La Moral
Este carácter libre y abierto de la acción es lo que hace al ser humano responsable de sus actos. Un individuo que ante una determinada situación reflexiona, toma una decisión y actúa en concordancia con ella es el autor de esa acción y, por tanto, ha de responder de ella; debe estar dispuesto a recibir el reconocimiento o la amonestación de sí mismo y de los demás. Este carácter libre del actuar humano constituye también la base del carácter moral que posee en exclusividad: la libertad. La moral es el código de normas que regulan la acción individual y colectiva que se considera correcta en una sociedad concreta y en un momento dado.
Aranguren y Zubiri han hecho distinción entre:
- Moral como contenido: se refiere a las normas y principios que regulan el comportamiento correcto.
- Moral como estructura: la moral es un rasgo constitutivo de la naturaleza humana.
Acción, Hábito y Carácter
Los hábitos son tendencias a actuar de un determinado modo ante situaciones similares. El conjunto de hábitos de una persona constituye su carácter, es decir, los rasgos que la distinguen de otros y que es posible observar en sus acciones concretas. Aunque nacemos con unas predisposiciones concretas, nuestro carácter se forma por la repetición de acciones similares. Una vez que el carácter está formado, influye y condiciona fuertemente nuestras acciones concretas. Puede decirse que el carácter es la base de nuestra naturaleza moral, pues una vez formado condiciona nuestras acciones y la corrección o incorrección de estas.
Proceso de Maduración Moral: Lawrence Kohlberg
Kohlberg elaboró una teoría cognitiva del desarrollo moral y también investigó las capacidades de las personas para juzgar moralmente en algunas situaciones. Llegó a descubrir la existencia de seis estadios, agrupados en distintos niveles de moralidad (concretamente en tres niveles), pero no se pueden identificar con las fases del crecimiento humano. El paso de una fase a otra es como un proceso de aprendizaje en el que se obtienen nuevos conocimientos. En el primer nivel están los niños; un 25% de los adultos consigue alcanzar el tercer nivel.
- Nivel I: Premoral o Preconvencional: el niño es receptivo a las normas culturales.
- Estadio 1: obedecen las normas por miedo al castigo.
- Estadio 2: hedonismo, las reglas se asumen si favorecen los propios intereses.
- Nivel II: Moral Convencional: respetar las expectativas sociales.
- Estadio 3: se busca estar bien con la mayoría. Las cosas que esperan las personas cercanas a nosotros se consideran normas.
- Estadio 4: orientación hacia la ley. Debemos acatar las normas sociales para proporcionar un bienestar general.
- Nivel III: Moral Autónoma: actuar por valores universales.
- Estadio 5: orientación hacia el consenso social.
- Estadio 6: asimilar principios éticos universales.
Formalismo
Decimos que son formales aquellos sistemas que consideran que la moral no debe ofrecer normas concretas de conducta, sino limitarse a establecer cuál es la forma característica de toda norma moral. Kant fue el filósofo que reivindicó por primera vez la necesidad de una ética formal. Según Kant, solo una ética de estas características podría ser universal y garantizar la autonomía moral propia de un ser libre y racional como el ser humano. La norma moral no puede venir impuesta desde fuera, sino que debe ser la razón humana la que debe darse a sí misma la ley. Si es así, si la razón legisla sobre ella misma, la ley será universal, pues será válida para todo ser racional, es decir, para todo ser humano. Esta ley solo es expresable mediante imperativos categóricos (actúa de tal manera que puedas querer como ser racional que la máxima o regla de tus actos se convierta en ley universal); se diferencian de los imperativos hipotéticos, que expresan una norma que solo tiene validez como medio para alcanzar un fin. El imperativo que formula Kant es: Actúa de manera que tu acción pueda convertirse en norma universal. Este imperativo no depende de ningún fin, no nos dice qué tenemos que hacer, sino que sirve de criterio para saber qué normas son morales y cuáles no. Kant era un filósofo alemán, considerado uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y del último periodo de la Ilustración. Junto a Platón y Aristóteles, según la mayoría, constituye el hilo conductor de los grandes aportes al conocimiento humano.
Moralidad y Legalidad
Entre la moral y el derecho existe una gran proximidad, aunque son ámbitos distintos. Son códigos normativos que regulan la acción en el seno de una comunidad. Entre moralidad y legalidad existe una diferencia fundamental: mientras que las normas legales solo exigen un cumplimiento externo, las normas morales requieren la adhesión interior y el convencimiento personal. Mientras que la moral es autónoma (mi propia conciencia impone las normas que debo acatar), el derecho es heterónomo (las leyes que estoy obligado a obedecer están impuestas desde fuera). Aunque moral y derecho sean ámbitos distintos, es evidente que entre ellos se da una relación. Las leyes de una comunidad deben reflejar la moral de esa comunidad. La moral constituye el lugar indicado para analizar, criticar e intentar transformar el derecho que regula las relaciones entre los miembros de la sociedad. Sin embargo, esta relación puede producir conflictos que la filosofía y la ética deben analizar.
Intelectualismo Moral
Según esta teoría, conocer el bien es hacerlo: solo actúa inmoralmente el que desconoce en qué consiste el bien. Esta teoría es doblemente cognitivista: no solo afirma que es posible conocer el bien, sino que además este conocimiento es el único requisito necesario para cumplirlo. Sócrates concibe la moral como un saber; para este filósofo no hay personas malas, sino ignorantes, y no hay personas buenas, sino sabias. Esta teoría ética es heterónoma, cognitivista y de mínimos. Sócrates fue un filósofo griego considerado como uno de los más grandes tanto de la filosofía occidental como universal y como precursor de Platón y Aristóteles, siendo los tres representantes fundamentales de la filosofía griega.
Eudemonismo
Las éticas que consideran la felicidad como el fin de la vida humana y el máximo bien al que se puede aspirar son eudemonistas. Aristóteles defendió el eudemonismo ético. Todos los seres tienden por naturaleza a un fin; por tanto, no podría ser menos en el caso del ser humano. Lo esencial es su capacidad racional. La máxima felicidad del ser humano residirá en lo que le es esencial por naturaleza: la vida contemplativa. Esta teoría es material, cognitivista, teleológica y de máximos. Aristóteles es uno de los más grandes filósofos griegos de la antigüedad, de la historia de la filosofía occidental y el autor enciclopédico más portentoso que haya dado la humanidad.