Pensamiento de Immanuel Kant
Biografía y Contexto
Immanuel Kant (1724-1804) nació y murió en Königsberg, Rusia. Dedicó su vida a la academia, primero como estudiante y luego como profesor universitario. Su rutina metódica era tan precisa que sus vecinos ajustaban sus relojes según sus paseos diarios. Proveniente de una familia humilde, Kant se convirtió en un filósofo célebre, admirado por los ilustrados de su época y defensor de la Revolución Francesa. Entre sus obras más importantes se encuentran La crítica de la razón pura, La crítica de la razón práctica y La crítica del juicio.
Influencias y Planteamiento Filosófico
El pensamiento de Kant se nutrió del racionalismo de Leibniz y el empirismo de Hume, quien, según Kant, lo despertó de su «sueño dogmático». También lo influyeron el pensamiento ilustrado y el Pietismo de su educación. La famosa frase de Kant, «Hay dos cosas que me producen asombro: el cielo estrellado sobre mí, y la ley moral en mí», resume su filosofía. Esta cita expone la contradicción central de su pensamiento: ¿Cómo puede existir la libertad humana en un universo determinista gobernado por las leyes de Newton?
Para abordar esta cuestión, Kant busca responder a tres preguntas fundamentales:
- ¿Qué podemos saber los seres humanos?
- ¿Qué debemos hacer?
- ¿Qué nos cabe esperar?
Teoría del Conocimiento
Kant describe el conocimiento humano como un proceso:
- Nuestra sensibilidad recibe las impresiones sensibles.
- Nuestro sujeto ordena estas impresiones en el espacio y el tiempo, creando el fenómeno.
- El entendimiento realiza una segunda síntesis, conceptualizando la información empírica.
- Tras esta segunda síntesis, los fenómenos se vuelven cognoscibles.
De esta explicación se desprenden las siguientes conclusiones:
- El tiempo y el espacio no son realidades objetivas, sino formas a priori de nuestra sensibilidad.
- El entendimiento aplica conceptos, ya sean empíricos o puros (categorías), a los fenómenos.
- El conocimiento humano requiere la conceptualización; no conocemos un fenómeno hasta que le aplicamos un concepto.
- El conocimiento humano surge de la interacción entre la experiencia y el entendimiento.
Kant consideraba su teoría del conocimiento como una «revolución copernicana», ya que el sujeto no es un mero receptor de la realidad, sino un agente activo que se proyecta sobre el objeto conocido.
Esta teoría limita el conocimiento a la realidad fenoménica, imposibilitando el conocimiento metafísico o de las realidades nouménicas (Dios, el mundo, el yo).
Clasificación de los Juicios
Kant clasifica los juicios según su forma (analíticos o sintéticos) y su materia (a priori o a posteriori).
- Analíticos: El predicado está contenido en el concepto del sujeto.
- Sintéticos: Aumentan nuestro conocimiento; el predicado no está contenido en el concepto del sujeto.
- A priori: Su contenido es independiente de la experiencia.
- A posteriori: Su contenido depende de la experiencia.
De esta clasificación surgen tres tipos de juicios: analíticos a priori, sintéticos a priori y sintéticos a posteriori.
Kant corrige a Hume respecto al principio de causalidad, considerándolo un juicio sintético a priori, no a posteriori. La imposibilidad de asegurar racionalmente la permanencia de las relaciones causales no implica la ausencia de una causa en el futuro, aunque sea diferente a la conocida.
Ética y Moralidad
En La crítica de la razón práctica, Kant aborda la ética. Critica las éticas anteriores por ser a posteriori, egoístas, hipotéticas y heterónomas. Insiste en la distinción entre el ser y el deber ser, argumentando que la realidad actual no debe ser el criterio para la ética.
Kant propone el imperativo categórico: «Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal». Lo que es válido para uno debe serlo para todos, ya que somos seres racionales y la ética deriva de la razón pura práctica.
A partir de esto, Kant postula:
- La libertad: Si debo hacer algo pero puedo no hacerlo, soy libre.
- La inmortalidad del alma: La perfección moral es inalcanzable en esta vida, necesitando más vidas para lograrla.
- La existencia de Dios: Aunque no demostrable, su existencia garantiza que la virtud será recompensada con la felicidad eterna.