Contexto Histórico
Durante la vida de Ortega y Gasset, España experimentó cuatro etapas políticas cruciales: la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la II República y los primeros años del Franquismo. A nivel europeo, este período presenció el auge de los totalitarismos y las dos Guerras Mundiales. La vida intelectual de Ortega, que comenzó a publicar a principios del siglo XX, abarcó la primera mitad de este siglo, aunque su nacimiento coincidió con el final del siglo XIX.
La España de finales del siglo XIX se debatía entre la decadencia del imperio y la reconstrucción, dividida entre el viejo poder de la aristocracia terrateniente y una burguesía emergente. El siglo XX vio la entrada de las clases populares en el conflicto social, luchando por el poder a través de partidos obreros y organizaciones de masa. Ortega y Gasset, junto con figuras como Azaña, Madariaga, Américo Castro, Marañón y Pérez de Ayala, formó parte de la Generación del 14, que buscaba abrir España a la cultura europea. Su compromiso con la República unió política y cultura.
Ortega creció en un segmento de la burguesía urbana, liberal en lo político y conservadora en lo social, que creía en el poder de una élite intelectual. La Guerra Civil Española lo condenó al exilio, obligándolo a ser no solo filósofo, sino también periodista, conferenciante y fundador de empresas culturales.
En el aspecto cultural, España vivía una “Edad de Plata”, con figuras como Menéndez y Pelayo, Joaquín Costa, García Lorca, Picasso y Dalí. Ortega se relacionó con Maeztu, Baroja y J. Ramón Jiménez, y contribuyó a la Universidad, especialmente a la Facultad de Filosofía, junto con García Morente, Zubiri y otros.
En el ámbito científico internacional, se evidenciaban cambios desde años anteriores. En 1900 se publicaron La interpretación de los sueños de Freud y Las investigaciones lógicas de Husserl. En la primera década del siglo XX surgió la teoría de la relatividad de Einstein. Ortega presenció el impulso de las ciencias biológicas e históricas, la crisis de las matemáticas y la física clásica, y el nacimiento de la nueva física. Europa comenzó a comprender el doble filo de la ciencia: su potencial para el bienestar y para la destrucción. En España Invertebrada, Ortega analizó la situación española, diagnosticando el desmembramiento del tejido social.
Contexto Filosófico
La respuesta filosófica de Ortega a esta situación fue abrir una polémica sobre el valor de la ciencia, reduciendo el auge del positivismo y dando valor a las corrientes vitalistas, antiidealistas y antirracionalistas, como las de Nietzsche, Bergson y Husserl.
La filosofía de Ortega se sitúa entre las corrientes de oposición al idealismo que surgieron en la segunda mitad del siglo XIX y, más concretamente, en la renovación filosófica de principios del siglo XX. La crisis de la ciencia, síntoma de la muerte de un tipo de racionalidad, se reflejó en la crisis del idealismo, que comenzó a plantearse en el siglo XIX con las reacciones antihegelianas y se expresó en las filosofías vitalistas.
El vitalismo es una reacción contra el idealismo. Aunque Ortega respiró este aire, su vitalismo se anuda con la razón, dando lugar al raciovitalismo.
Aunque su obra está llena de referencias a grandes filósofos, Kant, Hegel y Dilthey son los que más relación tuvieron con su filosofía. Kant, porque Ortega fue kantiano en sus comienzos. Hegel, por su filosofía de la historia y el concepto de “razón histórica”. Dilthey, porque su idea de la vida es central en la filosofía orteguiana.