La Construcción Social del Género en el Judeocristianismo
En el Génesis, la construcción del género se presenta como una dicotomía entre lo masculino y lo femenino, con el androcentrismo y la debilidad moral femenina como principios fundamentales. El mito de la creación identifica a la mujer como la traidora que rompe la confianza de Dios, perpetuando la idea de que las mujeres son seres débiles e inauténticos que merecen ser dominadas.
San Pablo, desde una perspectiva esencialista, refuerza esta dicotomía en su Primera Epístola a Timoteo. Afirma que las mujeres deben callar ante los hombres, no pueden enseñar ni dominar, y son ontológicamente inferiores. Esta inferioridad moral se justifica con la referencia al Génesis, estableciendo una jerarquía de seres en la que lo que es bueno para un sexo es malo para el otro.
Empédocles y el Equilibrio de Opuestos
Empédocles, un filósofo presocrático, creía que el universo estaba compuesto por cuatro elementos fundamentales (agua, aire, tierra y fuego) que se combinaban a través de la oposición cósmica de amor y odio. Este modelo de pensamiento influyó en la idea de que todo se debe a un equilibrio entre opuestos.
Pitágoras también afirmó que todo existía en oposición, asociando el bien, la luz y lo masculino con el mal, la oscuridad y lo femenino.
Platón y el Dualismo Ontológico
Platón, heredero de Parménides, propuso un dualismo metafísico que separaba el mundo de las ideas (eterno, inmaterial y cognoscible por el logos) del mundo material (concreto y temporal). Este dualismo se refleja en su concepción del ser humano como una unión de cuerpo y alma, con el alma teniendo prioridad sobre el cuerpo.
Antropología Platónica
El dualismo ontológico de Platón se refleja en su dualismo antropológico, que afirma que el ser humano está formado por cuerpo y alma. El alma, a su vez, es una estructura tripartita compuesta por un logos y pasiones (irascibles y concupiscibles). La fuerza de voluntad determina si el logos controla las pasiones o viceversa.
Teoría de la Reminiscencia
Según la teoría de la reminiscencia, el alma recuerda las ideas del mundo de las ideas porque procede de allí. El conocimiento es, por tanto, un recuerdo. El alma, encarnada en el cuerpo, busca salir de él y recordar las ideas.
El Mito de la Caverna
El mito de la caverna es una alegoría sobre el conocimiento. Los hombres encadenados en la caverna representan a los seres humanos que viven en la ignorancia. El prisionero que escapa y ve la luz del sol representa al sabio que ha alcanzado el conocimiento de las ideas. El regreso del sabio a la caverna simboliza la responsabilidad del filósofo de compartir su conocimiento con los demás.
El Sabio en Platón
El sabio en Platón, el auténtico filósofo, conoce la idea de bien. Esta idea garantiza la cognoscibilidad de las demás ideas y conlleva una responsabilidad. El sabio debe volver al mundo de la ignorancia y comunicar su conocimiento, gobernando la ciudad con justicia.