Descartes
Descartes se asemeja a San Agustín en la importancia dada al sujeto, en la demostración de Dios a partir del sujeto, aunque el análisis que hace de éste no sea psicológico sino metafísico.
La Duda Metódica y las Ideas
Descartes plantea la necesidad de dudar de todo conocimiento previo, rechazando el recurso al principio de autoridad. Adopta una serie de cautelas, dejando claro que la duda metódica se refiere a conocimientos filosóficos y científicos, y es una duda puramente teórica que no ha de tener consecuencias prácticas.
Descartes utiliza la duda tan solo para buscar la verdad. Dudar de todo es un procedimiento para encontrar una verdad indubitable. La duda no es para él la postura mental definitiva, ni siquiera la postura inicial.
La duda metódica es un paso previo a la búsqueda de la verdad absolutamente cierta, de la que es imposible dudar. Consiste en eliminar todos aquellos conocimientos e ideas que no aparezcan dotados de una certeza absoluta.
Lo único que no puede eliminar la duda es la duda misma. Descartes lo concluye con: Pienso, luego existo.
Para Descartes, «pensamiento» es todo aquello que ocurre en nosotros: dudar, querer, sentir; es decir, todo acto consciente del espíritu.
«Pienso, luego existo» no es una deducción sino una intuición, es decir, una evidencia inmediata, una idea clara y distinta. Descartes define el pensamiento como «substancia finita pensante» que contiene ideas de tres tipos:
- Ideas adventicias: La experiencia externa nos informa de realidades que existen en el mundo. Ej: árbol, mujer.
- Ideas facticias: Ideas creadas por la mente humana. Ej: caballo con alas, las sirenas.
- Ideas innatas: Ideas que no proceden de la experiencia ni son inventadas, sino que están presentes en la mente desde el nacimiento. Ej: Dios, la extensión.
La Primera Verdad: el Cogito
A partir de esa duda universal, aparece la primera verdad y certeza. La base primera de la filosofía cartesiana es: pienso, luego soy (Cogito ergo sum). El cogito no es un razonamiento, sino una intuición, la intuición del yo como primera realidad y como realidad pensante.
El cogito es la primera existencia o sustancia conocida, la primera naturaleza simple; por otra parte, es también la primera intuición, el primer acto de conocer verdadero. Del cogito puede desprenderse el criterio de toda verdad, a saber: toda intuición de naturaleza simple es verdadera o, en otros términos, toda idea clara y distinta es verdadera. El cogito representa un acto del sujeto (el conocimiento), porque soy yo el que piensa. Existe una equivalencia entre verdad y certeza.
Las ideas, para nuestro autor, representan una mediación inevitable entre el sujeto pensante y las cosas. El pensamiento opera siempre sobre las ideas, no sobre las cosas mismas.