Bertrand Russell y la Filosofía del Lenguaje: En Busca del Lenguaje Perfecto

La Relación entre Conocimiento y Realidad

El punto de partida de Russell es clarificar la relación entre nuestro conocimiento y la realidad, de forma que podamos tener la certeza de que ese conocimiento sea un reflejo de la realidad que está más allá de nuestra mente.

El Papel del Lenguaje en la Expresión del Conocimiento

En sus Principia Mathematica, Russell intenta derivar los principales teoremas de las matemáticas a partir de un conjunto de axiomas básicos. Russell se da cuenta de la importancia de utilizar un simbolismo adecuado a la hora de expresar los conocimientos matemáticos, de forma que se eviten contradicciones. Esto le lleva a tomar conciencia del papel fundamental que tiene el lenguaje en la expresión y transmisión de conocimiento.

A partir de aquí, Russell llega a la convicción de que buena parte de los problemas filosóficos pueden ser resueltos con un análisis lógico de los enunciados y proposiciones que utilizamos para hablar del mundo, el conocimiento, etc.

  • El lenguaje es el medio a través del cual hacemos afirmaciones acerca de los hechos del mundo. Estas afirmaciones serán verdaderas en la medida en que reflejan la realidad a la que hacen referencia. Esta función cognoscitiva del lenguaje: expresar y comunicar conocimientos, es la función clave y la que nos permite comprender cómo es y cómo funciona nuestro lenguaje y, por lo tanto, nuestro pensamiento.
  • La característica fundamental del lenguaje es la de referirse a los objetos, propiedades y relaciones del mundo. Russell mantiene una concepción referencialista sobre el lenguaje. Una proposición tiene significado si se refiere a un hecho real o posible. Las frases o proposiciones del lenguaje significan algo en la medida en que se refieren o denotan realidades del mundo.
  • Lo anterior implica la existencia de un isomorfismo, una forma idéntica, igual, entre los elementos básicos que conforman el lenguaje y los elementos que conforman la realidad. Esta identidad entre elementos lingüísticos y elementos de la realidad: 1) permite que las proposiciones lingüísticas describan hechos del mundo, 2) conocer los elementos básicos del lenguaje permite conocer los elementos básicos de la realidad.

Sin embargo, Russell distingue entre la forma lógica del lenguaje y la forma gramatical del lenguaje. Las frases del lenguaje ordinario tienen una estructura confusa, que no se corresponde con la estructura de la realidad. Es en la forma lógica de un enunciado donde encontramos una correspondencia con la realidad a la que el enunciado se refiere.

El Lenguaje Perfecto y el Análisis Lógico

Sobre la base de todo lo anterior, concibe una nueva forma de entender el método y el objetivo de la filosofía:

  • Se trata de conseguir un lenguaje perfecto, libre de errores y trampas y, por lo tanto, mejor, más apto para la transmisión del conocimiento. Indirectamente, implica terminar con muchos problemas filosóficos que son el resultado de una mala comprensión de la estructura lógica del lenguaje.
  • En cuanto al método, la filosofía debe ser fundamentalmente análisis lógico a través del cual clarificar la estructura lógica del lenguaje. Un tipo de análisis riguroso y minucioso.

Filosofía del Lenguaje: La Teoría de las Descripciones

La teoría de las descripciones es una de las principales contribuciones de Bertrand Russell a la filosofía del lenguaje. Se la ilustra habitualmente con la frase «el actual rey de Francia», como se utilizaría, por ejemplo, en «El actual rey de Francia es calvo». ¿De qué se trata esta oración, teniendo en cuenta que no hay, hoy en día, un rey en Francia? A esto se lo conoce como la paradoja del rey de Francia: ¿es esta expresión verdadera?, ¿es falsa?, ¿carece de sentido?

Tenemos la certeza de que no es verdadera, porque Francia es una república. Pero si es falsa, entonces su negación «El actual rey de Francia no es calvo» debe ser verdadera, lo que nos deja en el punto de partida. ¿Carecerá entonces de significado? Como se verá más adelante, algunos filósofos sostienen esta posición, porque no denota ningún objeto existente, pero, por otro lado, parece querer decir algo que podemos entender claramente.

Alexius Meinong ha sugerido que debemos considerar un dominio de «entidades no existentes», de las que podemos suponer que estamos hablando al usar expresiones como ésa.

Gottlob Frege sugirió que se deben descartar como sin sentido todas las oraciones cuyas palabras evidentemente se refieran a cosas inexistentes. Entre otros, el problema con esta solución es que algunas de estas oraciones, tales como «Si el actual rey de Francia es calvo, entonces el actual rey de Francia no tiene pelo en la cabeza», no solo no parece descabellada, sino que aparece como obviamente cierta. Prácticamente el mismo problema surgiría si existiesen dos reyes de Francia: ¿a cuál de ellos denota la frase «el actual rey de Francia»?

David Hume, por su parte, considera que las cuestiones de existencia pertenecen al ámbito de las cuestiones de hecho y que, en dicho ámbito, no hay proposiciones lógicamente contradictorias, y cualquier sucesión de enunciados es posible.

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