¿Qué es el Progreso? Una Perspectiva Filosófica e Histórica

¿Qué es el Progreso?

El ser humano no ha tenido siempre la confianza que hay hoy en día en el progreso, aunque no está claro que esta sea sensata. Antes hay que contestar a qué significa el progreso.

Ingredientes del Progreso

El progreso está constituido por tres ingredientes principales:

  1. Desarrollo del conocimiento: Conocer más y mejor.
  2. Desarrollo del poder tecnológico para transformar la realidad: Poder cada vez mayor.
  3. El conocimiento y el poder al servicio de la justicia.

Perspectivas sobre el Progreso

Existen cuatro respuestas principales a la pregunta sobre la existencia del progreso:

1. No hay progreso, sino repetición: La historia se repite

Esta perspectiva se basa en que los problemas siempre son los mismos (pobres-ricos, guerras-catástrofes, etc.). Hay autores que dicen que la historia es una serie indefinida de ciclos que se repiten (Avicena, Nietzsche).

2. No hay progreso, sino decadencia: La historia va a peor

Los nostálgicos de un pasado creen ver valores, respeto… no como ahora. En filosofía, nos encontramos con esta idea en Platón.

3. El progreso es inevitable

Esta idea surge con el movimiento ilustrado y en las obras de Comte y Marx.

Auguste Comte y el Positivismo

Para Comte, el positivismo jurídico hizo posibles todos los totalitarismos. Según él, el ser humano atraviesa estos estadios:

  • Teológico: Explica las cosas atribuyéndolas a los dioses. Explicación imaginativa que ha evolucionado.
  • Metafísico: Consiste en haber acabado con los dioses negativamente y positivamente en explicar cosas mediante conceptos externos.
  • Positivo: Basado en una filosofía positiva, considera el saber científico de acuerdo con el método experimental la única comprensión válida de la realidad y es a la que debe tender la humanidad.

Para Comte, el único conocimiento racional es el científico.

Karl Marx y el Materialismo Histórico

Marx pensaba que la historia se mueve hacia mejor.

Comte y Marx encarnan los dos aspectos de la razón ilustrada: la científico-tecnológica (capaz de transformar la realidad tecnológicamente) y la moral (capaz de fundar una sociedad justa).

Lo cierto es que hoy tenemos que afrontar dos serias objecciones: el horror del Holocausto y el colapso ecológico.

4. La historia es abierta

La historia es fruto de las decisiones personales y colectivas de los seres humanos. Esta idea la volvemos a encontrar en la vida cotidiana cada vez que renunciamos a prever el futuro y nos resignamos a que nuestros descendientes serán lo que quieran ser. Por ejemplo, lo dicen Kant (La Paz Perpetua) y Joseph Ratzinger (Popper y Fukuyama).

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