Comentario de Texto de Kant
2. Biografía y Obras
Immanuel Kant nació en Königsberg, Prusia Oriental, en 1724, en el seno de una familia humilde pietista. Estudió Filosofía, Matemáticas y Ciencias Naturales en la Universidad de Königsberg, donde, tras un tiempo trabajando como profesor particular, obtuvo una cátedra. Kant era un hombre de costumbres metódicas, pero preocupado por los problemas de su época y entusiasta de las Revoluciones francesa y norteamericana. Entre sus obras destacan:
- Crítica de la Razón Pura, donde analiza los límites de la razón teórica.
- Fundamentación de la metafísica de las costumbres y Crítica de la razón práctica, donde analiza el uso práctico de la razón.
- El opúsculo Para la paz perpetua, donde muestra su teoría política.
Su filosofía es un racionalismo trascendental de carácter crítico, ya que la razón se instituye como tribunal de sí misma y detecta de manera autónoma sus errores. La tarea de la filosofía es, para Kant, establecer los límites y posibilidades de la razón y responder a las cuestiones de ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me está permitido esperar? y ¿qué es el hombre?
Análisis de la Crítica de la Razón Pura
En la Crítica de la razón pura, Kant sintetiza las ideas fundamentales de su epistemología. El objeto de esta obra es analizar el proceso de conocimiento humano a través de la crítica de la razón en su uso puro o especulativo, para definir los límites y posibilidades de nuestro conocimiento y fundamentar la metafísica como ciencia.
Racionalismo Crítico y Trascendental
Kant defiende un racionalismo crítico y trascendental, donde la razón, autónoma y juez de sí misma, debe someter a crítica sus teorías para librarse de sus errores, superando el racionalismo dogmático que se había desarrollado hasta entonces. Desde este racionalismo crítico, que se mantiene dentro de los límites del conocimiento, Kant se plantea demostrar que la metafísica, entendida como el estudio de los límites y posibilidades del conocimiento humano, también puede ser una ciencia.
El Problema del Conocimiento
Sobre el problema del conocimiento o el uso teórico de la razón, se plantea si la filosofía puede ser una ciencia. Para resolver esta cuestión, indaga en las epistemologías tradicionales: tanto el racionalismo como el empirismo afirman que conocer es conocer ideas, pero mientras que para el racionalismo de Descartes estas ideas son innatas, para el empirismo de Hume proceden de la experiencia. Kant acepta la crítica empirista, pero trata de superar el solipsismo metodológico al que conduce, haciendo una síntesis de ambas posturas al afirmar que “el conocimiento tiene su origen en la experiencia, pero no todo procede de ella”, ya que la razón aporta los conceptos universales.
Juicios Sintéticos a Priori
Kant se plantea por qué son ciencias la física y la matemática, lo que le lleva a estudiar la clasificación de los juicios, que tradicionalmente se dividen en analíticos, sintéticos, a priori o a posteriori de la experiencia, a los que Kant añadirá los juicios sintéticos a priori, que aportan nueva información, pero se formulan a priori y, por ello, son universales. Además, afirma que estos son los juicios de las ciencias. Al preguntarse bajo qué condiciones puede la razón formular estos juicios, analiza, en los tres capítulos de la Crítica de la razón pura, las facultades del conocimiento humano:
- Estética trascendental: afirma que el conocimiento tiene su origen en la sensibilidad, que es la facultad por la que sentimos los objetos externos y produce fenómenos, al ser ordenados bajo las formas a priori del espacio y tiempo. La sensibilidad justifica la posibilidad de las matemáticas como ciencia.
- Analítica trascendental: estudia la facultad del entendimiento y afirma que estos fenómenos son posteriormente unificados en conceptos mediante las categorías, que son deducidas a partir de la tabla de juicios y entre las que se encuentran categorías como la unidad, la pluralidad, la realidad, la limitación, la existencia o la necesidad. Las categorías establecen la conexión entre los fenómenos según la cantidad, la cualidad, la relación o la modalidad que presentan. El entendimiento justifica la física como ciencia.
- Dialéctica trascendental: analiza la facultad de la razón, que unifica los conceptos en tres ideas innatas: la idea de mundo, que unifica la experiencia externa; la idea de alma, que unifica la experiencia interna; y la de Dios, como nexo entre el mundo y el alma. Aquí Kant establece la posibilidad de la metafísica como ciencia, siempre que se ocupe de establecer los límites y posibilidades de la razón humana y no pretenda encargarse de lo trascendente, como las pruebas racionales de la existencia de Dios, que son rechazadas en su totalidad.
El Giro Copernicano y la Distinción Fenómeno-Noúmeno
Kant se suma a la concepción subjetivista de la Modernidad y postula el giro copernicano de la filosofía, por el que el conocimiento deja de depender del objeto o mundo para depender del sujeto trascendental, pues conocer es hablar de las cosas tal y como a mí se me presentan, como fenómeno, pero tras la apariencia fenoménica del objeto está el noúmeno o la cosa en sí, que no es accesible al conocimiento humano, sino su límite, aunque sí puede ser pensado.
Kant aplica la distinción fenómeno-noúmeno para explicar al ser humano. En tanto que fenómeno, el hombre está sometido a las mismas leyes de la naturaleza; en tanto que noúmeno, el hombre es un ser libre y pertenece al ámbito de lo inteligible, de la moral. Kant concibe al hombre como persona en una perspectiva cosmopolita de la historia; es un fin en sí mismo, que posee dignidad y no puede ser esclavizado. La doble dimensión física y moral le permite mantener una concepción dualista del ser humano, que se debate entre el mundo físico y el reino de los fines.
La Moral Kantiana
La preocupación moral de Kant procede de la certeza de que el conocimiento es vano si no conlleva la felicidad humana. La razón práctica es continuidad y culminación de la razón teórica, pues pretende establecer una filosofía moral como ciencia, basada en leyes universales. En su análisis del uso práctico de la razón, Kant plantea una moral formal, que solo nos dice cómo tenemos que actuar, autónoma, ya que la autoridad del imperativo moral no es externa, sino de la propia razón que se legisla a sí misma, y a priori, puesto que debe ser universal. Kant distingue las acciones conformes al deber (legales) de las que son por deber (morales). Estas últimas deben regirse por la ley moral, que se expresa en las distintas formulaciones del imperativo categórico: “Obra de tal modo que la máxima de tu acción pueda valer como ley universal” u “Obra de tal modo que trates a la humanidad,…, siempre como fin y nunca como medio”.
La voluntad es su propia legisladora y su libertad consiste en el sometimiento a la ley moral, actuando solo por respeto al deber. Como el hombre es libre y trasciende la determinación de las leyes de la naturaleza, hay que suponer un “reino de los fines” como conjunto de todas las inteligencias y aceptar como postulados de la razón práctica: la libertad, condición de la moralidad; la inmortalidad del alma, necesaria para que finalmente se dé la unión de felicidad y virtud; y la existencia de Dios, como suprema garantía de la vida moral.
La Belleza y lo Sublime
Kant también afirma que la belleza es un juicio objetivo y universal, mientras que define lo sublime como la impotencia del espíritu ante lo inabarcable.
Teoría Política
En su teoría política, Kant lucha contra la esclavitud y la desigualdad, afirmando la libertad y los derechos de la ciudadanía como base de una sociedad de progreso, que tendrá siempre como máxima el deber de evitar la guerra, trabajando por la paz perpetua y el diálogo entre naciones, anticipando lo que posteriormente intentaría ser la ONU.