Marx y Kant: Conocimiento, Dios, Ética y Política

Marx: Conocimiento

Materialismo Dialéctico

Marx desarrolla su sistema filosófico, el materialismo dialéctico, a partir de la dialéctica hegeliana. Esta explica el progreso social como una lucha entre tesis y antítesis (tensión dialéctica).

Marx añade el materialismo: la realidad se define por sus condiciones materiales. La historia humana es, por tanto, una lucha de clases para mejorar dichas condiciones.

Esta lucha, entre fuerzas productivas y relaciones de producción (infraestructura), explica el concepto de ideología (supraestructura), al servicio de la clase dominante. La ideología refleja lo que una clase piensa de sí misma y del mundo, determinada por su lugar en la estructura económica material. En las revoluciones, la ideología sigue un proceso dialéctico.

Marx sitúa la verdad en el materialismo dialéctico, una verdad dificultada por los intereses de clase. Una vez alcanzada, la verdad debe ponerse en práctica, verificándose en la praxis.

Marx: Dios

Alienación y Falsa Conciencia

Marx aborda el problema de Dios desde la situación del proletariado. La alienación, el robo de la fuerza productiva del proletario por el burgués, genera una falsa conciencia (visión distorsionada de la realidad).

Para Marx, la alienación es principalmente económica: la infraestructura determina la supraestructura, creando ideologías. Estas, especialmente la religión (“el opio del pueblo”), deben eliminarse. La religión ofrece esperanza en un “más allá”, inhibiendo la capacidad revolucionaria de la clase oprimida.

El fin de la religión vendrá con la revolución, eliminando la alienación y permitiendo la conciencia de clase, esencial para una nueva sociedad comunista.

Marx: Hombre

Alienación y Trabajo

El materialismo dialéctico de Marx, influenciado por Hegel y Feuerbach, centra su interés en el hombre y su situación.

Para Marx, “la mano hizo al cerebro”: el trabajo permite la autorrealización. Esto, junto con la enajenación hegeliana, lleva a Marx a definir la alienación.

La lucha entre burgueses (propietarios de los medios de producción) y proletarios (poseedores de la fuerza de producción) genera alienación. El proletario realiza un trabajo ajeno, externo, sin propiedad sobre los productos ni el tiempo empleado. Su esencia, su fuerza de producción, le es robada.

Esta situación, producto de la propiedad privada, se perpetúa mediante la plusvalía (beneficio del burgués). Solo una revolución permanente, erradicando la propiedad privada, permitirá al proletario recuperar su fuerza de producción y dejar de ser alienado.

Marx: Política

Revolución Permanente

El materialismo dialéctico de Marx explica el progreso social como lucha de clases para mejorar las condiciones materiales.

La burguesía domina al proletariado alienado, sustentado por ideologías como la religión. Para cambiar esto, Marx propone la conciencia de clase mediante el análisis de las condiciones materiales, seguida de una revolución permanente.

Esta revolución implica:

  • Elevación del proletariado a clase dominante.
  • Expropiación de la burguesía y centralización de los medios de producción en el Estado.
  • Creación de una sociedad comunista sin clases, opresores ni oprimidos, ni alienación.

Resumen del Pensamiento de Marx

Karl Marx busca explicar la sociedad y ofrecer una alternativa al capitalismo. Su materialismo dialéctico, influenciado por Feuerbach y Hegel, ve el progreso social como lucha de clases por mejorar las condiciones materiales.

La lucha entre burguesía y proletariado genera alienación. El proletario, alienado, produce para el burgués, quien se apropia de la plusvalía. Ideologías como la religión refuerzan esta dominación.

Para Marx, la infraestructura (relaciones de producción, fuerzas productivas) determina la supraestructura (ideologías). La religión, en particular, inhibe la capacidad revolucionaria del proletariado.

La solución es la conciencia de clase, seguida de una revolución permanente para erradicar el capitalismo y establecer el comunismo.

