El Problema del Conocimiento en Kant: Límites y Posibilidades de la Razón

El Problema del Conocimiento en Kant

La filosofía de Kant se centra en el conocimiento del ser humano, sus posibilidades y limitaciones. Kant, desde una perspectiva crítica, somete la razón a análisis para determinar los límites del conocimiento humano.

El Conocimiento Humano

Kant argumenta que la posibilidad del conocimiento depende de las leyes impuestas por el sujeto. En la Crítica de la razón pura, se cuestiona la posibilidad de juicios sintéticos a priori en la metafísica y las condiciones necesarias para su existencia. Estas condiciones son impuestas por el sujeto, no por el objeto.

Facultades del Conocimiento

El ser humano posee dos facultades de conocimiento: sensibilidad y entendimiento. La razón es el uso especulativo del entendimiento en la metafísica. El conocimiento es una síntesis entre la experiencia y la aportación del sujeto. La experiencia proporciona impresiones caóticas que el sujeto organiza bajo las condiciones de la sensibilidad (espacio y tiempo) y las categorías del entendimiento para producir el concepto.

La Sensibilidad y el Entendimiento

En la Estética trascendental, Kant analiza las condiciones de la sensibilidad: espacio y tiempo. No son entidades externas, sino condiciones del sujeto. Espacio y tiempo son formas a priori de la sensibilidad o intuiciones puras. Son formas porque son el modo en que el sujeto percibe las impresiones, a priori porque hacen posible la experiencia y son propias de la sensibilidad porque son sus condiciones de posibilidad.

En la Analítica trascendental, Kant estudia las condiciones que hacen posible la física, relacionada con el entendimiento. En la física, los objetos son captados bajo las condiciones de la sensibilidad y organizados por el entendimiento mediante las categorías o conceptos a priori del entendimiento. Las categorías son las estructuras que el sujeto impone a lo captado por la sensibilidad para elaborar juicios. Destacan las categorías de sustancia y causalidad.

La Ética de Kant

En el análisis del uso práctico de la razón, Kant defiende la inmortalidad del alma, la existencia de Dios y la libertad humana como postulados de la moralidad. Su ética es formal, autónoma y universal. Es formal porque se centra en la forma de la acción, que es buena solo si tiene buena voluntad. Es autónoma porque el deber lo impone el sujeto a sí mismo a través del imperativo categórico. Es universal porque es válida para todo ser humano.

Los Postulados de la Razón Práctica

Las acciones buenas son las realizadas por deber. Las acciones conformes al deber, pero con una intención diferente al cumplimiento del deber, o las acciones contrarias al deber, son moralmente malas. La ética kantiana necesita tres postulados: libertad, inmortalidad del alma y Dios. En la Crítica de la razón pura, Kant mostró que no son fenómenos, sino ideales de la razón.

La existencia de la libertad se demuestra por la existencia de la moralidad, que exige una acción libre. La inmortalidad del alma se postula porque el cumplimiento del deber es infinito y la perfección inalcanzable en esta vida. Dios garantiza que la virtud conduce a la felicidad, no porque el ser humano busque la felicidad como premio, sino porque la razón exige la identidad entre virtud y felicidad.

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