VISIÓN PANORÁMICA:
La Edad Media comenzó con la caída del Imperio romano, y finalizó en el siglo XV, con la desaparición del Imperio bizantino .El sistema sociopolítico y económico fue el feudalismo.
Por otro lado, el Medioevo se caracterizó por ser una época religiosa, en la que Dios era el centro de todo.
La filosofía medieval, se caracterizó por ocuparse de dos problemas fundamentales, el valor del conocimiento intelectual, referido a los conceptos universales,vemos claramente que Platón y Aristóteles formulan la distinción de las ideas y su posoción en la realidad y por otro lado la relación entre la razón y la fe.
Como consecuencia de razón y fe, el objeto de la filosofía se concentró en Dios mismo y en cuestiones divinas. También se produjo la confusión entre filosofía y teología.
Hasta el siglo XIII, la filosofía medieval cristiana fue predominantemente platónica.
San Agustín, autor platónico defendió el realismo extremo de las ideas (lo universal).Entre los seguidores de Aristóteles destacó Tomás de Aquino, defendía que lo universal existe en la mente y no en ningún otro lugar. Nos encontramos también con Guillermo de Ockham, que defendió el nominalismo, según el cual lo universale son solo palabras o signos sin fundamento en la realidad dice que sólo existe lo particular. Ockahm facilitó con esto la ciencia empírica en el Renacimiento.En cuanto a las relaciones entre razón y fe, se asimiló la filosofía a la teología, variando de unos pensadores a otros.
San Agustín defendió la posibilidad de conciliación entre razón y fe, pero otorgando una clara prioridad a la fe sobre la razón.
Santo Tomás ,dentro de la Escolástica defendió la conciliación, pero otorgó a algunos un peso grande a la razón (al intentar conciliar a Aristóteles con el cristianismo); este gran peso de lo racional se vio claramente en los averroístas latinos, encabezados por Siger de Brabante, estos defendían la teoría de la doble verdad (una verdad de fe y una verdad de razón que no siempre coincidían. También destaca la separación radical entre fe y razón propugnada por Guillermo de Ockhan.
La fe se convirtió en la única fuente de conocimiento apropiada para conocer las verdades sobrenaturales; mientras que la razón debía valerse por sí misma, sin el apoyo de la fe, para conocer las verdades naturales.
EL ESTADO. LA POLÍTICA Y LA HISTORIA DE SAN AGUSTÍN
En el hombre existen dos inclinaciones, según Agustín, la del amor propio que nos lleva al pecado; y la del amor a Dios que nos lleva a la virtud. Agustín de Hipona traza su teoría de las dos ciudades. Para el filósofo cristiano, la comunidad de los fieles que se guían por el amor a Dios es la ciudad de Dios, siempre enfrentada a la ciudad terrena de los hombres que se aman a sí mismos. Como en casi todos nosotros viven enfrentados la carne y el espíritu, todos somos miembros de estas dos ciudades que están en una perenne pugna.
La ciudad de Dios no es una utopía factible en el tiempo como la ciudad ideal de Platón, sino una realidad que se efectuará solo tras el Juicio Final.
El orden político (ciudad terrenal) es fruto del pecado original, no entraba en el plan original de Dios, pero el creador tuvo que instituir el Estado para que el hombre pudiese tener un control colectivo sobre los apetitos de la carne. Esto nos lleva a la idea agustiniana de que el Estado solo es justo cuando los hombres virtuosos gobiernen sobre los pecadores en la medida que lo permita el orden terrenal. Como la virtud y la sabiduría verdaderos solo proceden de Dios, la ciudad terrenal será más justa cuanto más se adecue a la ciudad de Dios, quedando claro, por supuesto, que esta adecuación nunca será perfecta hasta el fin de los tiempos.
Si los gobernantes no se rigen por el amor a Dios sino por el amor propio e incitan a la población a amarse a sí mismos, en vez de a Dios, la diferencia entre una banda de ladrones y un Estado es de tamaño pero no de esencia. Sin amor a Dios, o en otras palabras, sin justicia no hay verdadero Estado. El objetivo de toda formación política justa es la paz entendida como tranquilidad y armonía social; en este orden terreno justo los hombres viven en el amor a Dios y al prójimo.
