Teoría del Conocimiento y Cambio en Aristóteles

  1. Teoría del conocimiento: Al igual que Platón, para Aristóteles el objeto de conocimiento y de la ciencia es lo universal, pero con la diferencia de que Aristóteles ve en el conocimiento sensible el origen de todo conocimiento.

  2. Mediante el proceso de abstracción se produce el conocimiento de cosas universales a través de hechos particulares: el conocimiento se inicia en los sentidos, que captan la forma sensible de los objetos concretos.

  3. La imaginación almacena en la memoria imágenes individuales y concretas, que el entendimiento agente pasa al paciente (que es quien realmente conoce) después de haber extraído de ellas lo universal y esencial, formando ideas abstractas de carácter general (conceptos).

  4. A diferencia de Platón, para Aristóteles las ideas universales son conceptos elaborados por la mente a partir de la experiencia, y no seres en un mundo aparte.

Teoría hilemórfica

Una sustancia es un compuesto de materia y forma, esto es, una materia determinada. La materia es un principio pasivo, indeterminado e ininteligible que pasa a ser algo cuando es determinada por una forma. Es la forma lo que hace que esa materia sea lo que es y desarrolle las actividades que le son propias.

Aristóteles pretende resolver este problema mediante su Teoría del Acto y la Potencia:

Según Aristóteles, hay dos formas de no ser:

1. Lo que no es ni puede llegar a ser: una piedra no es un árbol, ni puede llegar a serlo.

2. Lo que no es pero puede llegar a ser: una semilla no es un árbol, pero puede llegar a serlo. La semilla contiene las capacidades para poder llegar a ser un árbol. Es, por tanto, un árbol en potencia. Lo que es efectivamente, es en acto.

Esta teoría le permite explicar el movimiento de los seres naturales como el paso de la potencia al acto. Así, el cambio es concebido como el proceso que conduce a la adquisición de una determinada.


Naturaleza y cambio.- Aristóteles critica el carácter dualista entre el mundo sensible y el de las Ideas propuesto por Platón, que no explica la realidad de las cosas ni el movimiento. Aristóteles soluciona esto afirmando que la auténtica realidad de las cosas, su esencia, se encuentra dentro de las cosas mismas.

La materia son los elementos físicos que componen los seres. La forma es la esencia, lo que hace que un ser sea ese ser, y que tienen en común los miembros de una misma especie. Es, en definitiva, la Idea de Platón, pero que se encuentra en cada ser individual.

Para Aristóteles, la Naturaleza es el conjunto de seres naturales compuestos de materia y forma; y lo que las cosas realmente son, su esencia. Da más importancia a la forma que a la materia, ya que es lo que define a la sustancia.

Para explicar el cambio, Aristóteles afirma que en todo cambio hay algo que permanece, esto es, la materia. Introduce las ideas de ser en potencia (lo que no se es, pero que se puede llegar a ser) y del ser en acto (lo que de hecho ya se es). El cambio, dirá, es el paso del ser en potencia al ser en acto en un sustrato que permanece.



Hay dos tipos de cambio:

  • Sustancial: una sustancia desaparece y se convierte en otra. Permanece la materia y cambia la forma.
  • Accidental: que puede ser cuantitativo, cualitativo o local. Permanece la forma, que se actualiza, y cambian los caracteres accidentales (tamaño, cualidad, lugar).

Las causas del cambio son los factores que influyen en este. Se distingue entre causas internas (material: sustrato en que se produce el cambio; formal: forma interna a la que se llega) y causas externas (eficiente: agente que origina y produce el cambio; final: propósito con que se realiza el cambio, que desencadena todo el proceso).

Aristóteles concibe el Cosmos como un todo ordenado y eterno, dividido en mundo sublunar (donde hay cambio y corrupción) y mundo supralunar (que es perfecto). La tierra está en el centro del cosmos, en el mundo sublunar, donde los seres están compuestos por los cuatro elementos (aire, tierra, agua y fuego). En el mundo supralunar se encuentran los astros, formados por un quinto elemento (el éter) que giran dentro de unas esferas concéntricas de forma uniforme y regular.


En un proceso de cambio, siempre hay tres elementos:

  • El sujeto que permanece a lo largo del cambio.
  • El elemento que desaparece.
  • El elemento que aparece en lugar de este último.

“La sustancia sensible se encuentra sometida al cambio. Pero si todo cambio tiene lugar entre opuestos, debe haber un sustrato que cambia de un contrario a otro contrario (por ejemplo, del blanco al negro o a sus intermediarios), ya que no son los intermediarios los que se transforman uno en otro. Por tanto, es preciso afirmar que la materia que cambia debe estar en potencia de los dos contrarios. Y ya que el Ser posee una doble significación, hay que decir que todo cambio se efectúa del Ser-en-potencia al Ser-en-acto; por ejemplo, del blanco en potencia al blanco en acto. Lo mismo vale para el aumento y la disminución. Resulta entonces que no solamente puede proceder un ser accidentalmente del no-Ser, sino que también todo puede proceder del Ser, pero no del Ser-en-acto, sino del Ser-en-potencia” (Met. XII).

Dado que el cambio se define como el proceso mediante el cual un ser adquiere una forma que antes sólo estaba en potencia, este cambio sólo podrá explicarse en función de su forma. Todos los seres tienden a realizar la perfección que les es propia conforme a su naturaleza. Así, el bien se define como la realización de la tendencia que lleva a los seres a su propia perfección. Por lo tanto, la finalidad es algo inmanente, interno a los seres. Éstos tienden a poner en acto lo que poseen en potencia; en esa actualización se perfeccionan.

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