Argumentos de la Existencia de Dios, Dualismo Platónico, Máquina de Turing y Ateísmo de Marx

Argumentos sobre la Existencia de Dios

Existen tres argumentos principales sobre la existencia de Dios:

  1. Argumento Ontológico

Ideado por San Anselmo y defendido por Descartes y Leibniz, este argumento parte de la definición de Dios para concluir necesariamente su existencia. San Anselmo explica que todos tenemos una idea de Dios como el ser más perfecto. Si suponemos que no existe, entonces no sería «el ser mayor que el cual nada puede pensarse». Si tenemos la idea de Dios, pero no incluimos su existencia, entonces no se trata del ser más perfecto. Anselmo concluye que el no creyente se contradice, ya que si analizara bien su idea de Dios tendría que concluir que Dios existe. Kant critica este argumento, afirmando que se puede tener una idea de Dios sin que Dios exista.

Argumento del Diseño (Físicoteológico)

Este argumento considera que la complejidad de los seres vivos y su adaptación al medio en el que viven son prueba de la existencia de Dios. Por ejemplo, los órganos parecen haber sido diseñados por un ser inteligente. Existe una versión contemporánea llamada «diseño inteligente», basada en la misma idea de que el mundo, tal como es, tiene que haber sido creado por un ser inteligente que se identifica con Dios. Sin embargo, la teoría darwinista de la selección natural es capaz de explicar el diseño y las complejidades de los seres vivos mediante mecanismos naturales.

Argumento Cosmológico

Según este argumento, para que exista cualquier cosa contingente (como uno mismo), tiene que existir un ser necesario. Kant critica este argumento, señalando un abuso del principio de causalidad.

El Dualismo Platónico

Platón concibe la realidad de forma dualista, es decir, cree que el ser humano se compone de dos realidades independientes: el alma y el cuerpo. Ninguna de ellas puede ser reducida a la otra.

  • El Cuerpo

Para Platón, el cuerpo es una realidad material, proveniente del mundo sensible y mortal. Solo vive porque tiene alma, y su muerte se produce cuando el alma se separa de él. El cuerpo es visto como una prisión, y la vida como un castigo del que el individuo solo se libera tras la muerte. Además, el cuerpo es un obstáculo para alcanzar la verdad.

El Alma

Platón cree que el alma es una realidad espiritual, perteneciente al mundo de las ideas e inmortal. Debido a su imperfección, se vio obligada a dejar el mundo ideal y perfecto para vivir en el mundo de las cosas (solo de forma temporal), encerrada en el cuerpo como en una cárcel. El alma anhela regresar al mundo de las ideas, y para ello debe dominar las tendencias irracionales del cuerpo y purificarse. Si no lo logra, se transmigrará a otros cuerpos, que pueden ser incluso de animales.

Para Platón, «conocer es recordar», pues el alma de todos los seres humanos ha estado en el mundo de las ideas y ha tenido un conocimiento pleno de todas las realidades. La tarea del filósofo es sacar a la luz ese conocimiento olvidado. Platón ilustra esto con el diálogo entre Sócrates y un esclavo. A través de preguntas, el esclavo, sin conocimientos matemáticos, resuelve problemas, demostrando, según Platón, que dicho conocimiento preexistía en su alma.

La Máquina de Turing

La idea básica de la máquina de Turing consiste en un cabezal capaz de realizar movimientos mecánicos (avanzar, escribir, etc.) y seguir instrucciones sencillas. Con esta base simple, puede resolver operaciones aritméticas de todo tipo y cuestiones más complejas, como cualquier ordenador. Al reproducir un aspecto de la mente humana, se planteó la posibilidad de que las neuronas funcionaran de forma similar.

El Argumento Ontológico de Anselmo de Canterbury

Anselmo argumenta que si existe una definición de Dios, Dios debe existir. Si no, no podríamos pensar en un ser perfecto. La existencia contribuye a la perfección de un ser. Si tenemos la idea de Dios, pero no incluye su existencia, entonces no se trata del ser más perfecto. Por lo tanto, debemos concluir su existencia para que la idea de un ser perfecto sea cierta.

El Ateísmo de Karl Marx

Para Marx, la religión es el «opio del pueblo», una práctica que sirve a los intereses de la clase dominante. Es una invención para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres.

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