Filosofía Cartesiana: El Cogito y la Fundamentación del Conocimiento

René Descartes: La Duda Metódica y la Búsqueda de la Certeza

Las Obras Fundamentales de Descartes

Las dos obras más importantes de René Descartes son: Discurso del método (1637) y Meditaciones Metafísicas (1641). El punto de partida de la filosofía cartesiana es la búsqueda de la certeza en el conocimiento, especialmente en la ciencia físico-matemática. Descartes se pregunta: ¿cómo podemos estar seguros de la veracidad de la ciencia moderna? ¿Es posible establecer una verdad absolutamente cierta e indudable como base para construir una ciencia sólida?

El Método Cartesiano

Para responder a estas preguntas, Descartes busca formular un método de investigación que permita avanzar en el conocimiento con seguridad. Este método, inspirado en las matemáticas, se basa en una serie de reglas que garantizan un razonamiento correcto y la reconstrucción del saber humano.

Reglas del Método Cartesiano:

  • Regla de la evidencia: Rechazar cualquier idea que no sea clara y distinta. La evidencia se alcanza por intuición (visión intelectual directa de una verdad) o por deducción (derivación de consecuencias ciertas a partir de principios evidentes).
  • Regla del análisis: Reducir lo complejo a sus componentes más simples, que pueden conocerse intuitivamente.
  • Regla de la síntesis: Construir argumentos o deducciones complejas a partir de los elementos simples conocidos por intuición.
  • Regla de la enumeración: Revisar todos los pasos del razonamiento para comprobar que no se han cometido errores.

La Duda Metódica

Descartes aplica su método a la metafísica para encontrar una primera verdad absolutamente cierta. Para ello, utiliza la duda metódica, que consiste en cuestionar todos los conocimientos para hallar uno que sea indudable. La duda metódica tiene cuatro niveles:

  1. Desconfianza de los sentidos: Los sentidos nos engañan a veces, por lo que podrían hacerlo siempre.
  2. Confusión entre sueño y vigilia: A veces no distinguimos los sueños de la realidad, por lo que la realidad podría ser ilusoria.
  3. Hipótesis del Dios engañador: Incluso si los razonamientos matemáticos son válidos en sueños, Dios podría habernos creado para que nos equivoquemos siempre.
  4. Hipótesis del genio maligno: Aun si Dios no nos engaña, podría existir un genio maligno que nos hace errar al razonar.

El Cogito Ergo Sum

Aunque la duda parece eliminar todos los conocimientos, en el acto de dudar surge algo indudable: si dudo, pienso, y si pienso, existo. Esta proposición, conocida como cogito ergo sum («pienso, luego existo»), es la primera verdad cartesiana, conocida con absoluta certeza. El cogito es la base de la metafísica cartesiana y permite fundamentar el conocimiento.

El Yo como Sustancia Pensante

Descartes define el yo como una sustancia pensante (res cogitans), que contiene ideas, voluntades y juicios. Las ideas se clasifican en:

  • Adventicias: Parecen provenir de objetos exteriores.
  • Facticias: Creadas por la imaginación.
  • Innatas: Connaturales al sujeto.

Demostraciones de la Existencia de Dios

Entre las ideas innatas, Descartes encuentra la idea de un ser infinitamente perfecto (Dios). Esta idea no puede ser creada por el yo finito, por lo que debe haber sido puesta en él por un ser realmente infinito. Esto demuestra la existencia de Dios.

Segunda Demostración:

Descartes utiliza una variante del argumento ontológico de San Anselmo: la idea de un ser infinitamente perfecto implica necesariamente su existencia.

Tercera Demostración:

Descartes adapta la vía tomista de la contingencia: el yo, siendo finito e imperfecto, no puede haberse dado la existencia a sí mismo. Debe haber sido creado por un ser necesario: Dios.

Demostración de la Existencia del Mundo Exterior

Dios, siendo infinitamente perfecto y bondadoso, no puede engañarnos. Esto garantiza la existencia del mundo exterior y la validez de la ciencia matemática que lo estudia.

Las Tres Sustancias Cartesianas

La metafísica cartesiana distingue tres sustancias:

  • Infinita: Dios.
  • Pensante: Almas (res cogitans).
  • Extensa: Cuerpos físicos (res extensa).

Antropología Cartesiana

La antropología cartesiana es dualista. El hombre se compone de alma (inmortal, caracterizada por el pensamiento) y cuerpo (material, caracterizado por la extensión). Ambas son independientes. El cuerpo es una máquina creada por Dios. La comunicación entre alma y cuerpo se da a través de la glándula pineal.

Contexto Histórico de Descartes

Guerra de los Treinta Años y sus Consecuencias

Descartes vivió durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), un conflicto que reconfiguró la hegemonía europea. Tras la Paz de Westfalia (1648), España entró en decadencia, mientras que Francia se consolidó como la potencia dominante.

La guerra tuvo consecuencias devastadoras: la población se redujo drásticamente y los Estados tardaron décadas en recuperarse.

Cambios Políticos, Sociales y Religiosos

Se impuso el Estado absolutista, con el rey como figura central designada por Dios. La sociedad se organizaba en estamentos: rey, nobleza y clero, y el «tercer estado» (con la burguesía en ascenso).

En el ámbito religioso, se enfrentaron la Reforma protestante y la Contrarreforma católica. Destacaron la orden de los jesuitas y el jansenismo.

El Barroco en el Arte y la Literatura

El Barroco dominó las artes, promoviendo la fe católica y exaltando el poder monárquico. Destacaron artistas como Velázquez y Bernini.

La literatura barroca reflejó una visión pesimista del hombre, con temas como la fugacidad de la vida y la muerte. Autores como Quevedo y Calderón de la Barca exploraron temas afines al pensamiento cartesiano, como la confusión entre sueño y realidad. En Francia, destacó Pierre Corneille con obras como Le Cid.

Descartes y la Revolución Científica

El Humanismo Renacentista

Entre los siglos XV y XVI se desarrolló el humanismo renacentista, que coincidió con la crisis de la filosofía escolástica. Los humanistas recuperaron la filosofía grecorromana y promovieron un pensamiento antropocéntrico, centrado en el ser humano y la naturaleza.

La Revolución Científica Moderna

Entre los siglos XVI y XVII, la Revolución Científica, impulsada por Copérnico, Galileo, Kepler y Newton, transformó la concepción del universo. La ciencia moderna se caracterizó por su mecanicismo y matematicismo.

El Problema del Escepticismo

La Revolución Científica planteó nuevos problemas filosóficos, como el escepticismo. La antigua imagen del universo había sido refutada, lo que llevó a autores como Pierre Charrón y Montaigne a cuestionar la posibilidad de un conocimiento absolutamente verdadero.

El Problema del Método y el Fundamento del Conocimiento

Otros problemas fueron el del método científico y el del fundamento del conocimiento. ¿Qué método garantiza el avance de la ciencia? ¿Debe basarse el conocimiento en la razón o en la experiencia?

El Racionalismo Cartesiano

Descartes y los filósofos racionalistas buscaron un método para descubrir verdades científicas y consideraron la razón como la fuente del conocimiento. La razón posee ideas innatas, que conoce a priori, sin necesidad de la experiencia.

La Idea de Dios como Idea Innata

Descartes argumenta que la idea de Dios es innata, ya que no proviene de la experiencia ni puede ser creada por el yo finito. Dios, al crear al sujeto, ha puesto en él la idea de infinito. Dios, siendo perfecto, garantiza la validez de nuestros conocimientos matemáticos sobre el mundo exterior.

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