Filosofía Moderna: Descartes, Kant y Rousseau

Filosofía de Descartes

Realidad: Sustancia y Dualismo

La noción central en la filosofía cartesiana es la sustancia, definida como aquello que existe y se concibe por sí mismo, independiente de cualquier otra cosa. Descartes argumenta que solo Dios, como sustancia infinita, posee existencia independiente. Por analogía, postula un dualismo ontológico con dos tipos de sustancias finitas: la sustancia corpórea (res extensa) y las sustancias mentales (res cogitans).

Cada sustancia posee atributos esenciales. El pensamiento es el atributo de la res cogitans, mientras que la extensión (ocupar espacio) es el atributo de la res extensa. La res extensa se rige por leyes deterministas y mecánicas, mientras que la res cogitans posee libre albedrío. Esta dualidad plantea el problema de la comunicación entre las sustancias.

Descartes identifica la extensión con lo corpóreo, concluyendo que el espacio es un plenum, es decir, está completamente lleno de materia.

El Hombre: Identidad y Mecanicismo

Descartes define al ser humano como una cosa que piensa, duda, quiere, etc. La identidad personal reside en lo mental, no en lo físico. La res cogitans es inespacial y libre, mientras que el cuerpo es una máquina (mecanicismo) que funciona mediante fuerzas, movimiento y choques.

La comunicación entre cuerpo y alma se da a través de la glándula pineal, un órgano en el cerebro al que Descartes atribuye esta función.

Conocimiento: Duda Metódica y el Cogito

El objetivo de Descartes es encontrar un fundamento sólido para las ciencias. El punto de partida son las ideas, que clasifica en adventicias (externas), facticias (creadas por la mente) e innatas (presentes desde el nacimiento). Para asegurar la validez del conocimiento, propone un método basado en cuatro reglas:

  • Evidencia: Aceptar solo ideas claras y distintas.
  • Análisis: Descomponer las dificultades en elementos simples.
  • Síntesis: Reconstruir el conocimiento a partir de los elementos simples.
  • Repaso: Revisar el proceso para evitar errores.

La duda metódica es crucial para alcanzar la certeza. Descartes duda de los sentidos, de la distinción entre sueño y vigilia, e incluso de las verdades matemáticas, planteando la hipótesis de un genio maligno que nos engaña. La duda culmina en el cogito (“pienso, luego existo”), la primera verdad indudable. El cogito establece la distinción entre res cogitans y res extensa.

Descartes busca demostrar la existencia del mundo externo y refutar el solipsismo. Para ello, primero demuestra la existencia de Dios.

Dios: Argumentos y Función

Dios es la sustancia infinita, modelo de la sustancia y el ser. Su existencia es un paso intermedio para demostrar la existencia del mundo externo y superar el solipsismo. Descartes ofrece dos argumentos para la existencia de Dios:

  1. Argumento ontológico: La idea de un ser infinito no puede ser creada por un ser finito. Debe provenir de un ser tan perfecto o más, que es Dios.
  2. Argumento cosmológico: No podemos ser causa de nosotros mismos, ya que somos imperfectos. Debe existir un ser perfecto que nos haya creado, que es Dios.

La existencia de Dios garantiza que no hay un dios engañador y que el error proviene de la precipitación o la prevención en nuestros juicios.

Filosofía de Kant

Ética: El Deber y el Imperativo Categórico

Kant desarrolla su ética en obras como la Crítica de la razón práctica. Para él, solo la buena voluntad es buena sin condiciones. La buena voluntad se determina por el deber, no por la felicidad o las consecuencias. El deber se identifica con la ley moral y se expresa en imperativos.

Kant distingue entre imperativos hipotéticos (condicionales) e imperativos categóricos (incondicionales). El fundamento de la moralidad debe ser un principio a priori, por lo que solo el imperativo categórico es válido. Kant formula el imperativo categórico de tres maneras:

  1. Universalidad: “Obra de tal modo que quieras que la máxima de tu conducta se convierta en ley universal”.
  2. Humanidad: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solo como un medio”.
  3. Autonomía: “Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines”.

La ética kantiana es rigorista, ya que solo las acciones realizadas por deber son moralmente válidas. El deber implica libertad, por lo que Kant postula la libertad como un requisito práctico.

Filosofía de Rousseau

Sociedad y Política: El Contrato Social y la Voluntad General

Rousseau critica la sociedad por estar fundada en el egoísmo y la injusticia. Describe un estado de naturaleza positivo, donde el hombre vive en paz y armonía, sin codicia ni agresión. La sociedad surge con la propiedad privada y la división del trabajo, generando desigualdad y clases sociales.

El Contrato Social busca crear una sociedad justa basada en la libertad e igualdad. A diferencia de Hobbes, Rousseau cree que los ciudadanos no pierden libertad al cederla al Estado. Mediante el contrato, la voluntad individual se somete a la voluntad general, que busca el bien común. La voluntad general no es la suma de las voluntades individuales, sino la voluntad de un nuevo sujeto: el cuerpo de ciudadanos.

La voluntad general es soberana, inalienable, infalible y buena. Rousseau concibe el Estado de forma organicista, donde los ciudadanos son partes de un todo. La noción de voluntad general ha sido criticada por su potencial para justificar el totalitarismo.

Las ideas de Rousseau influyeron en Kant y el Romanticismo, especialmente por su énfasis en los sentimientos y la naturaleza.

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