresiones e ideas. Las impresiones son sensaciones vívidas y directas que provienen de los sentidos externos, mientras que las ideas son representaciones internas y menos vívidas de estas impresiones. La diferencia principal entre ambas radica en su grado de fuerza o vivacidad.
Según Hume, todas las ideas proceden de impresiones previas, negando así la existencia de ideas innatas. En otras palabras, todo conocimiento se origina en la experiencia. Mientras que la impresión se produce en presencia del fenómeno, la idea lo reproduce en su ausencia.
Las ideas se clasifican en:
- Ideas simples: Aquellas que no se pueden descomponer en partes más pequeñas.
- Ideas complejas: Resultan de la asociación de ideas simples.
Las leyes de asociación de ideas son los principios que rigen cómo la mente combina ideas simples. Hume propone tres leyes principales:
- Semejanza: Ideas similares tienden a asociarse.
- Contigüidad espacio-temporal: Ideas que ocurren juntas en el espacio o el tiempo tienden a asociarse.
- Causa-efecto: La idea de una causa tiende a evocar la idea de su efecto, y viceversa.
La imaginación y la memoria son las facultades mentales que transforman las impresiones en ideas.
Ideas Abstractas
Las ideas abstractas, como la idea de «hombre», son ideas universales formadas por abstracción. Según Hume, estas ideas no tienen valor propio y son copias más o menos débiles de impresiones particulares. Hume adopta una postura nominalista, argumentando que las ideas abstractas universales, como «hombre», son meros nombres que designan a muchos individuos, sin rebasar la impresión original. A diferencia del racionalismo, que busca captar la esencia de las ideas, el empirismo de Hume sostiene que las ideas abstractas se construyen por asociación (semejanza) a partir de distintas impresiones de cosas similares.
Clasificación de las Ciencias
Hume distingue tres tipos de ciencias con métodos diferentes:
- Ciencias formales: Ciencias deductivas que tratan de las relaciones entre ideas (ej. matemáticas, lógica).
- Ciencias naturales: Ciencias inductivas que tratan de cuestiones de hecho (ej. física, química).
- Ciencias sociales: Ciencias prácticas que se ocupan de la ética y la política.
Esta división se origina en la distinción racionalista entre razón y hecho.
Ciencias Formales
Se basan en el principio de identidad (A=A) y son tautológicas. Son necesarias y no requieren comprobación empírica. Si bien pueden ser verdaderas, no hablan de la realidad.
Ciencias Naturales
Hablan de la realidad y aportan nuevos conocimientos. Se fundamentan en experiencias comprobables (datos reales) y en la relación entre objetos en el espacio y el tiempo. Aunque se basan en la comprobación de hechos pasados, sus afirmaciones generales, como «el sol saldrá mañana», son solo probables, no ciertas.
Ciencias Sociales
Se apoyan en menos datos que las ciencias naturales y buscan más el conocimiento que la verdad. Son más precarias y se consideran subciencias de las naturales.
Hume establece una distinción entre las ciencias formales, basadas en la lógica de la razón, y las ciencias naturales, basadas en la lógica del entendimiento. El entendimiento es el uso práctico de la razón, que requiere la experiencia.
Crítica a la Causalidad
Hume cuestiona la causalidad, argumentando que cuando dos eventos se suceden repetidamente, nuestra mente los asocia por costumbre, hábito y creencia, pero no podemos observar una conexión necesaria entre ellos. Critica el «principio de uniformidad de la naturaleza» y la inducción utilizada en las ciencias naturales. La inducción causal se basa en la creencia, que surge de la necesidad humana de explicar el mundo. Esta creencia se fundamenta en la imaginación y en el modo habitual de funcionar de nuestra mente.
Fenómeno: El aspecto que las cosas ofrecen a nuestros sentidos, es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas.