Análisis de la Filosofía Política de Rawls: Liberalismo, Justicia y Equidad

c) Explicación desde la posición filosófica de Rawls

La filosofía política de Rawls puede enmarcarse dentro del liberalismo político, siguiendo una tradición que comienza con los pensadores de la época moderna: Locke, Hobbes, Rousseau, Kant. Esta tradición de carácter individualista tuvo como resultado práctico los movimientos revolucionarios burgueses de los siglos XVII y XVIII. El fundamento central es el individuo. La defensa del liberalismo volvió tras la Segunda Guerra Mundial y el fracaso de los regímenes comunistas. En la última parte del siglo XX surgen diversas corrientes del liberalismo, como el liberalismo libertario y el liberalismo igualitario.

La idea que triunfa en el liberalismo político de Rawls proviene de la idea de Locke de que los hombres no entregan definitivamente su poder individual al Estado, sino que este está al servicio y bajo la supervisión de los individuos, en los que reside el poder, y unos derechos naturales. El Estado está obligado a protegerlos, porque esta finalidad es la defensa de los derechos naturales de los individuos. Pero el Estado ha de intervenir lo menos posible en la vida de los individuos, y tras la Legislatura, son los ciudadanos los que eligen a los nuevos representantes.

Su obra La justicia como equidad. Una reformulación (2001) muestra una influencia de la moral formal y autónoma kantiana. El imperativo categórico posee una exigencia de universalidad. Para Rawls, la fundamentación de su teoría de la justicia ha de ser kantiana. Pero, a diferencia de Kant, los principios universalmente racionales y libres, que han de guiar la justicia, han de servir para mediar en los conflictos entre los individuos. El deber generará y dará forma a unos principios universales de justicia, de los que cada individuo pueda partir con la finalidad de su búsqueda racional del bien.

La libertad y la misma concepción del bien individual están limitados por la concepción de la justicia de la que se parta, que servirá como criterio para diferenciar las acciones virtuosas de las no virtuosas. Una acción siempre será virtuosa cuando sea acorde con la teoría de la justicia; en caso contrario, no será virtuosa.

La finalidad de la teoría de Rawls es crear un marco que permita a los individuos poder generar libremente su propia vida y dirigirla hacia lo que consideren el bien, pero respetando los principios que previamente se establezcan sobre la justicia, que brota de un acuerdo sobre la moral.

Al igual que Locke, Rawls parte de que todos los hombres son iguales y libres. La función del Estado es garantizar los derechos que tiene el hombre por naturaleza, pero que en un estado de naturaleza, sin que se hiciera el Estado, podrían ser quebrantados.

La libertad se manifiesta en la elección que puedan hacer los individuos de forma racional, de su propio proyecto de vida. Esta elección determinada por la razón tiene un origen moral kantiano: los sujetos deben actuar de tal forma que quieran que la máxima de su acción individual se convierta en ley universal de comportamiento. El imperativo no establece el contenido de las acciones morales, sino la forma en que estas deben realizarse.

El principio de igualdad establece que todos los individuos son responsables de sus propias elecciones. Pero las desigualdades naturales deben ser contrarrestadas por el Estado. Una vez compensadas las desigualdades, los sujetos pueden actuar de acuerdo con la moral autónoma y racional kantiana, siendo responsables de sus propios actos. Las instituciones son las responsables de la garantía de la libertad entre iguales. Pero para que esto sea posible, es necesario que los ciudadanos participen activamente en la definición y concepción de la justicia, que es el resultado de un acuerdo.

La Posición Original y el Velo de la Ignorancia

El punto de partida en el que se sitúan todos los participantes en las deliberaciones para llegar a acuerdos sobre la definición y la concepción de la justicia es denominado la posición original, una situación hipotética en la que unos individuos libres están en la obligación de llegar a una serie de acuerdos sobre unos principios de justicia básicos. Para asegurarse de esta situación de igualdad, de ausencia de ventajas y de libertad, Rawls propone el velo de la ignorancia, que es el desconocimiento de circunstancias individuales, sociales, políticas, económicas o de cualquier tipo, que suponga una ventaja de los interlocutores sobre otros a la hora de la negociación. Este velo permanecerá hasta que los interlocutores lleguen a un acuerdo sobre los principios básicos de la justicia política.

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