Escuelas Filosóficas: Guía Completa de las Corrientes del Pensamiento

Escolástica

La Escolástica fue una escuela filosófica medieval que intentó conciliar la filosofía griega con la teología de las religiones abrahámicas (cristianismo, judaísmo e islam).

Inicialmente, hasta el siglo XI, predominó la influencia platónica en autores como Agustín de Hipona y Anselmo de Canterbury. A partir del siglo XIII, con la traducción de Aristóteles, su influencia se hizo más notable en pensadores como Tomás de Aquino y Averroes.

Los temas centrales de la Escolástica fueron:

  • La polémica sobre los universales (realismo/nominalismo)
  • La relación entre Razón y Fe
  • Las demostraciones de la existencia de Dios (argumento ontológico de Anselmo de Canterbury y las Cinco Vías de Tomás de Aquino).

Marxismo

El Marxismo, originado en el siglo XIX con Marx y Engels, es una corriente materialista que considera la realidad material como la base del pensamiento, oponiéndose al idealismo.

Desarrolla una concepción materialista de la historia, entendida como un conflicto constante entre clases sociales. El marxismo tiene una dimensión práctica y política, ya que la filosofía no solo analiza la realidad, sino que también busca transformarla.

Durante el siglo XX, el marxismo se diversificó, a menudo en conexión con eventos políticos como la Revolución Rusa, con figuras como Lenin y Trotsky. Se asoció con otros discursos como el psicoanálisis (Reich, Marcuse), el existencialismo (Sartre) y el estructuralismo (Althusser).

Existencialismo

El Existencialismo, una escuela filosófica del siglo XX, tiene como principales exponentes a Jean-Paul Sartre y Martin Heidegger.

Plantea que la existencia precede a la esencia: el ser humano nace sin una esencia definida y se construye a lo largo de su vida. La situación es crucial, ya que permite al sujeto construirse y elegir entre posibilidades.

El existencialismo defiende la libertad radical: Sartre afirma que estamos «condenados a ser libres». Esta libertad genera angustia, ya que el individuo, en un mundo ateo, debe tomar decisiones con total autonomía.

El existencialismo también tiene una dimensión literaria, con autores como Sartre (La náusea), Camus (La peste, El extranjero) y Unamuno (San Manuel Bueno, mártir).

Teoría Crítica

La Teoría Crítica, también conocida como Escuela de Frankfurt, surgió en la década de 1920 con autores como Adorno, Horkheimer, Marcuse y Fromm.

Busca fusionar las teorías de Marx, Freud y Nietzsche, junto con disciplinas como la filosofía, la sociología y la psicología. Basándose en el marxismo, la Teoría Crítica lo aplica al ámbito de la cultura.

Adorno y Horkheimer, en Dialéctica de la Ilustración (1947), acuñan el concepto de industria cultural para referirse a la influencia de los medios de comunicación en el control social y la formación de sujetos ideológicamente controlados. Marcuse intentó fusionar el marxismo y el psicoanálisis, denunciando los mecanismos de dominación. Sus obras influyeron en los movimientos revolucionarios de Mayo del 68.

Nihilismo

El Nihilismo, concepto de la filosofía de Friedrich Nietzsche (siglo XIX), proviene del latín nihil (nada) y tiene dos sentidos en su obra.

El nihilismo pasivo, resultado de la decadencia de la cultura occidental, denuncia que el predominio del platonismo y el cristianismo ha llevado a la repetición de ideas agotadas, incapaces de generar novedad, devaluando el mundo y la vida.

Frente a esto, Nietzsche propone un nihilismo activo: negar los valores tradicionales de la metafísica platónica y cristiana para crear nuevos valores. La «muerte de Dios» abre la puerta a la desaparición de la moral tradicional, instando al individuo a crear sus propios valores y recuperar la voluntad de poder.

Racionalismo

El Racionalismo, escuela filosófica que se desarrolla en los siglos XVII y XVIII, tiene como principales representantes a Descartes, Spinoza y Leibniz.

Como actitud epistemológica, se remonta a Platón y a la mayéutica socrática. A diferencia del empirismo, el racionalismo considera la razón como el instrumento fundamental del conocimiento y desconfía del conocimiento sensible, que puede ser engañoso.

Defiende el conocimiento a priori (sin experiencia sensible) y la existencia de ideas innatas. La introspección es su método de conocimiento. Descartes, a través de la duda metódica, busca una verdad innegable: la existencia del sujeto como sustancia pensante («pienso, luego existo»).

Empirismo

El Empirismo, escuela filosófica que floreció entre los siglos XVI y XVIII en las Islas Británicas, tiene como exponentes a Bacon, Berkeley, Locke y Hume.

Plantea que todo conocimiento proviene de los sentidos: sin experiencia sensible no hay conocimiento. Se opone al racionalismo. El ser humano nace sin conocimiento, y la experiencia sensible lo proporciona.

El empirismo defiende un conocimiento a posteriori. Hume plantea que el proceso de conocimiento comienza con las impresiones (captadas por los sentidos) y luego las ideas (copias de las impresiones). El origen del empirismo se encuentra en Aristóteles, quien usaba el término empeiria para designar el conocimiento derivado de la experiencia.