La teoría del derecho del de Hipona es un reflejo de su filosofía política. En la cúspide de todo derecho está la Ley de Dios que es la razón divina, la ley que ordenó el universo. En un segundo nivel, está la ley natural, que es la imagen de la Ley de Dios que el hombre puede captar con su raciocinio; por ejemplo, la norma “matar a un inocente está mal”. Por último, la ley temporal es la ley de los hombres según aparece en cada sociedad. Lógicamente la ley de un Estado será justa solo en la medida que derive de la Ley de Dios a través de la ley natural.
La filosofía política de Agustín justificó la mentalidad medieval que reivindicaba la primacía del poder espiritual de la Iglesia sobre el poder político terrenal.
SANTO TOMÁS: EL PROBLEMA DE LA RAZÓN Y LA FE
Sto Tomás se enfrenta con la relación entre la razón y fe tomando como base las afirmaciones del AGUSTINISMO PLATÓNICO(Hay una única verdad y se alcanza por la razón y fe, y las del Averroismo Latino(la teoría de la doble verdad). Entre fe y Razón se da una distinción clara y formal, trata de formas distintas de conosimiento. La fese basa en la revelación divina y es un dos de Dios, mientras que la razón alcanza y conoce la verdad natural, el conocimiento racional proviene de la abstracción que hace posible captar la esencia, buscando evidencias y es capaz de desarrollar un saber. Entre la razón y fe no puede haber contradicciones, pues la verdad es única y proviene de Dios, son distintas pero no contradictorias, se rechaza de este modo la teoría de la doble verdad. En caso de contradicción afirmamos que dicha contradicción se halla en el propio Dios que es el origen de toda verdad, por lo que una de las dos afirmaciones es errónea y el origen de halla en las limitaciones propias del ser humano. Sto Tomás afirma que hay 2 tipos de verdad: Lo que conocemos por medio de la revelación divina y las verdades sobre Dios alcanzadas por la razón natural y demostradas por los filósofos. Tenemos 2 formas de conocimiento, con un campo común de conocimientos. los preambulos de la fe, que son verdades que los filósofos han alcanzado y que Dios se ha ocupado de revelarnos. Lo que se da entre la fe y la razón es colaboración pues la razón ayuda a la fe con sus argumentaciones, la fe sirve a la razón de ayuda en su busqueda de la verdad, para que la fe detecte errores que puedan darse debido a la finitud y limitación
LAS CINCO VÍAS DEMOSTRATIVAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS DE SANTO TOMÁS
La falta de evidencia empírica de la existencia de Dios llevó a Tomás de Aquino a intentar demostrar tal existencia acudiendo a la razón, aunque sin olvidar los datos que nos proporcionan los sentidos, de los cual parte. Esta demostración fue sintetizada en cinco vías. Estas vías son demostraciones a posteriori, es decir, argumentos que parten de observaciones empíricas de los fenómenos sensibles. Partiendo de los seres creados, se llega de los efectos a sus causas .Las 5 pruebas se desarrollan en 4 pasos: *Constatación de un hecho de experiencia, parte del movimiento *Hay causas causadas *Afirmación de que es posible algunas causas *Dios existe
POLÍTICA DE OCKHAM
Del mismo modo que, Ockham defendió la separación entre fe y razón, en el ámbito político propugnó la autonomía del poder civil respecto del poder espiritual.
El primero debería estar en manos del Emperador y el segundo de la Iglesia. La propuesta de Ockham chocó con los presupuestos básicos de la cultura medieval y supuso un anticipo del humanismo renacentista .
Las tesis de Ockham resultaron inaceptables para el papado. Las consecuencias no se hicieron esperar: sus escritos fueron prohibidos y el propio filósofo se vio obligado a huir y recurrir a la protección del emperador. Para Ockham, la legitimidad del emperador para gobernar sobre los asuntos terrenales no dependía de su nombramiento por parte del Papa.
La autoridad del emperador no tiene su origen en Dios, ni tampoco tiene nada de sagrada
El poder terrenal y el espiritual son completamente independientes y deben estar separados a todos los efectos. Ockham niega que al papado le corresponda la plenitud de poderes que ha reivindicado y que había tratado de ejercer en múltiples ocasiones. La función del Papa debe ser más la de un administrador de bienes espirituales que la de un dominador político, terrenal. Además, Ockham afirma la fabilidad del Papa, como ser humano que es, incluso en asuntos de doctrina.