Metafísica Cartesiana
La Sustancia
Descartes extiende el término sustancia tanto a la res cogitans (pensamiento) como a la res extensa (mundo material). Las sustancias poseen un atributo esencial que se identifica con ellas, y modos, que son las maneras en que aparecen. El atributo de la res cogitans es el pensamiento, y sus modos son los objetos de conciencia. La res extensa, el mundo percibido por los sentidos, tiene como atributo la extensión, y como modos la figura y el movimiento.
El Problema del Solipsismo
Un problema central es el solipsismo, la idea de que solo podemos estar seguros de nuestra propia existencia. Sin embargo, Descartes argumenta que la veracidad de Dios garantiza la existencia del mundo exterior al pensamiento.
La Comunicación entre las Sustancias
Surge el problema de la comunicación entre la res cogitans y la res extensa. A partir del cogito, Descartes postula tres sustancias:
- Sustancia pensante (res cogitans): Su atributo es el pensamiento.
- Sustancia infinita (res infinita): Su atributo es la perfección (Dios).
- Sustancia extensa (res extensa): Su atributo es la extensión (cuerpos, materia).
Descartes define sustancia como aquello que existe sin necesidad de otra cosa. En sentido absoluto, esta definición solo aplica a Dios, la única sustancia verdaderamente independiente. En el ser humano coexisten dos sustancias: cuerpo y alma. Son distintas, pero se comunican a través de la glándula pineal, según Descartes.
La Existencia Necesaria de Dios
Descartes argumenta la existencia de Dios de la siguiente manera:
- El concepto de finito proviene de la idea de infinito: Esta idea no se origina en mí, sino que ha sido puesta por una naturaleza más perfecta.
- Argumento de causalidad de las ideas: La idea de un ser infinito requiere una causa infinita.
- Argumento ontológico: Tenemos la idea de Dios como un ser perfecto. La existencia es una perfección; por lo tanto, Dios existe. Este argumento ha sido objeto de críticas.
Una vez demostrada la existencia de Dios, se garantiza el principio de evidencia, ya que Dios no permitiría el error.
Comparación de la Existencia de Dios: Atomismo y Descartes
Intención de las Pruebas
Para Santo Tomás, la existencia de Dios es una verdad revelada y demostrable racionalmente, basándose en la causalidad aristotélica. Para Descartes, la intención no es conciliar filosofía y teología, sino garantizar la verdad de las ideas claras y distintas. Dios garantiza la verdad, una idea innata, y a partir de Él se afirma la verdad de otras ideas.
Inspiración de las Pruebas
Santo Tomás se inspira en la física y metafísica de Aristóteles, aplicando el principio de causalidad a los fenómenos naturales. Descartes utiliza el argumento ontológico de San Anselmo, explicándolo según su teoría de las ideas innatas, considerando la idea de perfección como proveniente de un ser perfecto: Dios.
El Argumento de Causalidad
Ambos autores usan el principio de causalidad. Santo Tomás lo aplica a la realidad exterior, llegando a una primera causa (Dios). Descartes parte de la subjetividad del cogito y la idea de infinito.
Valoración de la Metafísica
Ambos consideran la metafísica como el saber supremo, que estudia el ser en sus manifestaciones: mundo, alma y Dios. Santo Tomás reconoce la doctrina sagrada como ciencia superior, basada en la fe.