René Descartes (1596-1650) y la Búsqueda de la Certeza
El Discurso del Método y la Nueva Ciencia
En “El Discurso del método”, René Descartes considera que la sabiduría de su época era un viejo edificio falto de unidad e inservible, que debía ser derribado para construir uno nuevo. Su proyecto consiste en unificar todas las ciencias en una nueva ciencia única. Como no se puede culminar de golpe este proyecto, propone:
- La formulación de un método.
- La formulación de unas normas de moral provisional (puesto que la moral definitiva sólo puede ser construida al final).
- El desarrollo de las diversas ciencias, comenzando por la metafísica, siguiendo por la física y luego concluyendo el resto de las ciencias.
Descartes tiene una concepción unitaria del saber: no hay más que un saber y un método apto para él. Esta concepción unitaria del saber proviene de una concepción unitaria de la razón. Define el método como “un conjunto de reglas fáciles y ciertas, que impide a todo el que se atiene rigurosamente a ellas tomar lo falso por verdadero, y que hacen que el espíritu, sin consumirse en esfuerzos inútiles y aumentando gradualmente su ciencia, se eleve al conocimiento exacto de lo que es capaz de conocer¨. El método no es, pues, el conocimiento mismo, sino su vehículo.
Reglas Metódicas
Descartes ofrece una serie de preceptos que caracterizan su método. Son cuatro: intuición, análisis, orden y enumeración.
Evidencia
“No admitir cosa alguna como verdadera si no se la ha conocido evidentemente como tal.
- Clara: es aquella idea que está presente y es manifiesta para una mente atenta. Por tanto, implica presencialidad.
- Distinta: es la que siendo clara, de tal modo está separada y distinguida de las demás, que no contiene nada que no sea claro.
Análisis
“El segundo exigía que dividiese cada una de las dificultades a examinar en tantas parcelas como fuera posible y necesario para resolverlas más fácilmente¨. Mediante el análisis las proposiciones oscuras se reducen a nociones simples.
Orden
“El tercero requería conducir por orden mis reflexiones comenzando por los objetos más simples y más fácilmente cognoscibles, para ascender poco a poco hasta el conocimiento más complejo”. Este precepto supone el anterior y permite el paso de lo simple a lo complejo.
Enumeración
“Debería realizar recuentos tan complejos y revisiones tan amplias que pudiese estar seguro de no omitir nada”. Es un precepto destinado a garantizar la seguridad. Estos cuatro preceptos metódicos regulan el movimiento del pensamiento, conduciendo del prejuicio a la intuición y la deducción ordenada.
Aplicaciones del Método
La Duda Metódica
En el Racionalismo, el entendimiento ha de encontrar en sí mismo las verdades fundamentales a partir de las cuales sea posible deducir el edificio entero de nuestros conocimientos. Este punto de partida ha de ser una verdad absolutamente cierta sobre la cual no sea posible dudar en absoluto. Para obtener certezas libres de toda duda hay partir de un proceso de duda. Esta duda es una exigencia del método en su momento analítico.
Funciones de la duda:
- Desescombro o limpieza de la mente.
- Paso obligado hacia la certeza y fuente de la misma.
- Es una duda metódica: instrumento para lograr certezas. No es una duda escéptica.
Primera Meditación
- a/ Duda de la fiabilidad de los sentidos. Los sentidos nos llevan a error. Pero hay cosas en las que no nos engañan.
- b/ Indistinción sueño-vigilia. Cabe dudar del testimonio de los sentidos. Esto nos permite dudar de que las cosas sean como las percibimos por medio de los sentidos, pero no permite dudar de que existan las cosas que percibimos. De ahí que Descartes añada una segunda razón –más radical- para dudar: la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño.
- c/ Dios engañador. Descartes añade el tercer y más radical motivo de duda: Tal vez Dios me engañe. Dios es omnipotente y puede estarme engañando a propósito de la geometría, aunque yo no lo crea. Pero como Dios es infinitamente bueno, no quiere engañarnos. Por consiguiente, la duda no es universal.
- d/ Genio maligno. Se trata de una hipótesis improbable, pero que nos permite dudar de todos nuestros conocimientos. La duda ya es universal.
Segunda Meditación: El Cogito
Descartes encontró una verdad absoluta, inmune a toda duda por muy radical que ésta sea: La existencia del sujeto que piensa y duda. Hay una cosa de la que no puedo dudar y es que yo dudo. Para el sujeto no hay verdad alguna más simple que el conocimiento del propio yo pensante. Esta certeza la formula de formas distintas:
“Pienso, luego existo”
Tercera Meditación: Las Ideas y Dios
Hasta ahora contamos con dos elementos: el pensamiento como actividad (yo pienso) y las ideas que piensa el yo. El pensamiento piensa siempre ideas. Según Descartes, el pensamiento no recae directamente sobre las cosas, sino sobre las ideas: yo pienso no en el mundo, sino en la idea de mundo. Distingue en las ideas dos aspectos: las ideas como actos mentales (todas las ideas poseen la misma realidad) y las ideas en la medida en que poseen un contenido objetivo (su realidad es diversa).
Clases de ideas:
- Ideas adventicias. Son aquellas que parecen provenir del exterior.
- Las ideas facticias. Son producto de la ficción; las construye la mente a partir de otras ideas.
- Las ideas innatas. Ideas innatas son, por ejemplo, las ideas de “pensamiento”, que ni son construidas por mí, ni proceden de experiencia externa alguna. Las encuentro en la percepción misma del “pienso, luego existo”.
Dios
Entre las ideas innatas, Descartes descubre la idea de infinito, que se apresura a identificar con la idea de Dios (Dios es infinito). La idea de Dios no es adventicia, no es facticia. Una vez que establece que la idea de Dios es innata, procede a la demostración de su existencia.
- a/ La idea de Dios es demostrada a partir de la idea de Dios. Entre los argumentos que utiliza merecen destacarse dos: en primer lugar, el argumento ontológico; en segundo lugar, un argumento basado en la causalidad aplicada a la idea de Dios.
- b/ La existencia del mundo es demostrada a partir de la existencia de Dios: puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe. Por tanto, el mundo existe.
Estructura de la Realidad: Las Tres Sustancias
Descartes distingue tres esferas o ámbitos de la realidad: Dios o sustancia infinita, el yo o sustancia pensante y los cuerpos o sustancia extensa.
Sustancia es una cosa que existe de tal modo, que no necesita de ninguna para existir. Tomada esta afirmación sólo podría existir una sustancia, la sustancia infinita (Dios), ya que los seres finitos son creados y conservados por Él. La libertad solamente podría mantenerse separando al alma del mundo mecanicista y esto exige situarla como una esfera de la realidad autónoma e independiente de la materia. Hay una pluralidad de mentes finitas y una pluralidad de cuerpos que Dios ha creado y conserva.