El Empirismo de Hume: Fundamentos, Conocimiento y Crítica a la Metafísica

Hume

El empirismo nace como reacción contra el racionalismo de Descartes y los cartesianos. Parte de una negación de las ideas innatas y una recuperación del empirismo aristotélico. Sin embargo, el empirismo británico es llevado más allá de lo que hubiera admitido Aristóteles; hasta la negación de la metafísica. Los empiristas más importantes son Locke, Hume y Berkeley. Con el empirismo, el tema fundamental pasa a ser el problema del conocimiento. Sus tesis fundamentales son, por un lado, que la mente es como una “tabla rasa” y, por tanto, el origen del conocimiento es la experiencia. Esta tesis implica la negación de las ideas innatas. Por otro lado, afirma que el límite del conocimiento humano es la experiencia, ya que, al contrario que los racionalistas, los empiristas consideran que no podemos ir más allá de la experiencia (negación de la metafísica). En conclusión, el empirismo propone un nuevo concepto de razón: una razón dependiente y limitada por la experiencia.


Principios Fundamentales de la Filosofía de Hume

Centrándonos en la filosofía de Hume, podemos definir los principios sobre los que se asienta:

  • Principio Empirista: Su método es el inductivo, lo que significa la negación de las ideas generales. Afirma que si todas nuestras ideas son copias de impresiones, las ideas innatas no existen. Sin embargo, existe una “asociación de ideas”, una serie de leyes que hacen que nuestro entendimiento vaya de una idea a otra y se asocien entre sí. Hume las reduce a tres: de semejanza, de contigüidad y de causalidad.
  • Principio de Inmanencia: Solo conocemos directamente nuestras representaciones mentales, no las cosas. Así, los contenidos de la conciencia son denominados, genéricamente, percepciones, las cuales pueden ser impresiones (más intensas) o ideas, dependiendo de la “fuerza o vitalidad” de cada una. Tanto las ideas como las impresiones pueden ser simples (no pueden descomponerse) y complejas (es posible descomponerlas).

De acuerdo con esta distinción, Hume piensa que todo objeto posible de nuestro conocimiento puede ser de dos tipos:

  • Cuestiones de Hecho: No son nunca necesarias y se deducen mediante razonamientos probables. La mayoría de cuestiones que refieren al mundo real son cuestiones de hecho, donde tiene un papel predominante la relación causa-efecto. El ámbito de análisis de la causalidad se identifica con el análisis de las cuestiones de hecho.
  • Relaciones de Ideas: Se deducen siempre mediante argumentos demostrativos necesarios y son siempre ciertas. En esta relación, que es independiente de los hechos, las proposiciones que la expresan son analíticas –universales y necesarias– y su contrario es imposible.


La Evidencia y el Conocimiento de Hechos

Después de establecer la distinción entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho, Hume investiga la naturaleza de la evidencia acerca de cualquier existencia real y cuestión de hecho, de la cual depende el carácter científico que atribuimos a las ciencias empíricas.

Nuestro conocimiento de hechos está limitado a nuestras impresiones y solo tenemos impresiones actuales o recuerdos de las que ya hemos vivido. No puede haber conocimiento de hechos futuros, puesto que no poseemos impresiones de lo que no ha sucedido. Sin embargo, en nuestra vida cotidiana contamos con que determinados hechos parecen absolutamente seguros. Esta evidencia se basa en que todos los razonamientos parecen fundarse en la relación causa-efecto, las cuales solo pueden descubrirse por experiencia, basada en la semejanza. Y es que, cuando hablamos de que algo es causa de un determinado efecto, no hacemos más que afirmar que entre lo que denominamos causa y efecto existe una relación de semejanza y de que siempre que se dé la causa, en el futuro, será efecto. La costumbre de que siempre ocurra así me induce a la creencia de esta relación. Pero no tenemos más que la costumbre para atestiguar esta relación, por lo que no hay una experiencia directa de lo que llamamos relación de causalidad. En definitiva, el concepto de causa es un objeto precedente en el tiempo y contiguo en el espacio a otro, y siempre que se den estas condiciones podremos hablar de la relación de causalidad.


La Creencia y su Importancia

La creencia, mencionada con anterioridad, es un sentimiento de tipo particular que acompaña a una asociación de ideas, pero una asociación que se impone en la mente y regula nuestras acciones, posee la misma intensidad que una idea y nos hace obrar en consecuencia. Esta es imprescindible para la vida y Hume está dispuesto a admitirla.


Hume y la Ciencia

En cuanto al ámbito de la ciencia, utilizará la física para permitirnos hacernos previsiones sobre el futuro. Y decidirá examinar dos de los conceptos físicos de aquella época: la idea de “conexión necesaria” (causa-efecto) y también la idea de fuerza. Para Hume, las matemáticas versan sobre relaciones de ideas y, por tanto, permiten realizar razonamientos demostrativos absolutamente seguros y ciertos a priori.


Crítica a la Metafísica y Escepticismo

La crítica al concepto metafísico de “sustancia” es llevada a cabo por Hume desde los principios que conforman su teoría del conocimiento, considerándola un saber dogmático que conduce a la superstición. Así, Hume adopta un escepticismo consecuente, fruto del análisis de nuestras facultades mentales. Hume hará una crítica de cada una de las sustancias tradicionales cartesianas: el mundo, Dios y el “yo”. Y es que su intención no es tanto negar su existencia como el hecho de demostrar que existe. En cualquier caso, sus conclusiones desembocan en un fenomenismo (no conocemos la realidad exterior, que son fenómenos aislados) y en un escepticismo consecuente, moderado y únicamente filosófico.


Aportaciones de Hume a la Ciencia Moderna

Una de las grandes aportaciones de Hume a la ciencia moderna fue el planteamiento de las leyes de la naturaleza como medio para formular leyes generales causales o la falacia naturalista.

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