Capítulo 2: Epistemología – Razón y Método. El Criterio de Verdad
El objetivo de Descartes es la reforma del conocimiento, pretende poner en orden el conocimiento, ya que este se encuentra sometido a una enorme confusión. Los presupuestos de los que parte son la razón universal, ya que todo el mundo posee razón y esta es única. La razón debe conocer la realidad y, para que esta alcance la verdad, es necesario un método. El método es un conjunto de reglas ciertas y fáciles cuya exacta observancia permite que nadie tome como verdadero algo falso. Este se busca en las matemáticas, de donde extrae las reglas que van a formar el método universal que sirve para el conocimiento de toda la realidad. Las matemáticas se fundamentan en dos operaciones: la deducción y la intuición.
El método cartesiano viene definido por las cuatro reglas que hay que seguir para alcanzar el conocimiento:
- Evidencia: cuyo acto es la intuición. Afirmamos la verdad de una proposición evidente y consiste en no admitir como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo sea.
- Análisis: hay que analizar (descomponer y dividir) el problema, dividir los problemas complejos en problemas simples y estos se solucionan por la intuición. Así se resuelve un conjunto de problemas simples.
- Síntesis: consiste en unir las soluciones de las partes simples hasta alcanzar la solución del problema complejo.
- Revisión y enumeración: en la que hay que hacer revisiones para comprobar que la síntesis y el análisis estén correctamente, y revisar que hemos procedido ordenada y correctamente.
Capítulo 4: Ontología – Razón y Método. El Criterio de Verdad
Descartes va a aplicar el método al conocimiento general por orden. A lo primero que se le aplica es a la metafísica (ontología). La primera regla, que es la evidencia, me lleva a dudar de todo en lo que quepa la menor duda. Las características de la duda metódica son que hay que dudar de lo que no sea evidente, es una duda universal y se aplica a lo teórico, dudar de la filosofía y la ciencia. En el ámbito de la duda, Descartes duda de los sentidos y de la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. También duda de los propios razonamientos y de las verdades matemáticas, ya que no las puede considerar verdades firmes.
Ahora Descartes introduce otro motivo de duda que se hace universal, la famosa hipótesis del genio maligno. Nos expone que, si este existiera, podría estar confundiéndole, haciéndole creer lo real falso y viceversa. Por lo tanto, hay que encontrar una verdad firme, en la que no haya duda. La primera verdad en la que no hay duda es «Pienso, luego existo». De lo único que Descartes afirma estar seguro es de que es una sustancia pensante. El cogito es la sustancia pensante de la que no se puede dudar, en la que Descartes afirma que existe ya que es una sustancia pensante. Al saber que esta proposición es verdadera, ya que es evidente, se obtiene el criterio de verdad y certeza, cuyas características son la verdad y la distinción.
Estructura de la Realidad: Estructura de las Tres Sustancias
Sustancia es todo aquello que existe por sí mismo y no necesita otra cosa. Cada sustancia tiene determinadas cualidades que la caracterizan. Los atributos son las cualidades de las sustancias. Descartes se pregunta qué sustancias componen la realidad. La realidad está compuesta por tres seres o cosas: la sustancia infinita (Dios), la materia (sustancia extensa) y la sustancia pensante (el cogito).
El alma es la sustancia pensante, no ocupa lugar, el alma tiene pensamiento y este se puede presentar de distintas formas. La sustancia pensante es el cogito, este posee ideas. Las ideas son la materia del pensamiento y sin ellas no podría pensar. Estas tienen dos contenidos: subjetivo y objetivo. El yo posee tres tipos de ideas:
- Ideas adventicias: son las que parece que proceden de los sentidos.
- Ideas facticias: son construidas por la mente a partir de otras ideas.
- Ideas innatas: no provienen de los sentidos ni son producto de la imaginación, estas están siempre en la razón, las cuales son fundamentales para desarrollar el conocimiento.
Descartes ha demostrado que él existe reconociéndose como un ser finito e imperfecto. A partir de las ideas que posee la sustancia pensante, demuestra la existencia de Dios, da tres pruebas:
- Prueba gnoseológica: a partir del origen y contenido de la idea de Dios. Esta destaca de las demás, tiene la idea de un ser perfecto. La idea de un ser perfecto no es una idea adventicia, ya que no llega a través de los sentidos, tampoco es una idea facticia. La idea de un ser perfecto es innata, la idea está en mí desde el nacimiento. Existe un ser infinito y perfecto que ha puesto la idea en mí de un ser infinito y perfecto.
- Prueba de la causalidad: a partir de la causa de mi propia existencia finita. Se pregunta por la causa de mi propia existencia: ¿puede ser que me haya creado yo mismo? No, porque si no, me hubiese hecho un ser perfecto. Por lo tanto, Dios existe y me ha creado él.
- Argumento ontológico: la misma idea de un ser perfecto implica la existencia de un ser perfecto. Si poseo la idea de un ser perfecto, debe de existir. Con ello, Descartes afirma la existencia de Dios.
Dios es veraz siempre, no engaña nunca, así que no es el genio maligno del que habla Descartes y, por lo tanto, no existe el genio maligno. Dios es la garantía última del conocimiento. Aquello que descubre nuestra mente como verdadero es verdad, porque Dios no nos va a engañar.