Del mito al logos: El nacimiento del pensamiento filosófico en la antigua Grecia

Coincidencias entre el mito y la filosofía

Tanto los mitos como la filosofía narran un viaje desde un mundo de apariencias, donde las cosas no son lo que parecen, a un mundo de realidades, donde las cosas sí son lo que parecen. Ambos sostienen que la vida verdadera es mucho más valiosa que la que se sustenta en una mentira. El problema radica en que solo se sabe con certeza cuando se ha experimentado la «vida verdadera». En ambas narrativas, se muestra que los seres humanos no queremos vivir en el engaño y preferimos la verdad; amamos el conocimiento y, en esta medida, todos somos filósofos.

Del saber mítico al saber filosófico

El nacimiento de la filosofía se remonta a hace unos 2600 años en las colonias griegas del Mediterráneo. Surgió con la intención de sustituir uno de los saberes existentes: el saber mítico.

La concepción mítica de la realidad

Toda concepción de la realidad incluye una forma de concebirla, una forma de comprender el saber que se tiene sobre ella y una forma de comportarse. Para los antiguos griegos, la realidad se dividía en un ámbito divino y un ámbito natural. La naturaleza se presentaba como:

  • La fuerza, el poder responsable de la producción y destrucción de las cosas del mundo natural.
  • Una fuerza caótica, porque los procesos de producción/destrucción se sucedían sin orden aparente y sin atender las necesidades de los hombres.
  • El poder de la naturaleza se concretaba en el conjunto de las fuerzas naturales, cada una regida por su deidad correspondiente, que la gobernaba a su capricho: la fuerza como poder sagrado.

Los mitos, narraciones anónimas en las que se cristaliza la memoria colectiva de una cultura (por eso son etnocéntricos), relatan las historias de los dioses, semidioses o héroes. Los rasgos fundamentales de los mitos son:

  • Irracionales: aquello que narra el mito no es susceptible de discusión; o se cree o no se cree. El significado del mito suele estar codificado por la tradición, por lo que entender un mito no es reinterpretarlo según la visión de cada persona, sino desvelar el significado que la tradición mantiene y le atribuye.
  • Normativos: establecen el conjunto de valores y normas que deben regir la comunidad y que tienden a ser atemporales. En las sociedades míticas, el peso de la tradición es fundamental.
  • Legitimadores o deslegitimadores: el mito legitima o deslegitima el orden social vigente según si este respeta las directrices del mito o no.

El saber mítico explica al hombre el lugar que ocupa en el cosmos y establece el sentido de la existencia de los seres humanos. El mito nos enseña que debemos justicia a los otros hombres y piedad a los dioses a través de los rituales religiosos.

La concepción filosófica de la realidad

En general, la filosofía griega, aunque continuaba reconociendo la existencia de un ámbito divino y otro natural, tendía a concebirlos como independientes, como dos ámbitos autónomos que no influyen el uno sobre el otro. La naturaleza seguía siendo el poder que produce las cosas del mundo natural y el lugar al que, acabado su ciclo vital, vuelven todas las cosas. Pero este poder no está manejado por los dioses a su capricho ni, por eso mismo, es caótico, sino ordenado. Para un griego antiguo, algo está ordenado porque hay algo que, por encima o por debajo de sus cambios, siempre permanece.

  • Permanece la naturaleza en su conjunto, porque sobrevive a la lenta desaparición de las cosas naturales gracias a la aparición de otras nuevas. La naturaleza como conjunto eterno: el universo.
  • Permanece la ley que rige el proceso de producción/destrucción de las cosas: la naturaleza produce y destruye unos tipos de cosas que mantienen rasgos característicos inmutables en el tiempo.
  • Permanece el individuo a través de sus transformaciones, lo cual no deja de ser extraño.

La concepción de la realidad que tenían los griegos antiguos se nos presenta como un saber con las siguientes características:

  1. Racional: lo que supone:
    • Que, aportando las razones pertinentes, todo se puede discutir. Por eso, la filosofía es un saber histórico, porque las razones del futuro pueden impugnar las del pasado.
    • Que la argumentación debe ser lógicamente coherente.
  2. Universal: porque reflexiona sobre toda la realidad, tratando de comprenderla desde argumentos válidos para todos.
  3. Radical y última: la filosofía trata de ofrecernos la explicación más allá de la cual no se puede ir, porque es la que explica las cosas desde su raíz.
  4. Profana: porque se acerca a la realidad con afán de comprensión racional y no con afán de devoción.
  5. Normativa: porque trata de explicarnos cómo debemos vivir individual y colectivamente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *