Dualismo ontológico y gnoseológico en la filosofía de Platón

El Mito de la Caverna y el Pensamiento de Platón

Introducción

Platón, filósofo ateniense del siglo V a.C., proveniente de una familia aristocrática, mostró un profundo interés por la política, formándose con su maestro Sócrates. Tras la muerte de éste, Platón experimentó una crisis vital y empleó la dialéctica como método para alcanzar la verdad. El texto que analizaremos, perteneciente al libro VII de La República, un diálogo que aborda la justicia como tema central, fue escrito después del primer viaje de Platón a Sicilia.

El Mito de la Caverna y el Dualismo Platónico

El texto, a través del mito de la caverna, nos introduce en el núcleo del pensamiento platónico: el dualismo ontológico y gnoseológico entre el mundo sensible y el mundo inteligible.

El Mundo Sensible

Platón compara el mundo sensible con una prisión donde los prisioneros, encadenados, solo pueden ver las sombras proyectadas en la pared. Acostumbrados a la oscuridad, creen que estas sombras son reales. El fuego que ilumina la caverna representa la luz del sol, y los distintos niveles de luz simbolizan los grados de conocimiento de la realidad. Un prisionero se libera y sale al exterior, quedando inicialmente cegado por la luz, pero luego se adapta y contempla la auténtica realidad. Al regresar a la caverna para compartir su experiencia, sus esfuerzos son inútiles. Esta salida representa la ascensión del alma hacia el mundo inteligible y el paso de la ignorancia al verdadero conocimiento, que se alcanza con la contemplación de la idea de Bien.

El mundo sensible es el que percibimos a través de los sentidos, el conjunto de cosas físicas, cambiantes y corruptibles. En este mundo no hay lugar para la ciencia, solo para la opinión. Metafóricamente, es el interior de la caverna, donde los prisioneros viven inconscientes de su situación.

El Mundo Inteligible

El mundo inteligible es la auténtica realidad, el mundo de las ideas, donde se encuentra el conocimiento verdadero. Platón lo compara con el exterior de la caverna. Es una realidad metafísica que trasciende lo material. Es el mundo de las esencias, de las formas eternas e inmutables. Cuando el alma alcanza el conocimiento y contempla la idea de Bien, comprende que no hay nada más verdadero y no desea regresar del mundo inteligible.

Dualismo en el Ser Humano

Platón extiende este dualismo al ser humano, compuesto por un cuerpo material y corruptible, y un alma inmaterial e inmortal. Como los prisioneros, a través de los sentidos solo captamos las cosas sin comprender su esencia. Creemos que los objetos visibles son reales, sin darnos cuenta de que son un reflejo de la auténtica realidad: las ideas. Sin embargo, el ejercicio de los sentidos implica que el conocimiento de las ideas es innato. Platón afirma que «conocer es recordar». El alma, antes de unirse al cuerpo, contempló las ideas. Gracias a la razón, el alma puede ir más allá de las apariencias y captar la esencia de las cosas.

Dialéctica y Ascenso al Conocimiento

Platón denomina dialéctica al ascenso desde la experiencia sensorial hasta las ideas. Mediante la dialéctica, el sabio puede ir más allá de los sentidos y acceder a la auténtica realidad, contemplando «con los ojos de la razón o del alma» las cosas «tal como son». Puede incluso alcanzar la idea del Bien, el conocimiento más seguro. La búsqueda de la verdad, y por ende la reflexión filosófica, se presenta como una liberación.

El Objetivo de la Filosofía Platónica

El objetivo de la filosofía de Platón es la formación de los futuros gobernantes del Estado, los más sabios y virtuosos: los filósofos. Esto requiere un riguroso programa educativo y la selección de los jóvenes con mejores cualidades para el gobierno a través del estudio de la aritmética, la geometría, la astronomía y la dialéctica.

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