Contexto
Autor: Filósofo alemán (siglo XIX). Criticó la cultura occidental, contaminada por Platón y la religión judeocristiana.
Tema
Evolución histórica de la moral simbolizada en la triple transformación del espíritu: en camello, en león y en niño.
Ideas Principales
- El camello se humilla y se burla de su propia sabiduría.
- El león quiere conquistar su libertad y se enfrenta al deber.
- El niño, inocente y sin prejuicios, crea nuevos valores.
Relación entre las Ideas
El texto se refiere a la evolución histórica de la moral humana: el camello representa la moral judeocristiana; el león, al nihilista, opuesto a la moral tradicional, y el niño, la nueva moralidad que supera los estadios anteriores.
Explicación de las Ideas
El texto explica cómo superar la decadencia de la civilización occidental. Describe la evolución histórica de la moral. Primero, con la moral judeocristiana, el hombre acepta (carga) los valores de una religión contraria a la vida, una falsa interpretación de la realidad (la existencia de un mundo perfecto más allá de lo sensible). El camello, domesticado y dirigido por otro, representa la resignación del cristianismo. Pero, en el desierto, el camello se convierte en león: el ser humano reclama su libertad y niega las normas impuestas por la religión. El león es la imagen del nihilista que ha perdido el sentido de la vida, se ha quedado sin valores. Para Nietzsche, el último reducto de la religión es la moralidad, el Tú debes. El deber moral (Kant) es opuesto a la vida. El león representa el pesimismo y la decadencia de Occidente, consciente del sinsentido de los valores tradicionales, pero incapaz de inventar otros nuevos. Solo la aparición de un nuevo hombre (el superhombre), representado por el niño, posibilitará crear nuevos valores y una nueva humanidad que acepte la vida y la realidad como cambio. El niño llevará a cabo la «transvaloración de los valores», la creación de una nueva moral que afirme la vida. La condición para que se inicie esta nueva etapa de la humanidad es reconocer que «Dios ha muerto», la superación del cristianismo y de la cultura occidental decadente.
Análisis de la Alienación en el Trabajo según Marx
Tema
Análisis de la enajenación en el trabajo propia del modo de producción capitalista.
Ideas Principales
- La enajenación en el trabajo consiste en que el trabajo es externo al trabajador; en él no se siente feliz ni libre.
- En consecuencia, el trabajo no es voluntario, sino forzado, pues solo es un medio para satisfacer las necesidades y supone auto-sacrificio y mortificación.
- Dicho trabajo no pertenece al trabajador, sino al capitalista que posee los medios de producción. De esta manera, el trabajador no es dueño de sí mismo, pertenece a otro.
Relación entre las Ideas
El texto analiza el concepto de alienación del trabajo o alienación económica y expone los rasgos del trabajo alienado: el trabajo es externo al trabajador y es un trabajo forzado, un medio para poder satisfacer las necesidades fuera de él. En la segunda parte del texto, Marx prueba el carácter alienante del trabajo: en el trabajo, el trabajador pertenece a otro.
Explicación
En los Manuscritos, Marx se centra en la alienación del trabajador en la sociedad capitalista. Es en el trabajo donde el hombre, en principio, debería realizarse como hombre. Pero en las condiciones del trabajo asalariado sucede exactamente todo lo contrario: lo que se produce es la alienación del hombre. Tal alienación se da en una cuádruple dimensión:
- Con respecto al producto de su trabajo: éste es la «objetivación de su trabajo», pero, al convertirse en «capital» de otros, aparece ante el trabajador «como un ser extraño, como un poder independiente», que él no posee ni domina; al contrario, «cuantos más objetos produce el trabajador, tantos menos alcanza a poseer, y tanto más sujeto queda a la dominación de su producto, es decir, del capital».
- Con respecto a su propia actividad: «para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, en que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro», por lo cual el trabajo aliena al trabajador respecto a sí mismo. Surge así la gran paradoja del trabajo alienado: «[…] en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja, y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado.
- Con respecto a la Naturaleza: ésta, en lugar de convertirse en el «cuerpo inorgánico del hombre», aparece como algo ajeno al trabajador, como propiedad de otro.
- Con respecto a los otros hombres: el hombre, a diferencia de los animales, es capaz de trabajar no sólo para sí mismo y sus propias necesidades, sino también para los demás y para la transformación del mundo en favor de la «especie» humana; pero en el trabajo alienado se corta toda relación con la Naturaleza y con la humanidad: cada uno trabaja para sí mismo, y el «otro» aparece, todo lo más, «como el ser extraño al que pertenecen el trabajo y el producto del trabajo».