Kant: Conocimiento

Crítica de la Razón Pura

Kant busca los límites de la razón preguntándose: “¿Qué puedo conocer?”. Parte del cielo estrellado (física de Newton), una ciencia universal y verdadera basada en el racionalismo y el empirismo, posible gracias a los juicios sintéticos a priori.

Kant justifica estos juicios argumentando que el sujeto aporta al objeto los transcendentales:

  • Categorías (cantidad, cualidad, relación…)
  • Formas puras de entendimiento (espacio y tiempo)

El sujeto aplica las categorías y formas puras de entendimiento, y el objeto las concreta. La experiencia valida o no las hipótesis (verdad intraparadigmática). Kant define el método hipotético-deductivo, situando la verdad en la hipótesis.

Kant postula un sujeto trascendental, negando el objetivismo. Solo conocemos los fenómenos (lo que aparece), no las cosas en sí (noúmenos). Solo conocemos lo categorizable y experimentable.

Dios, alma y mundo son antinomias de la razón pura: no son categorizables ni experimentables. El “giro copernicano” de Kant coloca al sujeto en el centro del conocimiento, dando lugar al idealismo trascendental.

Kant: Dios

Razón Pura y Razón Práctica

Kant aborda el problema de Dios en relación a sus tres preguntas: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar?

La razón pura muestra que Dios no es cognoscible (antinomia de la razón pura). Sin embargo, la razón práctica (fundamentada en una ley moral innata) requiere la existencia de Dios para la ética.

La razón práctica busca la mejor manera de actuar, independiente de condiciones externas: “el deber por el deber”. El imperativo categórico (“obra de tal modo que…”, “trata al otro como fin…”) guía la acción moral.

Como la razón práctica no garantiza la felicidad, Kant postula a Dios como postulado de la razón práctica: un Dios que juzga los actos y premia o castiga en el más allá.

Kant: Ética

Imperativo Categórico

En la Crítica de la Razón Práctica, Kant busca principios para orientar el comportamiento. Partiendo de una ley moral universal, formula una ética deontológica (del deber), racional, formal y aplicable.

Kant postula una razón común a todos los hombres. La mejor manera de actuar es tomar decisiones incondicionadas, “el deber por el deber”. La buena voluntad es el criterio último para juzgar la moralidad.

El imperativo categórico, incondicionado e indefectible, se formula en dos maneras: “obra de tal modo que…” y “trata al otro como fin…”

Kant: Política

Similar a la Crítica de la Razón Pura, la Crítica de la Razón Práctica analiza el uso práctico de la razón para definir principios de comportamiento.

Partiendo de una ley moral universal, Kant busca una ética deontológica, racional, formal y aplicable, basada en la razón común a todos los hombres. Lo racional es lo incondicionado: “el deber por el deber”.

El imperativo categórico, “trata al otro siempre como fin y nunca como medio”, define a la persona como inviolable, estableciendo el actuar correcto en relación a los demás.

Pensamiento de Kant

El pensamiento de Kant se basa en tres preguntas sobre el hombre, partiendo de la existencia de una ciencia verdadera (Newton) y una ley moral innata.

La primera pregunta (“¿Qué puedo conocer?”) explora los límites de la razón. Kant justifica los juicios sintéticos a priori mediante el “giro copernicano”, donde el sujeto aporta al objeto los trascendentales (categorías y formas puras de entendimiento).

El sujeto trascendental racionaliza la realidad, conociendo solo los fenómenos, no las cosas en sí. Dios, alma y mundo son antinomias de la razón pura, no cognoscibles.

La segunda pregunta (“¿Qué debo hacer?”) se responde en la ética kantiana, basada en el imperativo categórico.

La tercera pregunta (“¿Qué me cabe esperar?”) introduce a Dios, alma y mundo como postulados de la razón práctica, necesarios para la racionalidad de la ética.

Las tres preguntas responden a qué es el hombre: la unión de razón pura, razón práctica y razón estética.

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