El Racionalismo y sus Limitaciones
El racionalismo se caracterizó por supeditar la vida a la razón. Descartes esperaba que la evidencia construida tras el «Cogito ergo sum» alcanzara incluso la moral, confiando en que todos los asuntos humanos pudieran tratarse con el rigor matemático. Este ideal raciovitalista implica que la vida debe doblegarse a la razón, no al revés.
Ortega y Gasset critica esta supeditación de lo vital al capricho de la razón pura, considerándola intolerable. Para él, la razón debe ponerse al servicio de las urgencias de la vida. El racionalismo, con su utopismo y ucronismo, nos deja esperando un juicio final inexistente.
El Raciovitalismo de Ortega y Gasset
La Razón Vital
Frente al racionalismo ucrónico, Ortega postula el Raciovitalismo. El método filosófico, el instrumento para capturar la realidad, es la razón vital. Su comprensión es esencialmente histórica, ya que la vida es un continuo devenir.
Para Ortega, la realidad más radical es la vida, pues toda realidad debe aparecer dentro de ella. La filosofía, distinta de las ciencias particulares, busca un conocimiento del universo. La verdad científica es exacta pero incompleta, mientras que la filosofía, aunque inexacta, busca abarcar el todo.
Características de la Filosofía
Ortega define la filosofía como el conocimiento del universo. Este conocimiento puede llevar al idealismo (el ser es resultado del pensar) o al realismo (el pensar es resultado del ser). Para él, somos puro devenir, sin una naturaleza definida.
Siguiendo la línea cartesiana, Ortega señala que no debemos aceptar como verdadero aquello que no hayamos probado. La duda es el único pensamiento indudable, pues negarla ya es pensar. El pensamiento es el dato radical.
El Yo y el Mundo
Ortega contrasta la visión del hombre antiguo, volcado al exterior, con la del hombre moderno, que se ha «metido en sí». Critica el error del idealismo de convertirse en subjetivismo, subrayando la dependencia de las cosas a mi pensamiento, pero sin advertir que mi subjetividad también depende de la existencia de los objetos.
Si existe el pensamiento, existen el «yo que pienso» y el «mundo en que pienso», sin separación. Yo soy para el mundo y el mundo es para mí, en activa correlación. El dato radical no es mi existencia, sino mi co-existencia con el mundo, mi vida.
La Vida como Interacción
El Yo y la Circunstancia
El dato radical del universo es mi vida, la interacción entre el yo y la circunstancia. El hombre es una entidad cuyo ser consiste en lo que aún no es, en continuo futurismo, decidiendo su futuro en el «ahora».
El hombre es libertad, carece de identidad constitutiva, pero debe justificar sus elecciones. Elegimos nuestro futuro, por lo que la vida es pre-ocupación, ocuparse por adelantado. Vivir no es solo razonar ante la circunstancia.
Ortega entiende por circunstancia todo aquello que cada uno encuentra como dado. La razón vital media entre el yo y la circunstancia. La realidad vital es una razón histórica, sin una verdad fija y esencial.
Perspectivismo
El hombre es un proyecto inacabable, la vida consiste en descubrir nuevos horizontes. La verdad orteguiana no es la adecuación del entendimiento a la cosa, sino la adecuación del yo a mi circunstancia.
Hay tantas realidades como puntos de vista. No existe una realidad o verdad inmutable. Para Ortega, el ser del mundo es perspectiva: el individuo selecciona aspectos del mundo, ordenados jerárquicamente, que deben integrarse en una única realidad.