El problema de la metafísica como ciencia en la Crítica de la razón pura de Kant

a) Uso kantiano de los términos trascendentales y trascendente

1. Uso no kantiano

Lo trascendente es lo que está situado más allá de algo. Algo es trascendente cuando está más allá de la frontera del mundo empírico. En este sentido lo usó la filosofía escolástica; al referirse a Dios y a sus propiedades, hablaba de los trascendentales o los trascendentes.

2. Uso kantiano

Lo trascendente es lo que está más allá de toda experiencia posible. Pero, en Kant, tiene implícito un importante matiz negativo: lo trascendente no se puede conocer; pretenderlo es convertir el conocimiento en ilusión.

Para Kant, el término trascendental se refiere a la condición de posibilidad del conocimiento de las cosas. Dicho conocimiento se refiere a las cosas del mundo empírico (fenómenos).

b) El problema de la metafísica y el progreso de las ciencias

El problema esencial que Kant plantea en la Crítica de la razón pura es la posibilidad de la metafísica. Por eso, comienza el Prólogo manifestando su perplejidad ante la situación en la que se encuentra esta disciplina: la falta de acuerdo entre los filósofos en cuanto al método a seguir, su constante tejer y destejer teorías, sin llegar a ninguna conclusión definitiva, han convertido a la metafísica en un mero «andar a tientas».

Es ejemplar, para Kant, el caso de la lógica, las matemáticas y la física. La clave de la fortuna de estas tres ciencias reside en la seguridad y certeza con la que la razón avanza en ellas. La lógica no ha retrocedido ni un solo paso desde los tiempos de Aristóteles. Pero tampoco ha necesitado avanzar ni un paso más, pues se trata de una ciencia concluida. La matemática transita por el camino seguro de la ciencia, pese a que los esfuerzos por conseguirlo hayan sido mayores. La lógica se ocupa del razonamiento mismo y no de objetos como la matemática. La física tardó más aún en convertirse en ciencia. Pero, a partir de los presupuestos metodológicos de F. Bacon y de los trabajos de Galileo, Torricelli y Stahl, dejó de ser un simple «andar a tientas».

Que estas disciplinas sean ciencias significa que progresan. Sin embargo, la metafísica ha consistido en un errabundo viaje, donde el final del camino siempre es el inicio. En fin, la metafísica, hasta el momento, no ha encontrado el camino de la ciencia. Ahora bien, ¿puede la metafísica llegar a ser una ciencia? Para responder a esto, es necesario analizar las condiciones que hacen posible el conocimiento, para comprobar si esas mismas condiciones también pueden darse en metafísica.

c) Las condiciones del conocimiento científico

Explicar las condiciones que hacen posible la ciencia es lo mismo que investigar qué hace que la ciencia sea un conocimiento universal y necesario.

En su análisis del problema, Kant nunca aparta la vista de los dos puntos cardinales que orientan su teoría del conocimiento: 1) la ciencia de Newton; 2) el racionalismo continental y el empirismo británico.

La física newtoniana es, para Kant, el modelo de conocimiento universal y necesario del que nadie puede dudar. La cuestión es, por tanto, cómo es posible.

El empirismo de Hume concedía a la experiencia toda la responsabilidad en el proceso del conocimiento, cerrando la puerta a la posibilidad de explicar conocimientos universales y necesarios. La razón que aduce Hume, y que Kant acepta, es que de la experiencia lo único que se puede obtener es una rapsodia de datos contingentes y cambiantes, de los que es imposible obtener conocimiento seguro.

Por otra parte, el racionalismo eliminaba el papel de la experiencia en la construcción del conocimiento, dando cabida a un innatismo que Kant no iba a aceptar. Además, la razón, por sí sola, no puede producir conocimiento factual. Sin embargo, para Kant es evidente que el conocimiento que tenemos del mundo es un proceso que se inicia en la experiencia. Por eso dice Kant que, si bien todo conocimiento comienza por la experiencia, no todo él deriva de ella. Es decir, que el conocimiento es el resultado del maridaje entre lo dado en la experiencia y lo puesto por el sujeto, constituyendo sus condiciones de posibilidad. Podemos distinguir dos tipos de condiciones:

  • Condiciones materiales: se trata de información sensible, procedente del mundo empírico, que hace posible el conocimiento.
  • Condiciones formales: son aquellos elementos que aporta el sujeto, haciendo posible el conocimiento del mundo de las cosas.

Por tanto, el conocimiento es un compuesto de lo que deriva de la experiencia y de lo que es independiente de ella; siendo esta última condición la responsable de la universalidad y necesidad de nuestros conocimientos.

El fundamento de esta concepción lo encontramos en la distinción kantiana entre el conocimiento a priori y el conocimiento empírico.

d) Concepción trascendental del a priori: conocimiento a priori y conocimiento empírico

Aunque todo conocimiento comienza por la experiencia, no todo él proviene de ella.

  1. Los conocimientos empíricos derivan de la experiencia, llegan a nosotros después de haberse originado en ella y, por eso, son a posteriori. Por estar basados en la eventualidad del mundo sensible, no constituyen conocimiento seguro, por lo que son contingentes.
  2. El conocimiento a priori es independiente del mundo sensible y reside en la facultad humana de conocer. Es independiente y, por eso, decimos que es puro. No puede darse de otra manera y, por eso, es necesario. Por no estar basado en la experiencia, su universalidad no está sujeta a contingencia empírica alguna.

Kant también se refiere a un tipo peculiar de conocimientos que son relativamente a priori. Son aquellos que anticipan ciertos acontecimientos, pero derivándolos de experiencias previas.

Por tanto, la necesidad y la universalidad son las dos características propias del conocimiento a priori; mientras que los conocimientos a posteriori son contingentes.

Pues, el verdadero conocimiento ha de ser universal y necesario. La ciencia no solo cumple esos dos requisitos, sino que amplía también nuestra información sobre el mundo.

Pero, ¿qué es lo que hace posible que los conocimientos científicos cumplan con esas características? Kant responde a esta cuestión analizando el tipo de juicios de los que se componen el conocimiento, en general, y la ciencia, en particular.

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