El Ser Perfectísimo y la Inteligencia Ordenadora: Un Recorrido Filosófico

El Ser Perfectísimo y la Inteligencia Ordenadora

El Concepto del Ser Perfectísimo

Dios, como Ser Perfectísimo, es el origen del ser y de todas las perfecciones. Las perfecciones puras trascendentales, como la unidad, bondad, veracidad, nobleza y belleza, se encuentran en grados variables en los seres creados, culminando en Dios, el ser máximo. Para Tomás de Aquino, el ser es la raíz de todas las perfecciones y la causa del ser de todos los demás seres. Todo lo creado es una imitación o participación del Ser Perfectísimo.

Platón creía en la gradación del ser, con la Idea del Bien como la más perfecta. El Demiurgo, causa eficiente del cosmos, crea según este modelo. Plotino, por su parte, visualizaba la realidad como una serie continua de grados de ser, desde el Uno hasta la materia, cada uno emanando del anterior.

Para San Agustín, Dios es el ser por excelencia, similar al Bien platónico o al Uno neoplatónico. Dios crea el mundo a partir de la nada, siguiendo el modelo de las Ideas eternas en su mente.

La Inteligencia Ordenadora y la Quinta Vía

La quinta vía de Tomás de Aquino afirma la existencia de una inteligencia ordenadora, Dios, que dirige todas las cosas hacia su fin. Esta inteligencia es la causa de la dirección teleológica de los seres naturales. Tomás distingue entre direcciones naturales e intencionales, argumentando que ambas requieren un principio superior: Dios. La voluntad humana, aunque libre, es dirigida al bien por Dios. Esta sabiduría divina ordenadora constituye la ley eterna, origen de la ley natural.

Antecedentes Históricos de la Inteligencia Ordenadora

Anaxágoras introdujo el concepto de una Inteligencia (Nous) que ordenaba una mezcla primordial de semillas, dando inicio al cosmos. Sócrates, Platón y Aristóteles criticaron este modelo por su mecanicismo.

Platón propuso al Demiurgo, un artesano inteligente y bueno, que crea el mundo a partir de una masa amorfa, usando el mundo de las Ideas como modelo. El Demiurgo ordena las cosas hacia el bien, buscando la máxima perfección.

Aristóteles también tenía una visión teleológica de la naturaleza, donde cada cosa tiende a perfeccionar su forma o esencia. Sin embargo, esta teleología es inmanente e inconsciente, sin la intervención de una inteligencia ordenadora. Dios, para Aristóteles, es un Pensamiento autopensante, ajeno a la creación y dirección del cosmos.

Agustín de Hipona argumentó la existencia de Dios basándose en el orden del mundo, atribuyendo este orden a una inteligencia divina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *