1. La Filosofía Analítica
La filosofía analítica surge a principios del siglo XX y goza en la actualidad de plena vigencia. Históricamente, surge en Inglaterra de la mano de G.E. Moore y Bertrand Russell. Estos pensadores asumen el éxito de las ciencias naturales, es decir, que las cuestiones fundamentales sobre la estructura de la realidad se resuelven dentro del marco conceptual de la revolución científica del siglo XVII. Creen que el mayor obstáculo en el progreso del conocimiento es el uso incorrecto del lenguaje. Por eso, la tarea de la filosofía pasa a ser el análisis lógico del lenguaje, desde la asunción de la relación isomórfica del lenguaje con la realidad, es decir, debe haber una correspondencia lógica entre el lenguaje y la realidad empírica que aquel representa.
Moore y Russell representan, a su vez, dos grandes tendencias en torno a las que se puede agrupar a los filósofos analíticos de forma muy general: los que se centran en la lógica (construir un lenguaje ideal) y los que lo hacen en el lenguaje corriente.
En Cambio de Marcha en Filosofía, y en la entrada “filosofía analítica” de su Diccionario de Filosofía, Ferrater Mora traza un cuadro histórico del desarrollo de la filosofía analítica cuyo resumen es el siguiente:
- El análisis lógico en el sentido de Bertrand Russell, con el posterior desarrollo del atomismo lógico y uso de los recursos de la lógica formal. La obra más significativa es Principia Mathematica, escrita con A.N. Whitehead.
- Coetáneamente, tiene lugar el análisis de Moore y sus discípulos. Para estos, las incorrecciones expresadas en el lenguaje corriente se eliminan por medio de un análisis de este mismo lenguaje sin recurrir a lenguajes formalizadores.
- La Liga de Mach y el fenomenismo en Austria. Surgen el positivismo lógico y la filosofía clásica de la ciencia, que se caracteriza por su fuerte rechazo de la metafísica.
- Las doctrinas de Popper. Su punto de partida es el rechazo al principio de verificación del positivismo lógico, al que contrapone como principio la falsabilidad.
- El primer Wittgenstein, cuya obra más representativa es el Tractatus Logico-Philosophicus, que está relacionado con el análisis lógico de Russell y el fenomenismo en Austria, aunque difiere de ambos en aspectos importantes, como la asunción de una realidad inefable más allá de la ciencia, de la que no hay nada que decir.
- El último Wittgenstein, dedicado a los usos del lenguaje corriente. Con el pluralismo Wittgensteiniano, surgen los pensadores del llamado círculo de Oxford, que incluyen varias direcciones: el análisis informal de Ryle, el análisis conceptual de Strawson y la fenomenología lingüística de Austin.
- Llega la diversificación máxima de las tendencias analíticas. Los filósofos de la ciencia empiezan a interesarse por los marcos conceptuales, por el peso teórico de los propios hechos y por los contextos no enteramente equivalentes al de justificación.
- Se despliegan tendencias que se han caracterizado como post-analíticas, que si bien no abandonan muchos de los métodos de la filosofía analítica, recuperan problemas tradicionales y suscitan nuevos intereses.
Ferrater Mora afirma que la filosofía analítica no es una escuela, ni siquiera una tendencia, y que a lo que más se parece es a un conjunto de corrientes caracterizadas por numerosas técnicas, estrategias, estilos y maneras de hacer filosofía que cuadran bien con el examen de ciertos problemas, pero que no dependen de un determinado grupo de problemas. Más que la filosofía analítica y los problemas de la filosofía analítica, opina que hay modos de analizar problemas filosóficamente.
La influencia y actualidad del planteamiento analítico es indiscutible; actualmente, a la filosofía analítica se dedican un amplísimo número de pensadores. La señal más característica es probablemente el éxito de El Giro Lingüístico de Richard Rorty. No sólo el éxito del libro, sino de la expresión “giro lingüístico”, con la que a menudo se describe la particularidad de la filosofía del siglo XX, aunque refiriéndose a más corrientes que la analítica.
2. Otras Corrientes Filosóficas del Siglo XX
En el siglo XX ha tenido lugar una gran diversificación de la actividad filosófica. El aumento de la productividad, la mejora de las técnicas de reproducción y divulgación de la cultura, así como de los medios de comunicación, han hecho de la nuestra una sociedad global en la que la producción de ideas ha superado cuantitativamente a la de todos los siglos precedentes.
Entre esta ingente producción, cabe destacar, además de la filosofía analítica, corrientes como la fenomenología y la filosofía existencialista, el neomarxismo o la filosofía postmoderna.
3. La Fenomenología y la Filosofía Existencialista
La fenomenología de Edmund Husserl es una filosofía que pretende volver a las cosas mismas, para lo que propone un método (Epoché) que consiste en dejar en suspensión todas nuestras creencias para ir más allá del realismo ingenuo y del subjetivismo del idealismo, fundando una filosofía de la intersubjetividad, en la que la realidad se muestra objetivamente como lenguaje.
La filosofía existencialista comienza con la obra del danés Søren Kierkegaard, en la que otorga primacía a la existencia sobre la esencia. Con ello pretende situar al ser humano de carne y hueso como punto de partida de la filosofía, en lugar del sujeto pensante de la filosofía idealista.
En los años 20, Martin Heidegger elaboró una original filosofía de la existencia usando el método fenomenológico de Husserl y partiendo del existente de la filosofía de Kierkegaard. En Ser y Tiempo, Heidegger parte del olvido en que ha caído, desde la filosofía griega, la pregunta por el Ser. Afirma que hemos equiparado Ser a cosa, y que de este modo nos hemos olvidado de la verdad para someternos a lo que es útil.
- Para recuperar la pregunta, Heidegger dice que hay que comenzar por aquel que se hace la pregunta por el Ser, el existente, al que denomina ser-ahí.
- En tanto que el ser-ahí ya es Ser, y se pregunta por el mundo, es ser-en-el-mundo. El mundo forja el ser del existente, y el cuidado del mundo es el cuidado del existente.
- Pero esta proyección del existente sobre el mundo puede ser auténtica o inauténtica.
- La sociedad moderna, con su equiparación de Ser a cosa, ha creado una razón que hace del existente un ser-a-la-mano, lo que quiere decir que se ha convertido en un instrumento valorado por su utilidad en tanto que cosa, y reducido a una dimensión cuantitativa.
- Heidegger afirma que la existencia auténtica tiene lugar en la historia; con ello se refiere a nuestro acontecer dentro de una cultura cuya expresión más pura es el lenguaje, al que llama casa del Ser. Esto significa que el existente debe abrazar su cultura como un proceso histórico en el que proyectar su existencia, en el que se hace posible asistir a la manifestación del Ser como verdad (aletheia).
Aunque se ha convertido en un hito de la filosofía del siglo XX, Heidegger ha tenido numerosos críticos, entre los que destacan los miembros de la Teoría Crítica, que no olvidan que Heidegger fue miembro del partido nazi. Al margen de su actividad política, Heidegger ha sido criticado desde el punto de vista estrictamente teórico por la oscuridad de su lenguaje, y por no aclarar jamás qué es ese Ser por el que hay que preguntarse, ni por qué es tan importante encontrarlo.