Contexto Histórico-Filosófico de Nietzsche
El Siglo XIX: Revolución y Transformación
Friedrich Nietzsche (1844-1900) vivió en el siglo XIX, un período marcado por la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. La Revolución Francesa desafió el Antiguo Régimen y sus bases religiosas, dando paso a un Estado laico e ilustrado. La Revolución Industrial, por su parte, impulsó el crecimiento industrial y el surgimiento de la burguesía, generando a su vez movimientos obreros y el desarrollo del capitalismo liberal.
Estos cambios sociales y económicos se reflejaron en el auge de los sistemas democráticos y la confianza en la ciencia y la tecnología. Nietzsche, sin embargo, veía en la democracia una forma de decadencia, argumentando que la igualdad uniformizaba a los individuos e impedía el desarrollo de personalidades fuertes y creativas, como su ideal del superhombre.
Nacionalismo y Romanticismo
El siglo XIX también fue testigo de la unificación alemana bajo la dirección de Bismarck, impulsada por el creciente nacionalismo en Europa. Nietzsche, en contraste, abogaba por la superación del Estado-nación, siguiendo la visión de una Europa unida propuesta por figuras como Napoleón y Goethe.
El Romanticismo, un movimiento cultural influyente en la época, impactó la obra temprana de Nietzsche. El músico Richard Wagner, amigo de Nietzsche, compartía su admiración por el arte griego y su crítica al cristianismo. Sin embargo, su amistad se deterioró debido a la ópera Parsifal de Wagner, que Nietzsche interpretó como una exaltación del nacionalismo alemán.
Realismo, Naturalismo y Nuevas Corrientes Artísticas
A finales del siglo XIX surgieron el Realismo y el Naturalismo, movimientos artísticos que se centraban en la vida cotidiana y la realidad social, con representantes como Dickens, Stendhal, Flaubert y Galdós. En respuesta a estas corrientes, surgieron a principios del siglo XX movimientos como el Impresionismo, el Expresionismo y el Simbolismo, que buscaban formas de expresión artística más libres.
Idealismo, Materialismo y Positivismo
En el ámbito filosófico, el idealismo absoluto de Hegel postulaba una realidad regida por leyes del pensamiento que se desarrollan hacia la libertad. Nietzsche se opuso a esta idea, al igual que Marx y Engels, quienes adaptaron el pensamiento hegeliano para promover la revolución proletaria y el comunismo.
El siglo XIX también vio el auge del positivismo, que defendía el método científico como la única forma válida de conocimiento. Autores como Marx, Freud y Nietzsche criticaron esta visión, argumentando que el progreso científico no garantizaba el progreso social o humano. Nietzsche, en particular, cuestionó la filosofía y la metafísica occidental, considerándolas decadentes y ajenas a la vida.
Vitalismo e Historicismo
La filosofía de la vida, o vitalismo, fue una corriente que compartía la preocupación de Nietzsche por la experiencia vital. Arthur Schopenhauer, un filósofo vitalista con quien Nietzsche tenía afinidades, concebía el mundo como voluntad de existir, un fondo irracional accesible solo a través del arte. Henri Bergson, otro vitalista posterior, propuso la intuición como la forma de comprender la realidad, concebida como un flujo constante.
El historicismo, por su parte, sostenía que las acciones humanas son históricas y no pueden ser comprendidas mediante el método científico. Dilthey, un exponente del historicismo, argumentaba que las ciencias humanas deben interpretar y comprender las acciones humanas en su contexto histórico, en lugar de simplemente explicarlas como fenómenos naturales.
Raciovitalismo y Otras Corrientes
El raciovitalismo de Ortega y Gasset criticó la razón pura, separada de la vida y la experiencia histórica. Propuso en cambio una «razón vital», arraigada en la vida y la historia.
Otras corrientes filosóficas que surgieron en esta época incluyen la fenomenología, el existencialismo, el neopositivismo, la filosofía analítica, la hermenéutica y la teoría crítica. Nietzsche también influyó en el pensamiento posmoderno y el «pensamiento débil».
El Crepúsculo de los Ídolos y la Crítica de la Razón
El texto que se analiza pertenece al período final de la obra de Nietzsche, caracterizado por su crítica a la cultura occidental. En El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche examina la «razón» en la filosofía, argumentando que la filosofía tradicional, con la excepción de Heráclito, ha sido impulsada por el resentimiento hacia la vida. Nietzsche critica la razón filosófica por falsificar el testimonio de los sentidos y propone una nueva forma de pensar que afirme la vida en su totalidad.
Conclusión
El pensamiento de Nietzsche se desarrolló en un contexto histórico y filosófico complejo, marcado por revoluciones, cambios sociales, el auge de la ciencia y la tecnología, y el surgimiento de nuevas corrientes artísticas y filosóficas. Su crítica a la razón en la filosofía y su defensa de la vida lo convierten en una figura fundamental en la historia del pensamiento occidental.