1. Crítica aristotélica a la doctrina platónica de las ideas: El hilemorfismo
La metafísica de Aristóteles recibe la influencia de Platón, aunque se observa un claro alejamiento: el macedonio rechaza el dualismo trascendental del filósofo ateniense. Según Aristóteles, al tratar de explicar el mundo visible, Platón termina duplicando la realidad, obligando a dar cuenta de dos mundos. Para Aristóteles, a diferencia de Platón, la esencia de las cosas concretas en el mundo (la idea platónica) no puede existir separada de las propias cosas concretas, o elementos del mundo sensible. Hablar de “imitación” o “participación” como hacía Platón es, según Aristóteles, pura poesía. Para comprender la esencia del mundo, Aristóteles considera necesario aceptar la existencia de la materia, un principio eterno y sin orden, que interviene en la formación de todas las cosas. Sin embargo, la aparente racionalidad del mundo requiere de otro principio. Aristóteles introduce la forma, que permite que el mundo se presente de manera lógica. Estas formas son las ideas de Platón, aunque —y aquí radica la gran diferencia— ya no están separadas del mundo material. Es decir, mientras las ideas platónicas son trascendentes, las formas de Aristóteles son inmanentes (presentes en cada ser). En resumen, todas las cosas del único mundo ante nosotros están compuestas por materia (hyle) y forma (morfé). Aristóteles llama sustancia a toda cosa individual formada por ambas. Es esta sustancia, y no la idea platónica, lo que es verdaderamente real.
2. Doctrina aristotélica de las cuatro causas
En la filosofía de Aristóteles, las cuatro causas son los principios fundamentales que explican el ser y el cambio de las cosas:
- Causa material: Es la materia de la que algo está hecho.
- Causa formal: Es la forma o estructura que define la esencia de algo.
- Causa eficiente: Es el agente o el proceso que provoca que algo exista o cambie.
- Causa final: Es el propósito o la finalidad para la que algo existe.
Estas causas ayudan a comprender el porqué de la existencia de cualquier objeto o fenómeno en el mundo.
3. Doctrina ética de Aristóteles
Aristóteles considera que la ética está orientada hacia la búsqueda de la felicidad (eudaimonía), que es el bien supremo. Esta felicidad se logra al vivir una vida de virtud, actuando de acuerdo con la razón. Las virtudes, para Aristóteles, se dividen en:
- Virtudes éticas: Relacionadas con el carácter, como la valentía y la templanza.
- Virtudes dianoéticas: Relacionadas con la mente, como la sabiduría y el entendimiento.
La ética aristotélica se centra en encontrar el «término medio» entre los extremos de exceso y defecto, buscando así un equilibrio en las acciones y en el carácter.
4. El movimiento y el cambio: Potencia y acto
Para Aristóteles, el cambio y el movimiento pueden explicarse mediante los conceptos de potencia y acto:
- Potencia: Es la capacidad o posibilidad de algo de ser o hacer algo en el futuro (lo que aún no es, pero podría ser).
- Acto: Es la realización de esa posibilidad, el estado actual de ser.
El movimiento es el proceso de pasar de la potencia al acto, y esta teoría explica cómo las cosas pueden transformarse de un estado a otro.
5. Teoría del alma
Aristóteles distingue entre seres vivos e inertes, definiendo cuatro características que diferencian a los primeros: tienen capacidad de automovimiento, se reproducen, se nutren de elementos externos y se desarrollan y mueren. Aunque ambos tipos están compuestos de la misma materia, los seres vivos poseen un principio vital, el alma, que no se debe interpretar como una entidad espiritual, sino como el principio de vida que da forma a la materia.
El alma cumple varias funciones:
- Función vegetativa: Permite a los seres vivos nutrirse, crecer y reproducirse. Está presente en todos los seres vivos y es la única función de los vegetales.
- Función sensitiva: Asociada a la percepción del entorno, se divide en sensibilidad primaria (placer, dolor) y superior (movimientos complejos y coordinación de sensaciones). Algunos animales tienen solo sensibilidad primaria, mientras que otros, como los perros, tienen mayor grado de sensibilidad superior.
- Función intelectual: Exclusiva del ser humano, se subdivide en función intelectiva (abstracción y conceptualización) y volitiva (capacidad de deliberar sobre las pasiones).
Aristóteles concluye que la esencia del ser humano radica en la razón, que permite conocer el mundo y controlar las pasiones. La unión entre el alma y el cuerpo es esencial, ya que sin uno no puede haber el otro. La vida humana se define por su dedicación al conocimiento y a la regulación de las pasiones mediante la deliberación racional.