Sofística

La Sofística fue un movimiento cultural en la Atenas del siglo V a. C. Con la democratización de Atenas (siglos VI-V a. C.), el lógos (la palabra) adquirió importancia política.

Los sofistas enseñaban oratoria a los hijos de los nuevos ricos que aspiraban al poder. Su objetivo era enseñar a convencer, capacitando al discípulo para defender cualquier postura.

Entre los sofistas destacan Gorgias y Protágoras, quien afirmó que «el hombre es la medida de todas las cosas», sentando las bases del relativismo. Para los sofistas, la verdad dependía del sujeto y las circunstancias. La sofística, que sintonizaba con la democracia, fue criticada por Sócrates y Platón.

Materialismo

El Materialismo, presente a lo largo de la historia de la filosofía, plantea la preeminencia del ser sobre el pensar, como sintetiza la frase de Marx y Engels: «No es la conciencia la que determina el ser, sino el ser el que determina la conciencia».

Para el materialismo, el pensamiento es consecuencia del mundo material. Se ha manifestado en diversas escuelas, como el atomismo de Demócrito y Leucipo, el epicureísmo y el materialismo francés del siglo XVIII.

Su expresión más contundente surge en el siglo XIX con Marx, quien desarrolla el materialismo histórico, donde el motor de la historia es la lucha de clases. El materialismo se opone al idealismo, que defiende un carácter lógico o eidético de la realidad material y su evolución.

Idealismo

El Idealismo, presente a lo largo de la historia de la filosofía, defiende la preeminencia del pensar sobre el ser. La realidad material y su evolución tienen un carácter lógico o eidético.

Alcanza su máximo desarrollo en los siglos XVIII y XIX en Alemania con Kant (idealismo trascendental), Fichte (idealismo subjetivo), Schelling (idealismo objetivo) y Hegel (idealismo absoluto).

El idealismo hegeliano propone una concepción dialéctica de la historia como desarrollo de la Idea o Espíritu Absoluto. La inversión de este planteamiento por Marx (el pensamiento como efecto de los procesos materiales) origina el materialismo histórico. La historia de la filosofía puede entenderse como un constante debate entre idealismo y materialismo.

Fenomenología

La Fenomenología, escuela filosófica del siglo XX, tiene como principal representante a Edmund Husserl, aunque Sartre y Heidegger también forman parte de ella.

Se ocupa de la investigación del fenómeno (lo que aparece), en oposición a la concepción nouménica kantiana. Para Husserl, toda conciencia es conciencia de algo; no hay conciencia pura sin contenido.

Esta condición de ser conciencia de… es la intencionalidad de la conciencia. Todo objeto es un objeto para alguien (para una conciencia). No hay objetos en sí mismos, independientes de un sujeto. El sujeto, al conocer, constituye ontológicamente al objeto. Conciencia y objeto son correlativos. El contenido de la conciencia es el fenómeno.

Estructuralismo

El Estructuralismo, corriente metodológica surgida en Francia después de la Segunda Guerra Mundial, se aplicó en ciencias humanas (antropología, lingüística, psicología, filosofía, crítica literaria).

Propone un análisis sincrónico (no diacrónico) del objeto de estudio (mito, sueño, novela), considerando las relaciones entre sus elementos coexistentes, al margen de su evolución temporal.

El conjunto de estas relaciones forma un sistema de oposiciones, donde cada elemento se define por su posición en el sistema. Este sistema es la estructura. Sus principales exponentes son Lacan (psicoanálisis), Althusser (filosofía), Dumezil (mitología) y Barthes (crítica literaria). Su origen se encuentra en la obra de Ferdinand de Saussure, Curso de Lingüística General.

Positivismo

El Positivismo, escuela filosófica del siglo XIX, tiene como principal representante a Auguste Comte.

Se centra en los hechos, ya que solo a partir de ellos se puede lograr una comprensión científica de la realidad. Su lema es «saber para prever, prever para poder«. El positivismo está en el origen de la sociología como disciplina de estudio y control social.

Comte desarrolla una teoría de los tres estadios por los que pasan las sociedades:

  1. Estadio teológico: la realidad se explica mediante entidades sobrenaturales.
  2. Estadio metafísico: la explicación se basa en conceptos abstractos no científicos.
  3. Estadio científico o positivo: se logra una explicación científica de la realidad.

Según Comte, el individuo también pasa por estos tres estadios en su desarrollo psicológico.

Epicureísmo

El Epicureísmo, escuela filosófica fundada en el siglo IV a. C. en Grecia por Epicuro y desarrollada por el romano Lucrecio, tiene una perspectiva física y ética.

Física: la naturaleza se compone de átomos que se mueven aleatoriamente debido al clinamen. Se opone al atomismo determinista de Demócrito.

Ética: Epicuro defiende la búsqueda del placer, pero sin implicaciones negativas, buscando la ataraxia (ausencia de dolor). Aplica el cálculo de placeres. Su doctrina se resume en el tetrapharmakon:

  1. Liberarse del temor a los dioses y al más allá.
  2. Liberarse del miedo a la muerte.
  3. Buscar solo placeres necesarios.
  4. Superar el miedo al destino adverso y al dolor.

La filosofía epicúrea es una de las primeras en intentar liberar al ser humano de la religión y en negar la existencia de un alma inmaterial.

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