«En Bruselas, a donde… fuerzas productivas materiales»
Marx sintetiza las tesis principales del materialismo histórico: el conjunto de las relaciones de producción conforma la estructura económica de una sociedad. Menciona a François Guizot, quien fue ministro francés.
«El conjunto de estas relaciones… determina su conciencia»
Toda sociedad se puede distinguir entre la estructura económica (o infraestructura económica) que determina la superestructura jurídica, política e ideológica. La infraestructura determina la ideología, religión, leyes y formas de organización social. Los fueros de trabajo y las relaciones sociales que se dan en el proceso de producción forman la infraestructura o base económica de la sociedad, sobre la cual se erige la superestructura. Las formas de relación no dependen de la voluntad humana, sino del modo de organizar el sistema productivo y del grado de desarrollo de las fuerzas productivas (conciencia de clases).
«Al llegar a una determinada… prehistoria sociedad humana»
Marx afirma que el propio desarrollo y avance de las fuerzas productivas (mejores herramientas de trabajo industriales) conduce necesariamente a una contradicción con las relaciones de producción. Existe un conflicto entre los medios de producción y entre las personas según su jerarquía en la producción. Se inicia con una etapa de revolución social, que consiste en la transformación de la base económica, sustituyendo las relaciones de producción por otras, produciendo también una transformación de las formas ideológicas o superestructura. En este fragmento, Marx insiste en la importancia de las condiciones económicas en el proceso social. El cambio social es posible si se dan las condiciones materiales en el seno de la propia sociedad; es decir, si la estructura económica ha cambiado previamente para tal revolución. La transformación económica implica necesariamente la transformación social. El fin de la historia llegará cuando el modo de producción capitalista, por sus contradicciones internas, dé lugar a la sociedad socialista. Se llegará a una sociedad sin clases, sin explotación, en la que se instaure la propiedad pública de los medios de producción. Después vendrá la sociedad comunista.
«Federico Engels, con el que… alejamiento forzoso de Bélgica»
Aquí manifiesta su amistad y coincidencia intelectual con Engels, lo que los lleva a emprender tareas conjuntas, como la crítica a la filosofía idealista alemana. En esta época escribe La ideología alemana y El manifiesto comunista. A diferencia del pensamiento utópico de Proudhon, que plantea un cambio social pero no define pasos ni estrategia, el socialismo de Marx es científico: establece leyes para poder llegar a la sociedad sin clases (fin de la historia). Marx describe las claves económicas para llegar a esa sociedad, presentando sus teorías sociales como científicas, a diferencia de Proudhon y otros utópicos.
«La publicación de la Nueva… Ciencia propiamente económica»
Marx reconoce la influencia que ejercen en sus obras las teorías de los economistas clásicos ingleses de orientación liberal, como Adam Smith y David Ricardo, estudiados de modo autodidacta en la biblioteca del Museo Británico. Estas teorías económicas serán objeto de la crítica de Marx desde el propio terreno de la economía.
«Este esbozo sobre la trayectoria… Final»
Marx concluye el Prólogo con una cita de Dante: «Qui si convien lasciare ogni sospetto; ogni viltá convien che qui sia morta” (Aquí se debe abandonar toda sospecha; aquí toda vileza debe morir). Con ella, pretende dejar claro que sus teorías, aunque puedan chocar con los prejuicios e intereses de las clases dominantes, nacen de muchos años de profunda investigación y parten de un trabajo profundo, serio y objetivo, cuyos resultados aspiran a elevar a la categoría de ciencia su nueva interpretación de la economía y de la historia (materialismo histórico). Se observa la ironía de Marx al finalizar el prólogo de la Crítica de la economía política con esta cita de La Divina Comedia, que invita a dejar de lado el recelo y acabar con la vileza, una consigna que habla de justicia y verdad, y que sirve tanto para llamar la atención de los intelectuales de la época (a las puertas de la ciencia) como para advertir a las clases dominantes del advenimiento de una nueva era de revolución (a las puertas del infierno).